Capítulo Cinco.

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Un enorme comedor ocupa un gran salón, he estado dando vueltas por algunas partes del castillo luego de que mi confinamiento a mi habitación fue levantado. Todas las habitaciones que he visto son muy grandes, casi puedo decir que la sala es cinco veces mi cuarto, tanto lujo y pulcritud puede resultar abrumador. No puedo asimilar la idea de que este castillo sea mío por herencia, extraño mucho mi viejo cuarto en casa de Kathia, le he tomado un poco de cariño y ahora tendré que adaptarme nuevamente. Un comedor con un poco más de 100 asientos, ¿Qué rayos es eso?

Paso mi mano por una de las sillas, son un tanto extrañas, algo que he descubierto mientras estaba explorando es que hay tecnología muy avanzada aquí, con decir que las puertas son un tanto transparente y cambian de color si se lo pides, aparecen y desaparecen, puedo decir que la tecnología de aquí está mucho más avanzada que la de la tierra.

—Interesante, ¿cierto? —Reconozco la voz antes de darme vuelta, lo cierto es que este chico me ha estado persiguiendo mientras exploraba algunas de las salas, es un poco sofocante, ¿acaso no tenía otra cosa que hacer?, ¿cómo obligaciones de príncipes?

—Mucho, esta tecnología es muy....

—¿Impresionante?, ¿Alucinante?, ¿imposible de creer? —pregunta mientras se sienta en una de las sillas que es de madera, pero solo que no tiene patas que la sostenga, mueve sus dedos sobre la mesa, aparecen unos botones y unas fuentes surgen del centro de la mesa. Decido no responder su pregunta, distrayéndome con lo que tengo en frente.

—Wow, está genial, esto da miedo —digo mientras me acerco a la fuente y meto mi mano en el agua, es cálida y provoca una sensación relajante. Me produce cosquillas y retiro mi mano muy rápidamente.

—Lo sé, es mi opción de fuente favorita.

—¿Hay más? —me muevo hacia donde estaba jugando con los botones, noto que no es muy difícil de manipularlos, de hecho, es bastante fácil.

Cambio la fuente a color rosada con celeste y flores salen de la fuente, algo muy encantador.

—Sabía que te iba a gustar —dice él, camina hacia la puerta y esta desaparece de nuevo, lleva una sonrisa en su cara—Vamos al salón de estudio, empezaremos hoy con ellos.

Y allí esta, la razón por la que ha estado siguiéndome durante media hora, me suponía que quería decirme algo, pero ha estado mostrándome los dos últimos salones, y había desparecido unos momentos y me creí librada, pero aquí está de nuevo, solo espero que las clases no sean difíciles de aprender.

Apago la fuente y camino tras él, me ha dicho justo esta mañana que tendría clases con él, lo cierto es que lo estaba evitando, hay algo que me provoca sensaciones raras con respecto a él. Lo sigo en silencio durante todo el trayecto hacia el estudio ignorando lo que siento, he notado que las personas que están en el castillo, muchas son parte de la servidumbre, todos son muy amables, me observan de reojo, pero no comentan nada, me saludan a mí y a Jaden con un extraño saludo que consiste en llevar la mano al corazón y de repente sale un fuego de ellos. Ese fuego se llama esencia según Jaden. En la mañana le pregunte a Jaden sobre su habilidad de leer pensamientos y me dijo que no lo hace a menudo y que antes solo lo hizo para ver el estado de mi mente, si es que no me había perdido, una vez checado eso, dejo de hacerlo, así que realmente espero que no invada mi mente, ya bastante difícil lo tengo el intentar levantar el escudo que Kathia me dijo que tenía que hacer alrededor de mi mente, puedo sentir el escudo rodear mis pensamientos, pero es difícil mantenerlo activo, pase las primeras horas de la mañana con un ligero dolor de cabeza. Ignorando mis pensamientos, nos detenemos ante un par de señoras.

—Señora Lucinda y Señora Amanda —les saluda Jaden— ella es la señorita Arantea —me señala, mi cara ha de mostrar perplejidad, pero lo oculto al instante, ese no es mi apellido y estoy bastante sorprendida, espero que solo sea el apellido— estará aquí por un tiempo alojada en la habitación 3 del 4 piso para que les informen a los miembros de cocina y limpieza y asignen a alguien a su habitación, se los agradeceré mucho —dice todo esto sin desviar la mirada de mi rostro, haciéndome sentir un poco incómoda, ha debido notar mi perplejidad.

Una chica de dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora