Capítulo XXV

3.3K 125 55
                                    


Bueno, último de la semana... ¿ViernesMaitino? xD Ya me dirán...


Capítulo 25

Maite y Camino dieron un pequeño bote cuando el cerrajero comenzó a silbar desde la parte posterior de la casa. Dio un grito contundente para llamar su atención.

-Será mejor que vaya a ver que quiere este señor – comentó la pintora y Camino se puso de pie cerrando la ventana porque la brisa era demasiado fresca para invadir toda la casa.

Cuando acabó fue a ver el cuadro en el que trabajaba, el de Maite dormida. La observó y se mordió el labio inferior recordando todas las sensaciones que le había causado poder admirarla así. La belleza de su Maite no era comparable con nada cuando se podía permitir mirarla desprovista de ropa, desnuda, tan natural.

Maite entró al estudio unos minutos después.

-Ya se ha marchado, le ha dejado un apretón de manos a la Señorita que estaba conmigo.

-Que amable – mencionó Camino y Maite se abrazó a ella por la espalda, mirando ambas la obra aún inacabada de su preciosa avecilla.

-Un hombre peculiar, pero honesto – comentó la mentora – sigo admirándome del talento que tienes, Camino, me siento muy orgullosa de ti – la muchacha se mantuvo en silencio - ¿qué es lo que te tiene tan absorbida en esa cabecita hermosa?

-Me preguntaba qué habría hecho tu ex esposa si descubría este cuadro – confesó la joven.

Maite sopesó un momento – No lo sé, ir mucho más a por nosotras supongo.

-No le tengo miedo – aseveró Camino – quiero que lo sepas, no le tengo temor a ella, no le temo a nada.

-Juventud, es un valor, pero también un defecto porque te crees invencible, pero no es real, es sólo una sensación – le dijo Maite – sobre todo si debes enfrentarte a personas como ella, tengo que evitarte sufrir sus manipulaciones, no quiero que ella te cause problemas, mi amor, la conozco y sé a lo que te expondrías si iría a por ti, no quiero que pases por ello.

-No puedes evitarlo tampoco, Maite – Camino se giró a mirarla – ahora no estás sola y parte de no estar sola es enfrentar lo que sea que se nos presente juntas.

-¿Importaría que insistiera en que no quiero que te expongas si aparece? – preguntó Maite y Camino negó – aun así...

-Aun así – Camino tomó a Maite de la palma de su mano y la besó dulcemente – te dejaré resolverlo, pero no permitiré que te dañe, voy a acompañarte, no pienso dejarte sola.

La pintora sonrió y besó a Camino mientras se sentía dichosa por su espíritu. Se besaron durante unos segundos y la joven cubrió su pintura, acercándose de nuevo al sofá y tirando a Maite hacia ella. Esta vez fue ella la que tomó en sus brazos a la mujer mayor y la empujó a recostarse sobre su pecho.

-¿Estás bien? – le preguntó luego de unos segundos de silencio.

-¿Me ves mal? – quiso saber Maite.

-No, pero hay algunas emociones que no salen a la superficie con facilidad, que – tocó con su dedo la frente de Maite – se quedan allí, deambulando, dando giros sin abandonarnos del todo – Camino hizo una pausa – con todo lo que has tenido que remover no me sorprendería que te sintieras un poco mareada, agobiada quizás.

-No ha sido fácil y lo cierto es que remover mi pasado no es algo sencillo – la morena suspiró -, pero tenerte mientras lo anunciaba en voz alta por primera vez hizo que todo fuera más sencillo, siento que la carga está más liviana y que hace bien poder contar algunas cosas.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora