Capítulo Nueve.

25 8 0
                                    

Jaden.

Estoy corriendo antes de darme cuenta de que lo hago, estoy corriendo rumbo a la sala de portales, ella está herida, lo sentí antes de que me llamaran por mi teléfono, estoy allí antes que lleguen. Hace unos meses recibí la noticia de que sus padres de crianza habían muerto y que estaba más expuesta que nunca, debíamos traerla de vuelta a Aluris, estaba emocionado por ello, la había perdido hace once años y lo peor es que ella no me recuerda, yo había apagado su parte Aluriana cuando era una chiquilla, yo también fui uno pero no pensaba como uno, era bastante adulto a esa edad, desde entonces ya tenía muchas obligaciones y ahora la tenía de vuelta a mi lado, de nuevo y esta vez nada la alejaría de mí, porque ahora podía protegerla.

—Jaden, los han atacado, ella está muy herida, la explosión del avión los alcanzo un poco antes de que atravesaran el portal —me dice Darius rápidamente sin hacer pausa antes de llamar a sus guardias para que busquen a su esposa.

—Lo sé, está sufriendo y mucho, mentalmente está muy mal —lo digo con toda la certeza posible, puedo sentir cada uno de sus pensamientos queriendo entrar a mi mente, queriendo sujetarse a algo, después de todo, estamos entrelazados —, esto ha sido mucho para ella, joder, como pudo pasar esto —si no fuera porque ella me necesita hubiera destruido la sala de portales, que da la casualidad es su único medio de transporte ahora

—Cálmate, por favor, no ayudaras en nada enojado, llegan en diez segundos —Dice Rosalee detrás de mí, pone su mano en mi hombro para darme calma, la Reina es muy buena manteniendo la calma por fuera, sus pensamientos no eran nada calmados —es mi hija y la amo, aunque ella no me ame.

—Lo hace y lo hará —digo, es cierto, en su corazón lo hace porque aunque no recuerde nada, cuando era una nena, me decía lo mucho que los amaba y los adoraba— solo, no recuerda.

Me devuelve una sonrisa, pero me distraigo cuando el portal que Darius abrió, empieza a cambiar de color, ella está aquí, primero sale Kathia, luego Margareth, entra Damián con la ropa destruida, me busca con la mirada y se dirige a mí inmediatamente me localiza, James sale detrás de él...con ella en sus brazos. No observo quien más atraviesa el portal, pero tampoco me importa, me muevo a velocidad de la luz a ella, sangra por todos lados, sus manos están seriamente heridas, luce demasiado pálida por la pérdida de sangre, pero aun así luce hermosa.

—Dámela —se la quito de brazos a James antes de que haga un movimiento, la pongo en la cama que habían improvisado en la sala de portales, Rosalee y Darius atienden a los demás, me dispongo a curarla, trato de usar mi poder de sanación, pero no está funcionando, ha perdido mucha sangre y mentalmente está seriamente mal, los oscuros han hecho bien su maldito hechizo, a cada segundo muere más rápido, a ese paso no voy a a poder curarla, la cama ya se ha empapado toda de sangre, mi ropa favorita está manchada también, pero nada de eso importa, no cuando ella se me escapa de mis brazos.

Entre todo aquel ajetreo, pude escuchar sus pensamientos.

''No quiero morir'', ''mis amigos, ¿estarán bien?'', ''ojala no haya muerto nadie'', pero ninguno de esos es tan importante como el que decía mi nombre, ''Jaden, tengo que verlo una vez más''. En su mente aún me recuerda, ella no lo sabe realmente, pero su corazón me llama con cada latido, al igual que el mío la llama a ella.

—¡Esta muy mal! —le grito a nadie, no sé cómo curarla, el hechizo de los oscuros le ha dado con todas.

—Cámbiala —susurra Darius.

—Es peligroso —le digo, sé que eso puede salvarla, pero es muy arriesgado que la transformemos sin que ella lo sepa, no dominaría sus poderes y es muy fuerte como para que pueda mantener su magia bajo mi absoluto control, ya el mío es todo una bomba nuclear, ahora el de ella sería mucho, y no seré yo quien sufra las consecuencias de eso. Demasiado dolor y sufrimiento si no puedo controlarlo, para ella claro.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora