Capítulo XXXVIII

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Vale, dosifico, dosifico.... que tarde!


Capítulo 38

Decir que Camino trabajó la mañana en la que Maite le habló de la dichosa demanda de divorcio es sólo un decir. Casi una invención porque por mucho que intentó concentrarse solo podía divagar en esa última revelación: "eso me llevara a Paris sí o sí". Maite iba a marcharse y parecía algo inminente por la forma en que lo mencionó.

Bueno, ella sabía que ese momento llegaría en algún punto de su historia porque, al fin y al cabo, su vida estaba en Paris. Allí era dónde se había convertido en quién era, pero esperaba que eso sucediera mucho más adelante, cuando ambas estuvieran fuera de esa especie de armario en el que convivían a solas, cuando todos supieran. Cuando ella pudiera acompañarla o viajar a verla si tenían que pasar algún periodo de tiempo separadas. Incluso, cuando Maite habló de mudanza, Camino imaginó que pensaba pasar más tiempo en Madrid del que tenía planificado al momento de llegar y que un viaje a Paris sería más por una cuestión de organización que por otra cosa.

Pero ahora pudiera ser que Paris estuviera más cerca en sus planes y, además, tendría que ir para enfrentarse a Ángela.

La hora de la comida sólo aceleró su inquietud. Maite le contó que la situación con su ex esposa se había torcido del todo cuando la demandó. Estaba claro que estaban en pie de guerra. Divorcio en malos términos y problemas por venir, por solucionar. El principal era conseguir quitársela de encima, algo que contando como era Ángela no sería nada sencillo.

Y sobre todo porque Maite fue muy sincera con ella. Estaban en juego sus últimas semanas de clases y también la exposición. Su mentora no podía asegurarle que no fuera a fallar, pero le prometió hacer lo que estuviera a su alcance para no perdérselo. Lo ideal era retrasarlo lo suficiente, el plan b adelantarlo como para que se resolviera antes. Pero una certeza en sí misma no existía. Eran solo especulaciones.

-Me voy contigo, Maite – dijo la estudiante – sea la fecha que sea.

-No, no, no, eso no es posible – se negó la profesora.

-¿Por qué no? Puedo ir dónde yo quiera – respondió Camino – me da igual, Maite, ahora tú eres mi vida.

-¿Y dejar atrás la academia o la exposición? ¿Todo tu esfuerzo? ¿Todo a cambio de tener que pasarte unas semanas viéndome pelear con una mujer que hará lo que sea para herirme? Para herirte a ti también – preguntó Maite sin creérselo.

-Me da igual si estoy a tu lado – le aseguró la joven – prefiero estar contigo dónde sea y cómo sea.

-No, Camino – la pintora se negó en rotundo – hay precios que no estoy dispuesta a pagar, si tengo que irme me iré, pero no voy a llevarte conmigo, no a coste de un sacrificio semejante, a las consecuencias que te traería sin contar con la posibilidad que echarías a perder.

-El futuro no me da miedo si estoy contigo – Camino no iba a dar el brazo a torcer tan fácilmente, no quería tener que despedirse de Maite, la angustiaba pensar en no tenerla cerca – te amo tanto, Maite.

-Y yo también te amo, demasiado como para ver que echas esta oportunidad tan extraordinaria a perder – la morena la tomó de las manos calmando el evidente agobio de la muchacha – no, escúchame, mi amor, escúchame – le pidió - si ocurre, si llegará a ocurrir que tendremos que separarnos, que no pudiera estar, tú te quedarás aquí y cuidarás nuestro trabajo, le mostrarás al mundo lo que podemos hacer cuando estamos juntas, lo mucho que has crecido – le acarició las manos – y si me amas como yo a ti, me esperaras, ¿vale? – Camino asintió y Maite limpió una lagrimilla de la mejilla de la joven – sólo espera.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora