Capítulo Catorce

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Me despierto sintiéndome algo perdida, la luz se filtra a través de mis ojos, no puedo recordar haberme ido a dormir, los recuerdos no tardan en llegar, un Jaden y yo viendo sentados en mi cama una película, pero al final terminamos usando mi computadora, más bien la supercomputadora, veíamos algunos lugares de Aluris y actualice mi perfil, pero no podía hacer mucho, pues era una cuenta de alta seguridad y privada, por ser la princesa y todo eso, el cansancio empezó a hacer mella en mi cuerpo y debí caer dormida, recuerdo un vago cambio de palabras entre Jaden y yo, algo sobre descansar y sobre un destino, la idea desparece antes de que pueda sujetarla.

Hago un intento de levantarme, pero algo sostiene mi cuerpo contra la cama, me percato de que Jaden está abrazándome, una incertidumbre cruza rápidamente por mi cabeza, no se supone que este aquí, conmigo, durmiendo, intento levantar uno de sus brazos sin despertarlo, debió quedarse dormido también y en medio de la noche acabamos en un revoltijo de brazos y piernas, intento no pensar en lo bien que se siente estar así con él, no debería tener esta clase de pensamientos.

Su brazo se sujeta firmemente sobre mi cuerpo, está siendo difícil levantarme sin despertarlo, decido tomarme un momento antes de levantarme y despertarlo. Estoy calmada, hasta que escucho su voz.

—Cómoda, ¿eh? —Siento sus labios cerca de mi oreja, lo que envía una onda de escalofríos a mi cuerpo, trato de disimularlo, creo que funciona.

—Claro, con todo tu peso encima —murmuro y mueve su brazo lejos de mí, aún lleva el uniforme, su cabello le daba un aire de frescura a su rostro, me quedo mirándolo fijamente unos segundos hasta que me doy cuenta de que lo hago y me siento rápidamente sobre la cama, yo tampoco llegue a cambiarme de ropa, por lo que llevo mi uniforme de entrenamiento, pero es bastante cómodo que pasa por un pijama. —¿Estabas despierto?

—Si —susurra Jaden, se pasa una mano por su cabello, dejándolo más despeinado de lo que ya estaba —, no era mi intención quedarme a dormir, iba a irme luego de que te acomodé, pero supongo que el cansancio pudo en cuanto me recosté un rato.

—Está bien —digo levantándome de la cama, Jaden sigue sentado en la cama, un poco distraído—, ¿Qué hora es?

—No lo sé —responde mientras me voltea a ver y una sonrisa surge en sus labios, hace que sonría un poco también —¿ Sabes que de pequeños dormíamos juntos casi todos los días? —Sus palabras hacen que me sorprenda, lo miro y niego con la cabeza, le dejo saber con mi mirada que continúe hablando—, tenías dos años, venías a mi cuarto a media noche, yo tenía seis años, te dejaba dormir en mi cama— mientras habla veo como se pierde entre sus memorias, como si extrañara algo más allá de eso, intento comprender la expresión en su rostro, pero no puedo—, ni siquiera buscabas la habitación de tus padres, siempre era yo, luego cuando cumpliste cinco tenías pesadillas y me llamabas, me quedaba durmiendo contigo y después se volvió un poco costumbre, hasta que tuviste que irte.

—Lamento no recordar nada —Cada vez empezaba a molestarme más el no poder recordar, si lo hiciera podría comprender todo, las memorias a las que no tengo acceso, la historia detrás de todo—, nada me gustaría más —una lágrima se desliza por mi mejilla, Jaden se levanta y se acerca, levanta su mano y limpia con delicadeza mi mejilla.

—¿Sabía yo que me tenía que ir? —pregunto en apenas un susurro, asiente y se voltea hacia la mesa que hay al lado de la cama, toma el celular en sus manos y se pone su reloj rápidamente.

—No querías irte, lloraste y al final todos estuvieron de acuerdo en que era mejor que olvidaras —responde él, el tono de su voz ha cambiado, hay algo que no me está contando—, pero era lo mejor.

—Pero aquí estoy —señalo —, de vuelta a este mundo, de donde nunca debí irme.

Suelta un suspiro y me entrega mi celular, lo enciendo y espero su respuesta.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora