Camino a la Pasión [MAITINO]

Capítulo XXXI

Actualización fuera de tiempo habitual porque la cuarentena me hace necesitar un poco de lío! XD

Capítulo 31

Camino bufó mirando su móvil.

-¿Qué sucede? – preguntó Maite al notarla tan tensa.

-Ildefonso que no ha parado de enviarme mensajes desde la cena del sábado pasado – confesó la joven.

Maite arqueó una ceja al oírlo – Ildefonso – el nombre del nieto del director se detuvo en sus labios cómo si chocara contra sus dientes, cómo si no pudiera pronunciarlo – ¿te está escribiendo en plan amistoso o es otra cosa? – hizo la pregunta aunque tenía la respuesta más que considerada en su cabeza, estaba claro que Ildefonso Cortés por mucho que se abanderara con la amistad buscaba otra cosa.

-¿Cómo saberlo? – Camino no quiso mentirle a su mentora – puede que lo haya entendido la última vez o puede que esto sea un nuevo intento por acercarse y proponerse – vio una sombra de molestia en la expresión de Maite -, pero eso no significa nada, terminará como siempre, le diré que no y punto.

-Si tú lo dices – replicó Maite y Camino sonrió.

-¿Estás celosa? – preguntó y al ver el gesto de malestar en el rostro de la morena sonrió – estás celosa – afirmó.

Maite cedió finalmente al ver que negarse sería tonto cuando no conseguía retener esa sensación tan esquiva y asfixiante que la abrumaba al pensar a Camino siendo rondada por ese joven. Al pensar en lo sencillo que sería para ambos tener una relación de manera transparente y pública, algo que ella no podía darle.

-Está bien, lo reconozco – dijo y aunque estaba inquieta, la sonrisa de Camino y escuchar de su propia voz que estaba presa de un sentimiento tan inmaduro, la hizo sonreír también. A Camino le dio ternura ver como movía nerviosamente su mano y esa mueca de pena que dibujaron sus labios.

-No tienes de que preocuparte – le aseguró acercándose y abrazándola – tranquila, estamos solas y nadie va a entrar – dijo al verla mirando la puerta por encima del orden – no tienes de que preocuparte porque no quiero ni querré a nadie como te quiero a ti.

Maite acarició su mejilla soltando un suspiro – es sólo que me da pena que tengamos que estar todo el día escondiéndonos como si fuésemos criminales, no poder disfrutar de lo que nos pasa por estar alerta de que alguien nos vea, no veo la hora de que todo esto acabe para empezar a vivir nuestro amor.

-¿Para poder aclararle a Ildefonso que está pisando en terreno peliagudo? – preguntó Camino ocultando una sonrisa detrás de los labios.

-Que te rías sólo hace que me sienta más tonta – reveló Maite – yo, la adulta de las dos, sintiéndome tan celosa de ese muchachito.

-Ah, o sea que yo no soy considerada adulta en esta relación – Camino la observó con diversión.

-Ya me entiendes.

-Te entiendo, a mí que tu ex anduviera rondando no me hizo mucha gracia por si no te acuerdas – expuso Camino – así que claro que te entiendo.

-No la menciones – pidió Maite – miedo me da lo que vaya a traer este silencio.

-Da igual, mi amor, somos dos en esta batalla – Camino apoyó su frente en la de Maite y luego se separó de ella.

-¿Y qué quiere Ildefonso de ti? – preguntó Maite – digo con qué excusa te aborda.