Han pasado dos horas desde que Jaden me dejo, pero me quedé dormida casi al instante, así que no he hecho mucho desde su partida. Estoy sentada en la orilla de la ventana de lo que aparentemente es ahora mi nueva habitación con una manta y una taza de café que apareció misteriosamente en la mesa. Lo único que sigue dando vueltas en mi cabeza es el hecho de que mis padres, quienes me dieron la vida, están en el mismo lugar que yo, quién sabe, a unos pisos o cuartos de distancias, a unas puertas de distancias, sé que me están dando tiempo de asimilar cada una de las cosas que me han pasado en las últimas horas, pero también debo admitir, que tengo un poco de miedo de conocerlos. No tengo la menor idea de quienes son o sus nombres siquiera, pero sé que ya estoy lista para escucharlos porque ya he llamado a Jaden y me dicho que vendrá en unos minutos.
Tocan la puerta mientras reviso unos cajones de uno de los muebles, contiene algunos libros forrados de cuero y también hay otros con candados y tapas de metal, no veía llaves por ningún lado, así que cierro las gavetas nuevamente.
—Adelante —respondo mientras me siento en el sofá, percatándome por primera vez que la ropa que llevo es distinta a la que traía antes, cuando subí al avión. Es cómoda, un short y una camiseta azul y calcetines blancos, no me agrada la idea de que alguien me haya cambiado, pero agradezco que me pusiera calcetines, nunca me ha gustado estar sin ellos.
Veo a Jaden asomar su cabeza a través de la puerta, en cuanto me ve, entra y cierra la puerta. Está siendo cauteloso, puedo notarlo, ni siquiera yo puedo saber cómo actuaría si estuviera en su lugar.
—¿Puedo sentarme? —pregunta señalando un sitio en el sofá, me encojo de hombros y hago un pequeño asentimiento, pero sobre todo evito mirarlo a sus ojos, un reflejo de los míos.
—¿Qué es lo que deseas saber? —pregunta sin desviar su mirada de mi rostro, puedo sentir cada gramo de su presencia aquí, y no sé si es algo bueno o malo. Tomo un cojín y empiezo a jugar con las lentejuelas que cambian, haciendo figuras al azar.
—No lo sé —murmuro avergonzada, lo he hecho venir, y ni siquiera he pensado en que quiero preguntarle—, talvez sobre lo que decía James, no ha terminado de decir nada.
Toma un respiro antes de hablar, veo que piensa en las palabras que va a decir, solo quiero que sea honesto— Hace bastante, cuando se formó Aluris, también se formó otro mal, nacido del odio y de la Oscuridad, de allí su nombre —hace una pausa y toma el libro que deje antes en la mesa cerca del sofá, lo abre y me muestra una imagen de seres de humo materializándose en carne humana— los Oscuros, son seres negros, su origen data de un pacto con la Oscuridad misma, del deseo de poseer Aluris, pero los reyes de los doce castillos intentaron vencerle, pero se libraron de la prisión y cuando tú naciste, vieron la oportunidad de tomar a Aluris, cuando eres un Pura —sigo viendo la imagen de los Oscuros, pero no he dejado de escucharlo en ningún momento, así que es palabra capta mi atención—, adquieres mucho poder, somos lo que los humanos llaman Inmortales, y eres quien más poder tiene y a quien ellos más necesitan.
—¿Qué es un pura? —busco en las páginas de los libros algo relacionado a ello, pero no veo nada hasta que Jaden gira las páginas correctas, si obtengo una definición por lógica, podríamos decir que es cuando la especie no ha sido mezclada con otra, pero tampoco puedo estar tan segura.
—Somos la mejor definición de alurianos—busca otra página en el libro, se detiene en una imagen, seres con formas humanas, algunos tienen alas de ángel, otros portan una espada o una corona, uno de ellos forma un arco de agua, pero todos tienen los ojos morados, los portadores de las espadas, solo tienen una forma humana, pero puedo ver que son los que están en el centro— los alurianos poseen poderes, todos tienen los mismos poderes, pero los pura tienen poderes que un aluriano común no superaría a un pura ni en un millón de años, aun no se ha establecido un límite de poderes para un pura, es un planeta en donde todo funciona diferente al de los humanos, y sé que talvez solo quieras regresar a tu casa pero este es tu hogar ahora, tus amigos son la guardia de la princesa, es decir tú pero ellos se quedaran aquí contigo.
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Una chica de dos mundos
FantasyMi mayor problema es describir la historia de modo que resulte interesante, pero lo intentaré. Astrid es una chica que ha crecido en el mundo de los humanos toda su vida, o eso es lo que ella cree, para ella su mundo se ha venido abajo cuando sus pa...