Capítulo XV

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Bueno, esta vez si que se notara la época actual. Y es que Camino no haría algunas cosas en 1914, pero estamos en 2019, estudiante y 22 años, o sea... en fin... ya verán. Lo cierto es que Aria me ha leído el pensamiento hoy y me ha dado una super inspiración! Ya verán por que jajajaja (cuantos ya verán)


Capitulo 15

Camino pasó todo el domingo pensando en una única cosa, el día lunes. Llegar al día lunes, ir a la academia y ver a Maite. Enfrentarla, seguir insistiendo o, al menos, poder verla luego del fallido encuentro y desencuentro del último sábado. Mirarla a los ojos ahora que la emoción del momento se había sosegado y entender mejor su postura de rechazo. Quizás la profesora había conseguido racionalizarlo de manera distinta o asimilar que ese sentimiento, si era amor como ambas profesaban, no iba a extinguirse aunque lo reprimieran. El lunes llegó y ella madrugó con el objeto de estar temprano en su salón, pero al intentar abrir la puerta se la encontró cerrada. Podría ser que Maite no hubiera llegado aún, era muy pronto al fin y al cabo.

Se trasladó a la Secretaria cuando se topó en la puerta con el administrador de la academia, Liberto.

-Camino – la saludó el hombre – Buenos días, has venido realmente temprano.

-Tenía trabajo pendiente con Maite – se excusó la joven – Buenos días.

-Pues espero que tengas instrucciones porque tengo entendido que la Profesora Zaldúa está de baja por unos días – respondió el administrador – creí que lo sabías ya.

-No, no lo sabía – Camino se quedó consternada - ¿Sabe la razón?

-No, sólo son unos días por razones particulares, no estamos interesados en conocer los detalles ya que la profesora tiene derecho a estos permisos – la estudiante asintió ante las palabras de Liberto.

-Supongo que seguiré con lo que estábamos trabajando, seguramente ha tenido alguna emergencia – fingió una sonrisa – si me disculpa.

-Sí, ve a buscar las llaves – le indicó el hombre – mientras tu mentora no este tienes potestad para utilizar la zona asignada a tu criterio.

-Gracias, Señor Méndez Aspe – Camino se apresuró para salir de la vista del administrador y buscó las llaves de su rincón en la Escuela manteniendo el mutismo en todo lo que podía.

Entró en el aula y vio allí abandonadas la bata de trabajo, los torsos y figuras modeladas por Maite la última semana, así como aquella pintura en la que trabajaba. ¿Sería también suya? ¿Sería otra imagen robada de sus momentos de distracción? ¿O quizás sólo era una de pieza creada a partir de su modelaje como el retrato que la llevó a arrojarse a los labios de Maite? No pudo descubrirlo, no pudo hacerlo, sintió respeto por el recelo de su mentora y se alejó.

Volvió a acariciar con sus dedos la estatuilla de la mujer que la pintora había moldeado y trató de no llorar, de aguantar la pena de ser tan consciente de que Maite estaba huyendo de ella. Huyendo, sí. Manteniendo las distancias con ella. La dejó y se puso a trabajar, tenía una exposición que realizar y era su momento de demostrar quién era en verdad. De demostrar que Maite no la había elegido en vano, no quería fallarle.

Aunque ella estuviera huyendo así.

La última pintura de las mujeres estaba lista así que tenía tiempo para empezar algo nuevo, aunque no sabía qué exactamente. Tenía libre albedrío, ¿no? No había un tema delineado, no había mentora para decirle que hacer, estaba sola. Comenzó a marcar una curva con su lápiz en el lienzo y luego otra, pero con la tercera sintió una sacudida de ira y pintó líneas desiguales por todo el blanco, sin objetivo, sin calidad. Tiró al suelo su lápiz y se bufó con los dientes apretados, la frustración subiéndole por las mejillas.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora