Capítulo Siete.

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La cena ha transcurrido de lo más tranquilo durante los primeros diez minutos, James y Jaden no parecen querer seguir con su discusión, pero Rosalee y Darius los miran como si les hubieran salido cuernos, imagino que han de haber estado discutiendo un montón.

—Bueno, nen..., digo Astrid—dice Rosalee, he notado que ha estado a punto de llamarme nena, y le agradezco que se haya corregido, aún no estoy preparada, sigo sufriendo por mis padres—, ¿Cómo sigues?.

—Estoy bien —le respondo, aprovecho la ocasión para tomar un bocado y no tener que responder algo más.

—Ha estado bien, mamá —le dice James, oírlo llamarla así es también extraño, siempre creí que sus padres eran otros, pero no eran más que una pantalla y sinceramente les tengo cariño, así que no sé cómo superarlo tan rápido—, creo que aún necesita más tiempo para adaptarse, eso es todo.

Le sonrió a James en muestra de agradecimiento. —Por supuesto —dice Darius—, solo quiero que sepa que tiene nuestro apoyo —lleva puesto un traje formal, pero luce un poco cansado bajo la sonrisa que tiene, ser rey no ha de ser nada fácil.

—¿Con qué piensas empezar el dominio de sus poderes, Jaden? —pregunta mi madre, el apura su bebida para poder responderle.

—Aún no lo tengo muy claro —une sus manos y posa la barbilla en ellas —, esperaba hablar con Astrid y ver con que deseaba empezar, pero será lo básico, pruebas de equilibrio, control del aire y de los elementos principales, talvez podamos avanzar con lo demás luego, si a ella le parece bien.

—No tengo idea de lo que sería mejor —puedo sentir como me ruborizo al admitirles que no sé de lo que hablan—, no sé de qué hablan, pero el equilibrio suena bien.

Rosalee suelta una risa leve y Darius la fulmina, pero no con enojo, solo un pequeño regaño. —Con Jaden como maestro, espero que pronto ya no tengas reparos en poder hacer algo que es tuyo.

—Talvez —respondo —, supongo que es mi deber como su... hija —les respondo, aún no sé qué pasará en los próximos días de mi vida y mucho menos sé si algún día dirigiré este lugar.

—Puedes referirte a ti como princesa —responde James sin dejar de ver a Rosalee —, yo soy un príncipe, Jaden también —asiente ante la mención de su título y sigue con su comida —, algún día tendrás que ocuparte de Aluris, pero el futuro es muy incierto.

—Tu hermano tiene razón —dice Darius, la mera mención de que ahora estoy junto a lo que debió ser mi familia provoca que mis manos empiecen a temblar, Jaden lo nota y las mira fijamente, así que las escondo bajo la mesa —, no debes preocuparte por eso, haré lo que pueda por aplazarlo por unos años más.

—¿Puedo preguntar cuál es su edad? —Mis mejillas se ruborizan, lo cierto es que no sé mucho de ellos, y ahora no tengo la menor de idea de como acercarme más a mis padres

—Bueno, ¿Sabes que nadie le va a preguntar eso a los reyes? —Dice James, Rosalee le lanza un fuerte viento contra él y lo fulmina con la mirada—, pues mi edad es la misma que Jaden, veinte, un poco de magia y aparento dieciséis, no es muy difícil.

—¿Enserio? —Pregunto con brusquedad —, ¿Acaso alguien me dijo algo de verdad en los últimos años? ¿O acaso han estado mintiéndome todo este tiempo? —He empezado a gritar y ahora todos guardan silencio, no sé que espero, me siento muy engañada, la mitad de mi vida ha sido una completa mentira, y que me maten si alguien estaría bien con esto.

—Astrid —me llama James, pero no lo escucho para nada, siento una presión en mi cuerpo, no me sofoca, es como una presión intangible, no es hasta que se ilumina mi mente y noto es Jaden.

—Para Jaden —le grito, pero solo siento un ajuste más fuerte —¿cuál es su edad? —pregunto mientras me levanto de la silla y derramo un poco de ensalada sobre la mesa, pero James evita que caiga más, no sé que ha hecho, pero lo ha hecho — Por favor —susurro.

—Yo tengo 489 y Rosalee 364 años —Ahora no sé que hacer, no sé donde meterme, siento las lágrimas agolparse en mis ojos y sé lo que dirán pero es mejor ya saber de una vez —, somos inmortales, cariño, o algo así, lo siento mucho —dice mi padre dulcemente y es el tono de su voz lo que hace que de media vuelta y salga corriendo del comedor, la cena ha sido un desastre, esta vez he ido más lejos, he pasado de los temas triviales a esto.

—Gracias —susurro antes de salir, pero sé que me han escuchado, así que me dirijo a mi habitación.

Me pierdo un poco antes de conseguir llegar a mi habitación, pero cuando lo hago, tiro todo lo que encuentro a mi paso hasta llegar a mi cama y dejarme caer en ella y empezar a llorar. Esta vez siento que no tengo a nadie, no quiero a nadie a mi lado en este momento, no sé en que momento me quedo dormida, pero cuándo despierto a media madrugada, veo que estoy arropada y hay un libro en mi mesa y una caja de chocolates, hay una nota, la tomo y la leo, es de Jaden.

"Te he dejado una de mis libretas de mis dibujos sobre algunos lugares de Aluris, espero la disfrutes, algún día te llevaré personalmente, con amor, tu viejo amigo no recordado Jaden"

Su última línea consigue sacarme una pequeña sonrisa,me termino los chocolates sin darme cuenta mientras veo los paisajes de Aluris,los dibujos son tan bellos, pero pasado un tiempo, vuelvo a caer en los brazosde Morfeo.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora