Capítulo III

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Voy a uno por día... Ni que fuera una telenovela de verdad xD


Capítulo 3

Esta vez Camino no llegaría tarde ni chocaría con nadie antes de clase. Lo que iba a hacer era ser la primera en llegar y por eso evadió a su madre cuando la quería enredar a otra de sus reuniones de último momento con un llano "hoy no". Claro que le valió sendos reclamos y una amenaza fortuita sobre obligarla a dejar la plaza en la Escuela de Arte, pero al final no tuvo mayor efecto. Sólo un desayuno en total silencio que solo fue cortado por los zumbidos disgustados de la mujer mayor.

Camino evitó cualquier reflexión sobre el por qué había ocupado un poco más de tiempo de lo usual en arreglar su apariencia. Eligió unos tejanos estrechos, una cazadora de jean y una camisa a rayas. El cabello suelto como le gustaba usarlo, no olvidando su horquilla de ébano para recogérselo cuando tuviera que pintar o dibujar. Era una costumbre que tenía como casi una norma, como si desnudará su rostro mostrándose transparente ante el lienzo, sin barreras de defensa, sin contención.

Decidió no ir en coche una vez más, mejor un taxi que aguantar a su madre hasta la sede central de su empresa. Cuando el vehículo la dejó delante de la academia aún faltaba media hora para el comienzo de clases y ella no podía estar más feliz. No solo llegaba a tiempo, un objetivo que se le escapaba muy a menudo, sino que tendría la oportunidad de elegir cuidadosamente su ubicación. La clase sería en la P201, un salón que se utilizaba para que los estudiantes pudieran dibujar en clases. Los asientos no estaban tan cerca uno del otro como un salón de clases normal y la mesas tenían tamaños irregulares para que las libretas de dibujo pudieran utilizarse fueran del tamaño que fueran.

¿Dónde debería ubicarse? Sabía que el sol en la mañana entraba de una manera cálida por la zona lateral derecha, pero se preguntaba si podría ver bien a su profesora desde esa posición. Bueno, ¿qué era lo prioritario? ¿El dibujo o la profesora? Eso era lo que se estaba preguntando cuando ingresó al aula y la respuesta fue un rotundo "¡La profesora!" que resonó por todos los rincones de su cuerpo. Maite Zaldúa le sonrió desde su atril. Camino no pudo evitar recorrerla de pies a cabeza, el vestido que llevaba le sentaba estupendo y tenía una sonrisa que podría dejar a cualquiera fuera de juego.

-Buenos días, Señorita Pasamar – la saludó – veo que ha decidido llegar muy temprano esta vez.

Al oír su voz, Camino volvió en sí desde sus divagaciones sobre la docente y sonrió con timidez.

-Buenos días, Señorita Zaldúa – respondió suavemente.

La joven caminó entre las mesas y se sentó a la derecha para aprovechar el sol. Es imposible no ver a esta profesora desde donde sea que te sientes, pensó, su presencia se come el aula. La forma errática en la que Camino observaba a Maite, mientras colocaba su libreta en la mesa, hizo que esta dejara su labor y se acercara un poco.

-Espero que no estés avergonzada por nuestro encuentro de ayer temprano.

Camino levantó la vista exhibiendo una sonrisa de pena – un poco.

-No deberías – le aseguró la profesora – no ha pasado nada grave y los lápices se pueden comprar en la esquina de aquí al lado, así de poco especiales es que eran – le sonrió consiguiendo que la joven se relajara un momento.

-Podría comprarle unos si usted quisiera, Señorita Zaldúa – advirtió Camino.

-Por favor, faltaría más – Maite rodó los ojos – y aquí en confianza, solo cuando no estén tus compañeros, puedes llamarme Maite simplemente.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora