Capítulo XXXV

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Oki, Casi que no llego XD 

Capítulo 35

Maite llegó a la academia a primera hora y saludó a las empleadas de secretaría con una sonrisa a la que siguió un alegre "buenos días". Era un día de sol y eso siempre le sentaba bien. Tenía que ir a ver a Alonso a su despacho y luego podría volver a su rincón con Camino. Mentiría si dijera que no tenía ganas de verla, aun cuando la había visto ayer por última vez. La echaba de menos y es que sin ella todo carecía de brillo. Se había convertido en necesaria para que el día empleara las paletas de colores en plena para dibujarse. Hoy la vería más tarde, pero la vería y eso bastaba.

Caminó por los pasillos del área administrativa saludándose con quienes se cruzaba, estaba de buen humor.

-Marcelina – dijo al llegar dónde la secretaria de Alonso – buenos días.

-Buenos días, Doña Maite – le correspondió la mujer.

-¿Doña Maite? ¿Vives en 1914? – le preguntó la morena – Maite a secas, Marcelina, Maite a secas – repitió – ¿O quieres que también te empiece a llamar Doña Marcelina?

-No, como se le ocurre – señaló la secretaria – sólo intento ser atenta con usted, pero la llamaré Maite a secas.

-Sí, tampoco usted, me haces sentir mayor y soy muy coqueta – las dos se rieron – creo que tu jefe me está esperando.

-Sí, ha dicho que pase al llegar, están reunidos ya desde horas tempranas – comentó Marcelina.

-¿Reunidos?

-Sí, Don Alonso, el Señor Liberto y el Profesor Álvarez-Hermoso – enumeró la muchacha.

-Había olvidado que hoy seríamos más que multitud – respondió Maite y con una sonrisa se dirigió a la oficina – Gracias, Marcelina – golpeó con los nudillos y Alonso le dio la voz de entrar.

Maite ingresó y sonrió a los 3 hombres sentados alrededor de la mesa de escritorio – Buenos días, caballeros.

-Buenos días – respondieron todos – Buenos días, Maite – dijo nuevamente Alonso – venga, haga el favor de sentarse – le indicó un cuarto asiento vacío.

-Bueno – una vez que estuvo sentada observó a su improvisada audiencia notando alguna ligera incomodidad - ¿Qué es eso que debíamos conversar tan urgente? ¿Tiene que ver con el programa?

-Sí y no – respondió Liberto – no por asociación directa, al menos.

-No estoy entendiendo – reveló la mujer - ¿De qué se trata? – observó a Felipe y en su mirada vio algo que la puso en alerta, un mensaje silencio que sonaba a advertencia. Como si no iba a agradarle del todo el asunto del que no se enteraba todavía.

Alonso apoyó los codos en la mesa y cruzó las manos frente a su mandíbula unos segundos antes de hablar – Me temo, Maite, que el asunto es más delicado que un sencillo asunto académico, es algo más personal.

Maite observó al hombre y por primera vez en toda la mañana sintió un vacío nervioso en el estómago – ¿quiere usted ser más concreto, por favor?

-No se ponga a la defensiva de buenas a primeras, Maite, es lo único que le pido – dijo el director y una sensación de agobio le subió por la piel desde cuello hasta la frente, como si la recorriera un sudor helado imperceptible – sabemos de su relación con Camino Pasamar.

Maite de alguna forma lo veía venir cuando oyó la palabra "personal". Su estómago dio un vuelco y sintió su pecho temblar. ¿Qué debía decir? ¿Qué no era cierto? Las miradas de Alonso y Liberto eran directas, determinadas. No había duda. Y Felipe, bueno, Felipe lo sabía y su mirada era de apoyo.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora