Capítulo Treinta y Cinco

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—Tenemos que hablar —dice Jaden antes de bajar por algo de comida al restaurante del hotel, estoy en el baño escondiéndome de él, había regresado hace cinco minutos, y yo seguía dentro del baño, mirándome en el espejo, mis ojos estaban color café, mi color humano, debía salir pronto, no podía esconderme por toda la eternidad, probablemente sí, pero no era posible, cambie mis ojos a morados antes de salir.

Jaden está sentado en la cama con un plato en sus manos, me mira y me sonríe, no creo que nunca me acostumbre a su sonrisa, el amor que le tengo va más allá de cualquier cosa, tomo mi plato que está en la mesa de noche y me siento a su lado, ordeno deditos de pollos para mí, mi comida favorita, comemos en silencio durante unos minutos, hasta que decido romper el silencio.

—¿De qué quieres hablar? —pregunto mientras dejo mi plato a un lado, no creo que hablar con la boca llena sea buena idea y no es educado.

—De como llevas todo esto —dice mientras se levanta y deja los platos en la mesa.

Bajo mi mirada hacia mis manos unidas, como un acto de nervios, siento su mirada sobre mí, sé que está enojado porque he ocultado como me sentía, aunque seguramente el suponía que estaba afectada por todo y me daba mi tiempo y espacio.

—No hay mucho que decir —es todo lo digo, le miro a los ojos y estos son plata, rápidamente los cambia a color azul.

—No sigas por allí— se acuesta a la pared y cruza sus brazos sobre su pecho—, sé que no estás bien, te he dado tiempo, pero necesitas hablar con alguien, no has mencionado a Lucy ni una sola vez— me estremezco ante la mención de ese nombre—, puedo comprender ese dolor, ser traicionado de esa manera, no ha de ser fácil, James me ha dicho que ella se ha pasado al bando de Nick por el poder.

No quiero pensar en todo lo que significa eso, no quiero sentir nada respecto a ella, ni sobre nada, ni mis padres, quiero regresar a mi vida como humana, pero sé que eso no es posible ahora ni lo será jamás, este es mi mundo ahora, siempre lo ha sido.

—Quiero volver a mi vida de antes —digo esto antes de poder pensar lo que debe significar para Jaden, puedo escuchar cómo se le escapa un suspiro, mantengo mi mirada en mis manos unidas, tengo miedo de mirarlo y ver que lo he herido, pero una mano sube mi barbilla, cierro mis ojos con fuerza mientras las lágrimas caen sobre mis mejillas.

—Abre los ojos —dice Jaden con una voz suave, hay amabilidad en su voz, sin poder luchar contra la fuerza de sus palabras los abro, está sonriéndome, hay un poco de dolor en su mirada, intento devolverle la sonrisa, pero sale más a una mueca.

—Siempre hemos sabido que una parte de ti quiere ser humana otra vez, tus amigos simplemente cambiaban sus ojos y no usaban sus poderes —sus manos están en mis mejillas, me levanta de la cama y me sienta sobre él, me abraza mientras apoyo mi cabeza en su hombro, uso su camisa como pañuelo, no me dice nada durante un buen rato—, no te culpo por querer seguir siendo humana.

Levanto mi mirada mientras seca mis lágrimas con sus manos— No me malinterpretes, te quiero en mi vida, eres lo mejor que me ha pasado y si no dije nada sobre todo esto antes es porque no quería herirlos a ustedes.

Una sonrisa atraviesa sus labios, me besa la frente y cierro los ojos, pero lo separo un poco de mí, pues debo decirlo todo y no porque esté obligada, sino porque quiero hablar de ello, dejar fluir mis emociones.

—Lucy es una traidora —decirlo solo hace que se vuelva real, el asiente ante mi afirmación—, los ha preferido a ellos, por poder, y pensar que mi amiga me haría esto, culpó a Margareth, todos le debemos una disculpa enorme y no sé a dónde se irá nuestra amistad.

Apoyo mi cabeza en su hombro el cual está mojado de mis lágrimas, acaricia mi cabello mientras me responde. —Lo es, era tu amiga, tienes derecho a enojarte con ella, no conviví mucho con ella, pero también era mi amiga, era dulce y amable, la conocí de niña, crecimos con ella, y esto dolió, no tanto como a ti, le debemos una disculpa a Margareth.

Pienso en mi vida antes de todo esto, recuerdo los momentos que pase con Lucy y con cada uno de mis amigos, recuerdo las veces que hicimos las tareas juntas, todas las veces que dormimos juntas, recuerdo las veces que le hable de los chicos que me gustaban y ella me decían que ninguno era bueno para mí, seguro ella sabía de mi compromiso con Jaden, durante un tiempo si fue mi amiga, nuestra amiga, recuerdo una vez que yo rompí una computadora y ella se echó la culpa, su madre quien solo vi unas cuantas veces, ya que nunca estaba en casa, seguramente se mantenía en Aluris, nunca pregunte por ello, a Lucy no le gustaba hablar de ello, recuerdo lo que ocurrió una vez que supe quién era, seguía allí conmigo, apoyándome, dándome consejos y apoyo, hasta hace unos dos meses, cuando empezó a pasar fuera y desaparecía las pocas veces que estaba en el castillo, las peleas empezaron en ese tiempo, eran pequeñas cosas, pero nunca habíamos peleado, lo atribuía a todo lo que estaba pasando, cuando quizá era porque ya no era más nuestra amiga, sino una traidora, capaz de culpar a sus quienes una vez fueron sus amigos, robar secretos de estado, y vendernos a los enemigos, no solo por nosotros, sino por todo Aluris, nos había vendido por un poco más de poder.

—Ya no es nuestra amiga —digo, la habitación empieza a congelarse, es mi enojo y dolor saliéndose de control, Jaden presiona mi núcleo de poder para evitar que estalle la habitación— Y si intenta hacerles daño yo misma la destruiré.

—Si no supiera que con eso te refieres que la dejaras débil y probablemente la encierres o la exilies— sigue acariciando mi cabello con sus manos, después de todo soy su princesa—, diría que estás hablando de asesinato.

Me rio, pero no porque esté equivocado, sino porque tiene razón, no puedo matar a quien una vez fue mi amiga, no puedo odiarla, ni jamás lo hare, pero si puedo superarla, dejar ir lo que una vez fue, porque para odiar no tengo tiempo, solo daré lo mejor de mí en cada momento.

—Sí, jamás podré hacerle daño a ella de ningún modo, a menos que sea en defensa propia —susurro contra sus labios, tentándolos a besarme, y funciona, su mirada se dirige a mis labios y algo brilla en sus ojos, me sonríe y lo siguiente que se es que nada importa, ni esta guerra, ni mis amigos, ni el mundo, solo él y yo y nuestro amor.

Una hora después, estamos haciendo maletas, pues debemos irnos lo más pronto posible, nuestra maleta no es mucha, solo unas cuantas cosas, pero nos habíamos entretenido haciendo otra cosa, solo de recordarlo una sonrisa surge en mi labio de forma automática, no terminamos de hablar, aún tenía que hablar de lo que haríamos, lo que yo haría después de la guerra, seguramente seguiría entrenando con mis poderes y mis defensas.

—¿En qué piensas? —me pregunta Jaden después de colgar la llamada al aeropuerto, pidiendo un avión privado, bajo el nombre de Damián, pues nuestras empresas aún siguen funcionando, sin tener idea de cómo pasaba eso.

—¿Qué haremos después de todo esto? —sigo empacando nuestras cosas, cuando se acuesta en la cama y hace como si pensara.

—Ya tenía algo en mente —las cosas empiezan a volar hacia la maleta, me rio, debí pensar en ello antes.

— ¿Qué tienes en mente?

—¿Te parece conocer los lugares bellos de Aluris, dejar nuestras labores e irnos por todo Aluris, después de todo tenemos todo el tiempo del mundo? — la sonrisa que tengo en mi rostro es suficiente respuesta, pero aun así se lo digo.

"Amo esa idea".

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora