Capítulo Once

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Entro a la sala de entrenamiento e inmediatamente Margareth me mira, Damián esta de espaldas viendo una pared de espadas y dagas.

—Mira quien tenemos aquí —dice Margareth mientras lleva unas cajas hacia un lado de la pared, para despejar el centro—, a Jaden seguro que no le hace gracia que su...

—Si claro— interrumpe Damián—, le hace gracia que su nueva amiga ahora sea robada por nosotros, pero es que ella nos prefiere, ¿cierto?.

—Iré por las otras cajas —dice Margareth, su voz suena preocupada, y su mirada refleja miedo.

—Te ayudo —digo mientras camino hacia las cajas.

—De eso nada, te vienes conmigo —ordena Damián— empezaremos por entrenar tu sentido de levitación, a ver que tanto puedes levantar, en una batalla puede ser muy útil.

Lo sigo a un apartado y hay cinco pilares y una especie de balde encima, colgando del techo.

—Primero —señala Damián al primer pilar que sostiene una pequeña bolita de cristal—, tendrás que subir eso hasta el bote que cuelga del techo, es bastante ligero —hace una demostración y lo hace parecer algo tan fácil como levantar un lápiz, probablemente lo sea, pero para mí será como levantar un auto.

—Tardaré horas —le digo y él sonríe a modo de tranquilizarme.

—Eso es mucho —pone sus manos sobre mis hombros y memira fijamente— no te preocupes, Margareth está ocupada preparando las dianaspara más tarde, tenemos tiempo hasta que termine, puedes hacerlo.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora