Capítulo XXXVI

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*inserte música de drama* xD Nah, bueno, seh, sean dulces, por fa xD


Capítulo 36

Maite entró a su salón unos minutos después de despedirse de Alonso, no de inmediato. Al salir de la oficina estuvo un momento tratando de serenarse caminando por un pasillo dónde no se veía a nadie. Al ver gente avanzar por el extremo contrario, entró en el primer lavabo que vio y cerró la puerta tras ella apoyando su frente en la rugosa madera.

Esto no cambiaba nada y lo cambiaba todo. Hasta ahora sólo eran ellas y las personas que, de alguna forma, habían escogido por propia voluntad o, al menos, aceptado por propia voluntad. Pero estos agregados eran una cuestión de azar y, como el azar mismo, eran impredecibles. Podía confiar en Alonso, tenía esa impresión, pero Liberto era otra cosa. Aunque puede ser que las consecuencias lo aplacaran lo suficiente, quien sabe. Sería un peligro constante, cómo se atribulara por cualquier razón podría soltárselo a alguien de su entorno, incluso a su mujer o a Felicia. No quería ni pensarlo, no debía suceder antes de la exposición. No debía suceder si no salía de sus propios labios por conformidad, por elección.

Y ahora sólo podía escuchar en su cabeza todos los riesgos que hasta ahora había ignorado. ¿Alguien más las podría haber visto en la academia? ¿Y en aquel bar dónde habían estado bailando? ¿Lolita se lo habría contado a alguien? No se atrevía a pensar en Cinta o Emilio revelándolo, mucho menos Felipe. El cabo suelto final era Ángela que había estado demasiado silenciosa todo este tiempo.

Agitó la cabeza. No, no podía sucumbir a los riesgos. Había pasado momentos tensos, pero estaba allí todavía. No podía sucumbir porque, de las dos, era la que ya sabía que por ahora estaban fuera de peligro y tenía que transmitir seguridad a Camino. Tenía que explicárselo con calma.

-Tienes 30 segundos para estar nerviosa – se dijo respirando profundamente – y otros 30 para calmarte y enfrentar esto, has tenido suerte, Maite – se dijo – las cosas no han salido tan mal tampoco – hizo una pausa - creo.

No sabría explicar que hizo los primeros 30 segundos, pero los otros que le siguieron los dedicó a respirar y a afirmarse que no pasaba nada, que era cuestión de ser discretas. Un poco más.

Cuando ingresó al salón una ignorante Camino la recibió con la sonrisa más hermosa que ella había presenciado en su vida. Era evidente que se alegraba muchísimo de verla y ella hubiera profesado ese mismo interés si no fuera por su reunión anterior, pero a pesar de todo sonrió levemente.

-Buenos días, Profesora Zaldúa – saludó la estudiante - ¿estas son horas de llegar? – la regañó de manera fingida.

-Buenos días – Maite vio como la chica avanzó hacia ella dispuesta a besarla y la detuvo con la mano delante del cuerpo – No, Camino, no puede ser – la joven se hizo hacia atrás – ya hemos hablado de esto – le recriminó y se alejó de ella buscando las palabras para explicarse mejor.

Oyó a Camino bufar antes de seguirla mientras se cruzaba de brazos - ¿Es que no te apetece?

-¡Sí! ¡Claro que sí! – la voz de Maite surgió firme, pero con leve toque a reproche -, pero no es esa la cuestión – se colocó su bata de trabajo como si fuera un escudo, pero también quería enviar un mensaje de naturalidad, de rutina.

Notó a Camino revolotear a su alrededor y pensó que posiblemente buscaría como provocarle, como convencerla porque, hablando de manera sincera, tenía tesón suficiente para conseguir lo que se proponía y hoy era besarla al comenzar el día. Tenía que ser clara.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora