Capítulo Veintidós

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Nos escabullimos tan pronto como podemos, no es tan fácil explicar porque un grupo de cinco personas abandonan el salón, y mucho menos si tres de ellos son príncipes. Damián y James se retiran 20 minutos antes que nosotros, luego se va Daeve, Jaden le ha pedido que nos acompañe y no tengo problema con eso. Mientras tanto nos acercamos a mis padres para informales, todo esto, sin dejar de sonreír.

—¿Ha dicho James que han venido ellos mismos? —pregunta mi madre mientras toma un sorbo de su champaña—, ¿Que sugieres Darius?

—No podemos retirarnos todos —responde mi padre, puedo sentir su magia trabajando a nuestro alrededor, silenciadores, cualquiera que este fuera de su magia, no puede saber de que estamos hablando, creerán lo que quieran creer que hablamos—, deberán ir sin nosotros, estaremos aquí por si algo sucede —se voltea a ver a Jaden—, si hay problemas, resuélvelos como mejor creas.

Con eso, nos vamos, hemos perdido mucho tiempo, pero ha sido un cambio de planes de último momento, mientras llegamos a la puerta, somos detenidos por un par de hadas que quieren discutir sobre algo de una expansión de terrenos, Jaden lo dirige casi toda la conversación, yo solo sonrió, mientras miro embelesada sus alas, son muy diferentes a lo que pensé que serían, parecen de mariposas, pero son de colores oscuros, tienen pequeños colmillo y orejas puntiagudas, uñas afiladas, pero siguen siendo hermosas, solo como ellas pueden serlo.

Cuándo por fin conseguimos escapar del salón, Jaden nos transporta inmediatamente en el salón de guerra, al caer, puedo ver a James sentado seriamente, al lado esta Damián, quien también esta perturbado, Daeve está apoyado contra la pared, una ligera sonrisa en sus labios, a la cabeza de la mesa están dos personas que no conozco, obviando a los ocho guardias que rodean el salón, todos ellos visten color morado, ciertamente son de nuestro ejército, pero comandado por el hada sentada en la mesa.

—Hemos venido tan pronto como hemos podido —dice Jaden, lo sigo y tomo asiento a su lado. Nadie se molesta en saludarnos o en presentarse, sé perfectamente quien ha solicitado esta reunión y es una pérdida de tiempo.

—Ha habido un ataque en nuestras bases cuándo nos desplegamos para atacar el avance de las filas de Oscuros —dice el hada, poniéndose de pie y señalando una pila de hojas quemadas en el centro de la mesa—, estos son los soldados que hemos perdido.

Al tiempo que lo dice siento mi estómago revolverse, sé que no son sus cuerpos, pero es el contador que usan las hadas para saber cuando han perdido una vida, viendo la pila, parecen haber más de cien hojas, todas de diferentes colores.

—¿Cuántas bajas tenemos? —pregunta Jaden apartando la vista de la pila de hojas, pila que desaparece al instante.

—Hemos perdido casi la mitad —dice el general—, usted sabe que mi ejercito es perfectamente capaz de detener un ataque de tal magnitud, pero hemos tenido ataques dentro de nuestras filas dos veces, me temo que hay un infiltrado entre nosotros, he interceptado un mensaje que iba dirigido a alguien de su equipo, príncipe Jaden.

Damián a mi lado ahoga un grito, yo también lo hago, los únicos que han mantenido la calma son James, Jaden y Daeve, acostumbrados a enfrentarse a todo tipo de cosas.

—Recientemente —interrumpe James—, hemos tenido una situación, y sus palabras no hacen más que confirmarnos lo que nos temíamos, hemos puesto al traidor en aislamiento.

La persona que acompaña al general levanta su mirada, intercambia una mirada con el general, ambos muy sorprendido.

—Entonces saben quién es el traidor —dice por primera vez el que acompaña al general.

Las palabras de ellos no hacen más que clavar el puñal en mi corazón, retengo las lágrimas que amenzan salir de mis ojos, han confirmado de la única manera que podía ser, que Margareth nos ha traicionado, Damián evita completamente mi mirada, no puedo culparlo, el lo siento mucho más que yo, quiero ir a donde él y abrazarlo, quiero correr hacia Margareth por hacernos esto, por dejarnos, quiero gritarle, quiero golpearla, pero no me muevo, Damián tampoco lo hace.

—Soldado Smith y General Ballegiri —dice Jaden cruzando sus brazos —, espero que esto no haya sido todo por lo que han viajado hasta aqui, necesitaremos movernos y resolver como recuperar nuestras bases.

—Hemos perdido nuestras bases porque Lucía Knigth nos traiciono, debería saberlo, y quien sabe cuánto más ha delatado...

Dejo de escuchar lo que dice luego de oir el nombre de Lucía, no Margareth, sino Lucía, siento alivio de que Margareth no nos haya traicionado, pero se ve reemplazado inmediatamente por desesperación, Margareth no lo ha hecho, pero Lucía si, levanto mi mirada a Damián, no puedo decir que está sintiendo, pero se ve casi tan perdido como yo.

—Repite el nombre del traidor —le dice Damián al general de las hadas, volteo mi mirada hacia él. Jaden a mi lado me sujeta de mi brazo suavemente, James está tan sorprendido como yo, el único que parece manejarlo ahora es Daeve.

—Soldado de grado A Lucía Knigth.

—No es posible...

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora