Capitulo XXXIX

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Tarde de nuevo, lo sé, perdón

Capítulo 39

La casona, como la llamaron Emilio y Camino, era más que una sencilla residencia de verano. Era una construcción soberbia que se veía con múltiples reformas desde su versión original, pero que conservaba un aire rústico que la hacía acogedora para ser de las dimensiones que era. Sin contar con el enorme patio y que tenían un marco serrano en el que perderse a hacer algo de senderismo. Era todo muy bonito y Maite se prometió pintar aquella casa y otros detalles de los alrededores. Y, por como la vio sacar su cuaderno algunas veces, estaba segura de que Camino también había pensado algo similar. ¿Qué podían hacer? Lo llevaban en la sangre y estando juntas pululaba más por salir.

Y es que en este fin de semana no convencional en el que podían pasar tiempo juntas libremente, sin temor a incomodar a sus compañeros, Maite había aprendido que en los más minúsculos detalles podía encontrarse con un cuadro, con un rapto de inspiración. Como las sonrisas de bochorno de Camino cuando Emilio contaba algo inesperado sobre su hermana pequeña y cómo le subía el calor desde las mejillas hasta las orejas ante las anécdotas embarazosas. Aprendió que encontrarse a Cinta en el sofá improvisando con la guitarra una canción Presuntos Implicados daba el mismo confort que su abrazo inesperado cuando le mostró un boceto que hizo de ella entre todas esas flores a las que le cantaba. Y que Emilio hablaba de economía como ella hablaba de pintura, con el mismo entusiasmo, y que cuando él lo explicaba todo aquello no parecía tan insípido y empezaba a tener gracia. Que si se miraban, tanto Cinta como Emilio, siempre sonreían de inmediato. Que las miradas cómplices y felices de los hermanos Pasamar al cocinar la receta preferida de su abuela materna, su relajación y su concentración en los detalles, eran una digna estampa costumbrista, pero un poco más moderna.

Había tanto por lo que sonreír en un solo fin de semana, en esas horas llenas de sensaciones nuevas, en un espacio nuevo, con una bocanada de aire nuevo y fresco en cada amanecer. Con el cuerpo de su bella Camino reposando en su abrazo, dormida, desnuda después de una nueva noche en la que no danzar poseídas por el deseo podía considerarse un pecado por muy pecaminoso que fuera las caricias que conjuraran con cada centímetro de su cuerpo. Y despertarse antes que su avecilla, perderse en los segundos dibujando garabatos erráticos con las yemas de los dedos sobre su piel desnuda. Recuperar el sentido únicamente para observarla suspirar y abrir los ojos con lentitud. Esperar a que se hiciera con la consciencia suficiente como para demandar un beso de buenos días y abrazarse a su cuerpo igual de desnudo.

Tomar una ducha, vestirse sin dejar las manos quietas hasta volver esa sencilla acción en una pequeña batalla de la que siempre salían ganando. Bajar, preparar el desayuno entre los cuatro y disfrutar las horas de luz de sol para volver a las mismas pequeñas rutinas que hacían de este fin de semana no convencional una utopía sencilla que se le estaba colando en el alma y renovándola. Puede que 2019 hubiera empezado lleno de sombras para ella, pero se marchaba repleto de sol. Como este sol de mediodía que brillaba diáfano y calentaba su piel, mientras ella disfrutaba con los ojos cerrados.

Unos brazos que bien conocía la rodearon - ¿Qué hay en esa cabecita mientras no me dejas ver tus ojazos? – le preguntó Camino apoyando su rostro en el suyo.

-Tú, sobre todo tú – murmuró Maite dejándose acunar y respondiendo a una caricia suave en su mejilla.

-Ese tema es muy recurrente, ¿no? – comentó la joven – siempre estoy por ahí – escuchó a Maite reír dulcemente – aleteando como una buena avecilla.

-Como una avecilla bien impetuosa más bien – replicó Maite.

-¿Qué puedo hacer? Si te amo tanto que me niego a dejarte y como tus pensamientos son mis adeptos – la joven sonrió cuando Maite se giró la miró divertida – pues tengo que aprovechar una posibilidad tan buena que me ha dado el azar.

Camino a la Pasión [MAITINO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora