Capítulo Veinticinco

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Siento un dolor intenso recorrer cada célula de mi ser, es demasiado abrumador para mantenerme de pie siquiera, no puedo controlar los gritos que salen de mí, Jaden me sujeta contra él, apretó tanto sus brazos que estoy segura que tendrá moretones por ello, el aún no está sufriendo el dolor de este hechizo, pero está haciendo lo posible por sacarnos de aquí, pero su magia es completamente inútil.

—Esto...du...ele, demasiado —consigo decir entre sollozos, he conseguido dejar de gritar, pero sigue siendo demasiado, empiezo a ver oscuridad en los bordes de mi visión.

—¿Cómo nos puedes sacar de aquí? —pregunta Jaden, o eso creo, no estoy segura —, te exijo que lo hagas, como tu príncipe.

—Puedo romper el hechizo, pero eso causara una breve explosión aquí, necesitaré sacarlos de aquí al instante, pero solo puedo llevarlos a donde la magia es mínima —escucho que siguen discutiendo sobre como romper el hechizo, pero no distingo mucho, James da ordenes a los guardias, me parece que solo quedamos Elijah, Jaden y yo, no estoy segura.

—No te duermas —escucho a Jaden decirme, quiero decirle que no lo haré, pero no quiero hacerlo, quiero dormir, callar todo este dolor, siento mis huesos arder, mi piel desprenderse de mí —, quedaté conmigo.

—No..pue...do —le digo y la oscuridad me atrapa, perdiendo cualquier conexión con el mundo real.

Horas después

El lugar donde estoy acostada es suave, tengo un poco de frío, abro mis ojos lentamente, no me golpea ninguna luz de sol, todo lo veo a mi alrededor es oscuridad, una pequeña lámpara iluminando toda la habitación, no hay ventanas, el cuarto es bastante sencillo, paredes desnudas, un pequeño mueble y una puerta, intento moverme, pero siento mi cuerpo llorar cuando lo hago, al instante una sombra de la esquina de la habitación.

—No te muevas —Jaden me empuja de nuevo contra la cama —, tu cuerpo sufrió demasiado, descansa.

Los recuerdos llegan a mi en un aluvión, el hechizo, Elijah, el parque, James, y por supuesto el dolor, en algún momento habré perdido la consciencia debido al sufrimiento que era eso, era como si me quemarán viva.

—¿Qué paso? —pregunto casi en un susurro, parpadeo aclarando mi vista, Jaden está sentado en la orilla de la cama, acariciando mi cabeza, luce cansado, su cabello más desordenado de lo habitual, lleva la misma ropa que anoche, arrugada.

—Elijah pudo sacarnos de allí —me explica sin dejar de mirarme —, pero como mi magia se volvió inútil, el tuvo que sacarnos de allí apenas rompió el hechizo, y para que la magia no nos alcanzara, tuvo que llevarnos a otro mundo.

—¿Qué mundo? —levanto mi mano y me acomodo el cabello , me siento lentamente contra la pared de la cama.

—Tu antiguo hogar —responde Jaden mirando a otro lado.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora