Capítulo Seis.

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Estoy sentada en un sofá bastante acolchado, si la historia no estuviera interesante me hubiera dormido hace mucho. Jaden está al otro lado del sofá, buscando algo en el libro, hemos leído un poco sobre la geografía de Aluris, al final solo puedo recordar que hay doce reinos, pero que de todos ellos solo uno posee reyes legítimos, el resto son príncipes, más bien como alcaldes en un país con presidente. No he conseguido recordar todos los nombres, me ha dado una lista para estudiar para la próxima semana, le daré algo mejor, en dos días.

—Bien, empecemos... —se detiene en una página y una líneas blancas aparecen en una hoja antes vacía —Hace muchos miles o millones de años mejor dicho, el planeta de los humanos era un caos, estaban al borde de la destrucción, muchas enfermedades acechaban a la humanidad, no había alimentos, el suelo no era muy fértil, el cielo se había vuelto rojo, nadie sabía cómo enfrentarse ante lo que parecía el fin del mundo —usa sus manos para formar una bola roja que poco a poco va tomando más forma, al final, ha quedado como una versión del planeta tierra, solo que nada de cómo es ahora— lo que nadie sabía era que un planeta se aproximaba a ellos, un planeta se desviaba a su posición, no podemos explicar porque o como sucedió aquello, pero lo que se sabe es que ese planeta chocó con el mundo de los humanos.

Se detiene un momento para formar figuras con sus manos y poder esquematizarlo mejor, es bello lo que hace, pero es terrible lo que mis ojos ven. —Uno supondría que ante aquel choque ambos mundos se destruirían, pero lo cierto es que aquel planeta era mágico, se crearon dos nuevos mundos, el nuestro, Aluris y el de ellos, la Tierra, los habitantes del primer planeta quedaron divididos en dos, los alurianos y los humanos —luego de que las dos bolitas de ejemplo chocan, un montón de chispas saltan y solo quedan dos mundos, pero unidos en sí, sin llegar a fusionarse nunca— los humanos iniciaron una nueva vida, un nuevo mundo, un mundo sano, los alurianos eran sin duda más poderosos que los humanos.

Borra con una mano lo que ha hecho hasta ahora y empieza a dibujar dos cuchillos pequeños y no es hasta que continúa que no comprendo lo que son. — Para establecer el orden aparecieron los pura, una espada de sol y una espada de luna —ambas están unidas por la parte superior, bañadas en un líquido parecido al agua, pero de consistencia más fuerte— que establecerían el orden, dos puros estarían a cargo de todo Aluris, Aluris está en el mismo lugar donde estaba la Tierra, pero en dimensiones distintas, mismo tiempo, pero diferentes dimensiones.

Estoy fascinada por lo que me ha mostrado, es hermoso, me cuesta asimilar la idea de que es una historia real y no un cuento de algún escritor. —Los Alurianos pertenecen a ambos mundos, tanto a la Tierra como a Aluris, podemos viajar entre ambos mundos, pero eso ha sido prohibido, dado que una tragedia ocurrió cuando los humanos descubrieron que otros seres vivían entre ellos y tenían poderes, nos llamaron brujos, vampiros, hombres lobos, hadas entre otras cosas y nos aniquilaron —se ha detenido con las imágenes visuales, y se lo agradezco, no soy tan fuerte como para soportar ver imágenes muy gráficas sobre muertes— nuestros antepasados no querían arremeter contra los humanos que en una manifestación del miedo que sentían por nosotros, nos odiaron y nos buscaron para morir quemados, torturados y masacrados, entonces uno de los reyes estableció que no se podía cruzar a la Tierra, quedando así la tierra libre de Alurianos. Años después se descubrió que los alurianos no eran más que el producto del aquel choque, somos las partículas que componían aquel planeta, y los pura somos las partículas del núcleo del aquel planeta. Nosotros asesinamos a ese mundo en primer lugar...

Dejo de escuchar sus palabras en cuanto dice eso, ahora soy una de ellos, ya no soy más una humana, si es cierto lo que dice, creo que estoy en un mundo de locos, no hay pruebas de que eso sea verdad. Pienso profundamente en una de sus palabras, eso explicaría todas aquellas leyendas que se conocen en mi mundo, no, no más mi mundo, ahora...

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora