Una chica de dos mundos

Capítulo Diecinueve

Al llegar no nos dirigimos a la biblioteca como teníamos pensado hacerlo, Jaden quería mostrarme el libro de la profecía, pero todo ha pasado muy rápido. Hay más guardias que antes, el doble de ellos, hay dos guardias que nos esperaban, nos llevan de inmediato a la sala de guerra. Jaden no suelta mi mano en ningún momento, hay guardias y sirvientes corriendo de un lado a otro, no veo a ninguno de mis amigos por ningún lado, al llegar a la sala de guerra hay dos guardias custodiando la puerta, nos dejan entrar, pero detienen a los padres de Jaden, me vuelvo para pedir que los dejen pasar, pero Jaden da la orden sin volverse siquiera, puedo sentir un campo de protección alrededor del castillo, acaba de ser activado, al entrar en la sala, veo que hay demasiadas personas, algunos de ellos conocidos, otros no tanto, mis padres están discutiendo con uno de los principales generales. Veo a los padres de Kathia hablando con ella, resisto el impulso de correr hacia ellos, los padres de Damian están callados, sentados en la mesa, Damian luce enojado, localizo a los otros, todos parecen estar severamente perturbados, la única que falta es Margareth.

—Astrid, Jaden —nos llama mi padre en cuánto nos ve, nos acercamos inmediatamente a él, puedo escuchar los pasos de Herius y Farell—, han pasado un par de cosas, tomen asiento, por favor.

—No llegamos a concluir la reunión —menciona Jaden a padre mientras tomamos asiento—, pero logramos una buena base, antes de cualquier cosa, debe saber que...

— ¿Dónde está Margaret?— pregunto interrumpiendo a Jaden, no es que no importara lo que estaba diciendo, pero es extraño que no esté aquí cuando todos están aquí. — Todos están aquí, menos ella.

— Nena, ella... nos ha— miro su rostro y este ha perdido la felicidad de siempre, parece que algo ha pasado y ha sido relacionado a ella, me tomo lo peor, pero antes de pensar más o concluir una teoría, él me dice algo que no imaginé. Mi padre se toma un momento antes de continuar — Ella nos traiciono, es una infiltrada de los Oscuros.

Todos parecen dolidos ante la mención de eso, por un momento no sé a qué se refiere, pero uno las piezas, ella estaba diferente, no era la misma, estaba en contra de Lucy, ella nos ha traicionado.

Volteo a ver a Damian, sus ojos se encuentran con los míos, si lo que mi padre dice es verdad, Damian estará destrozado, intento hablarle, pero aparta su mirada bruscamente, mirando al suelo, por un segundo, siento como mi corazón se desgarra, es demasiado, pero no puede ser verdad, me lo repito varias veces.

—Ella es mitad Oscuro, mitad Aluriana —dice el padre de Jaden, que esta al lado de mi padre, los demás se han acercado a nuestro alrededor, al menos, los que aman a Margaret— cuando eso ocurre, lo que hacemos es un juicio y desterrar a los se han aliado con el enemigo, pero ella ya había nacido cuando supimos de su madre, la dejo aquí, huyo sin ella, y los padres de Damián se hicieron cargo de ella, creció como Aluriana, sabíamos que era una Hibrida pero sabíamos que no era su culpa, la aceptamos y se educó con los príncipes y los guardianes de ellos, tus amigos, no puedo ver cómo ha podido traicionar a la Corona.

—Hoy Kathia ha encontrado pruebas muy comprometedoras en su habitación —dice James con dolor en su voz — había un arma que portan los oscuros, capaz de matarnos, solo a los puros, ella se ha pasado al otro bando, creíamos que era nuestra amiga, no sabemos cuándo eso cambio, y hemos encontrado una carta en donde se pedía nueva información de nuestros futuros ataques.

—No, ella no es así, la conozco —digo, pero todos me miran con tristeza, puedo sentir mi voz quebrarse — no puede ser, alguien debió haberla puesto para incriminarla. No es capaz de...

No digo nada, nadie lo hace, saben lo que quiero decir, la palabra flota en el aire, que ella no nos mataría.

—Eso creímos, pero las huellas concuerdan y hay grabaciones de ella —dice Damián —Esto romperá el corazón de mis padres, ¡Joder!— golpea la pared que hay detrás de él, dolido por lo que su hermana le ha hecho, puedo escuchar el sollozo ahogado de su madre.