Capítulo Treinta y Uno

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En efecto, tenemos un pequeño problema.

Museo Louvre de Paris- Piedra de la fuerza

Torre del reloj de Londres- Piedra de la verdad

Muralla china-Piedra de la luz

Casa Blanca-Piedra de la oscuridad

La quinta piedra aparecerá al unir las cuatro anteriores, solo necesitaran la sangre de un humano guardián y que esta sea dada voluntariamente.

Conseguir sangre de un humano no es tan difícil, pero necesitamos que sea dada voluntariamente, pues después de todo estas piedras les pertenecen a ellos, lo cual nos complica mucho, no es como si fuéramos y le pidiéramos amablemente que nos dieran su sangre sin decirle por qué, obviamente los humanos que firmaron el pacto habían sido listos.

—¿Creen que alguno de los guardianes esté dispuesto a dárnosla, a nosotros? —Pregunta James mientras examina la hoja con profundidad, como si eso fuera a cambiar algo.

Elijah dirige una mirada de reproche a James, pues los guardianes pueden matar oscuros.

—Nos la tienen que dar —susurra Jaden, más para sí mismo que para nosotros —, es todo lo que tenemos para salvarnos, los guardianes son los únicos que conocen de nuestro mundo, talvez si les explicamos nos la den y podamos....

—Alto allí Jaden — Juran hizo una seña a James para que le diera el mapa—, hay algo que podemos hacer, talvez si Astrid va...

—¡De ninguna manera! —grita Jaden, no me esperaba esa reacción, pero si era la única manera debía aceptarlo y él lo sabía—, no podemos exponerla así, recién despierta y ellos podrán matarla, aún está débil.

—Talvez si debería ir —me acerco a él y tomo su mano, cuando me mira solo había preocupación y amor— es lo mejor para todos.

—Puedes acompañarla si tanto te preocupa —habla Elijah mientras se sirve un poco del jugo que Sophie ha traído para todos—, los demás podemos ir por las otras piedras.

Jaden parece pensarlo por unos segundos hasta que suspira y nos mira y asiente con la cabeza, pues es lo mejor y la única opción que tenemos

—Muy bien —aplaude James— así me gusta, todos listos para la aventura de nuestras vidas y tu Jaden debes relajarte más.

Jaden fulmina a James y este solo se ríe más, el ambiente me hace sentir como si no tuviéramos una guerra a la vuelta de la esquina, bromear con todo y a la vez preocuparnos, debíamos reconectar los portales antes de que Nick y sus secuaces nos mataran y entonces se hiciera con el poder e invadiera la tierra, aquellos humanos eran inocentes.

—Yo quiero ir a Paris —pide Juran haciendo un mohín, parecía un niño al que le habían quitado un dulce y ahora quería un helado. A su lado Sophie quien ha estado callada le da un golpe en la cabeza.

—Yo tomare China —dice Sophie, quien se levanta y se retira de la sala, desde que vio la hoja ha estado callada, no la conozco mucho, pero sé que esta extraña.

—¿Pasa algo con Sophie? — le pregunto a Juran en voz baja para que nadie más me escuche.

—Sus padres murieron en una misión de Nick de buscar estas piedras— me responde con cuidado— y el los mató en cuanto no pudieron completar la búsqueda, ella vio sus muertes, es por eso que odia a Nick.

Las palabras de Juran me han dejado paralizada, no me había detenido a pensar que estos chicos tenían una razón para odiar a Nick, pero lo cierto es que si, puede que no todos sean malos, pero si la mayoría, puede que a unos no les quedara de otra más que seguir a Nick, el oscuro que ha desatado toda esta guerra, una guerra de mil años, ¿Y todo por qué?, ¿Poder?,¿Inmortalidad?, no lo sé, y la verdad es que no hay buen motivo para todo esto.

—¿Quién ira a la famosa Casa Blanca? —James me saca de mis pensamientos en pocos segundos, me concentro y vuelvo a la realidad.

—Deberías ir tú —le respondo, arquea una ceja en modo de pregunta—, me refiero a que de todos aquí, tú conoces más ese lugar, eres algo como un hacker y por eso es que se será más fácil entrar.

—No sabía que te gustara ser hacker —dice Elijah—pensé que tenía más clase.

—¿Puedes hackear al FBI? —pregunta sarcásticamente.

—No, pero eso...

—Entonces no hables —le calla James, si alguien se mete con sus habilidades de hacker no hay vuelta atrás.

—Bien, Juran tiene Paris, Sophie tiene China, James tiene Washington, Astrid y yo tenemos al humano, así que ¿Quién tiene a Londres?

—Lo tenemos Santiago y yo —responde Elijah, a continuación, se levanta de la silla y sale de la sala.

Los demás salen de la sala, dejándonos a solas a Jaden y a mí.

—Será mejor que nos demos prisa —Intenta no verme a la cara, pero no quiero que me ignore.

—Sabes que puedo ser de ayuda.

—No es que diga que no —dice mientras fija su mirada en mis ojos, la corriente que me invade casi me hace olvidarme del problema—, es que perdí tantos años a tu lado y eso me dolió y no quiero perderte de nuevo, los guardianes pueden ser crueles.

Jaden no parecía del tipo de persona que decía lo que sentía a los demás, por lo que acepté sus palabras y le sonreí— No me vas a perder.

—Lo sé.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora