Capítulo Veintisiete

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Al salir de la habitación hay un largo pasillo, pero Jaden parece saber a dónde llevarnos, me sujeto de su brazo firmemente, el dolor ya no es tan intenso como antes, pero sigue siendo demasiado para un ser humano, por suerte, no soy una. Jaden quiso transportarnos, pero teme que mi cuerpo se agite y me cause más daño, así que aquí estamos, caminando hacia el primer piso, no parece haber nadie más aquí, pero todo parece estar bien. Bajamos usando el ascensor, al parecer estábamos en el quinto piso de quince.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta Jaden, apoya su mano sobre mi antebrazo enviando magia relajante—, yo no llegue a sentir el hechizo, pero ya lo he sentido, al parecer esta vez usaron altas cantidades de Alejandrita, por lo que mis poderes eran casi inútiles.

—Estoy mejor —le digo, y es verdad, solo de recordar como se sintió me estremezco, no quiero volver a sentir algo así en mi vida—, aún duele, pero estaré bien, solo es descansar un poco.

Las puertas de ascensor no tardan en abrirse, revelando una amplia sala, colores monocromáticos, no es el vestíbulo de los grandes hoteles, pero sigue siendo bonito, hay una recepción, pero esta bacía, solo hay unos cuántos sentados en los sofás que habitan el vestíbulo, en uno de ellos está Elijah y en los otros, varios que no conozco, Jaden nos lleva con Elijah.

—Veo que has estado ocupado —le dice Jaden, ocupando su papel como el príncipe que es —, has hecho un gran trabajo con este edificio.

—Es uno de los edificios que usamos para escondernos del Rey Oscuro —dice Elijah levantándose del sofá, dejando de lado la computadora que tenía con él, a su vez una chica de cabello negro y complexión delgada, facciones suaves, pero sus ojos me dicen que no es una persona tranquila.

—¿Enserio dejamos que estos dos se alojen en nuestros edificios? —dice la chica a Elijah —, debiste dejarlos en Aluris, atraerán atención a nuestros...

—Sophie —dice mirándola fijamente, retándola a que lo interrumpa —, no cuestiones mis elecciones, además, nos han apoyado de vez en cuando, es hora de pagar la deuda.

Sophie murmura algo sobre no prometer ser amable con nosotros, por otro lado Elijah parece estar feliz de estar con nosotros.

—¿Tienes autos disponibles? —pregunta Jaden a Elijah, no es que en Aluris no hayan vehículos, pero si son algo diferentes, aunque casi no los usamos.

—Tengo un par —responde Elijah —, pero antes quiero algo.

Elijah sigue teniendo magia oscura con él, aunque no pertenezca a los ejércitos del Rey Oscuro, y sean desterrados, no debo olvidar que la magia oscura no es libre, siempre pide algo a cambio.

—¿Qué es lo que quieres Gris? —le pregunto firmemente, me toma por sorpresa la manera en que lo hago, sin dudar, sin miedo, aunque me siento extraña, no he crecido como alguien que pueda ordenar a alguien a hacer algo o recibir reverencias, pero mucho menos, a liderar una nación o a alguien, ni a tomar decisiones.

—Los llevaré yo mismo y se los diré después —responde Elijah, caminando hacia la puerta con Sophie detrás de él, no es hasta este momento que me percato de los demás en la habitación, están sentados, fingiendo estar interesado en sus asuntos, pero sé que solo es una pantalla, han escuchado cada palabra que hemos dicho.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora