Capítulo VII

3K 153 25
                                    


No lo mencione antes, pero quiero comentar el detallito de que voy pillando trozos de la propia novela y conversaciones entre ellas porque las considero maravillosas y no quiero quitarlas del todo. A veces las reformo un poquillo, eso sí, para contextualizarlas. Pero en fin, la esencia está. Si ven que cuando hablan aparecen cursivas es porque proviene de manera directa de Acacias 38. 

Capítulo 7

Camino llegó a su casa como si estuviera flotando. La tarde que ella y Maite habían pasado juntas aún hacia mella en su estado de ánimo. La relación que las unía era algo de lo que se sentía incapaz de prescindir, le daba un valor agregado a su formación que, mínimo, podía valorar como único, excepcional. Maite hablaba del arte como un acto de rebeldía y ella se sentía tan identificada con esa postura que entendía por qué su profesora la había escogido. Había visto más allá de sus ojos, se habían comprendido mutuamente.

"Cuando sepas que es lo bello y verdadero para ti encontrarás la verdadera libertad"

La frase de Maite navegó por sus sentidos mientras se sentaba en su sofá a repasar sus últimos bocetos. Observó los ojos brillantes de su profesora en aquel dibujo, contempló sus facciones, su manera de sonreír. Es tan bella, pensó.

Giró la página y comenzó de nuevo. La visualizó abstraída y sonriente, presa de un rapto de inspiración, presa de su talento, presa de su sensibilidad. ¿Qué canción estaría escuchando alguien como Maite Zaldúa en aquellos instantes? Y más aún, ¿qué es lo que escogería dibujar? Eso era lo que más le interesaba. La joven Pasamar era muy abierta en sus deseos musicales y solía no limitarse. Como la vida que le había tocado muchas veces la disciplinaba, ella prefería fluir en los detalles ínfimos. Nadie le preguntaba que música escuchaba así que lo elegía todo porque así no tenía que privarse de nada.

¿Qué clase de música escucharía Maite? Si ella fuera como el resto de estudiantes pensaría que un artista debería escuchar música de "artistas", pero el arte es indefinible y, Maite tiene razón, depende de quién este mirando o escuchando. Además, su profesora era joven, no tenía que seguir los estándares de la música clásica o cosas similares, era tan normal como ella. Tenía una edad, un contexto y sobre todo mucha visión y libertad. Viniendo de Francia puede que escuchará a Maître Gims, Stromae o Indila. Se la podía imaginar disfrutando "Je veux" de Zaz. En realidad, podría escuchar cualquier cosa, no solamente música de su país de residencia, desde los comerciales norteamericanos hasta música de los 90 como Estopa o Extremoduro. Alguna canción de Rozalen, quizás.

La muchacha meneó la cabeza. ¿Qué podía saber ella? Al fin y al cabo su manera de oír música nunca tenía un rumbo definido e iba del comercial al underground según el día y las ganas.

Su lápiz dio un giró sobre el cabello de Maite Zaldúa y ella se perdió en su fantasía de verla moverse lentamente al ritmo de alguna canción un pelín más entusiasta.

-Es un hermoso retrato de la Señorita Zaldúa – parece que hoy todos estaban predispuestos a asustarla.

Así como ya había hecho Julio en la academia mientras pintaba, ahora Ildefonso apareció tras ella sin llamar su atención hasta no estar demasiado cerca.

-Ilde... - Camino odiaba el nombre de su amigo y solía llamarlo con una pequeña contracción, bufó - ¿me quieres matar del susto?

-He hecho ruido, lo juro – le aseguró el muchacho dejándose caer a su lado en el sofá -, pero estabas en tu mundo – volvió a mirar el retrato de la nueva profesora de la Escuela por encima del hombro de Camino – has mejorado mucho – comentó.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora