Comencé a moverme en mi cama y sentí a Mario quejarse detrás mío.
-Son las 8 de la mañana Camila, deja de moverte.-Gruñó levemente apretándome mas a su cuerpo.
-Perdón había olvidado que te quedaste a dormir.-Me giré entre sus brazos.-Aparte, tienes toda la cobija y ya me dio frío.
Rió aun con los ojos cerrados, y tentando solo con las manos volvió a envolverme en las cobijas.
-Perdón nena, pero tú me diste un codazo en la madrugada.-Reí levemente y enterré mi cabeza en su cuello.
-Estoy agotada y hoy es la graduación, no me quiero levantar.
-Pues tenemos que hacerlo vida...-Levante mi cabeza y lo mire fijamente, a los pocos segundos abrió los ojos.
-No estas cansado?.-Negó con la cabeza, salí de sus brazos y me envolví en la sabana. Tome una toalla y entre al baño.-MARIO ALBERTO!!! Me dejaste un chupetón y hoy es la graduación!!
Entro al baño desnudo intentando sobar su espalda y con el ceño fruncido, se dio la vuelta. Mis mejillas se tornaron rojas de la pena.
-Nena parece que me ataco un león...-Se acercó a mi tomándome por la cintura me acercó a su cuerpo desnudó mientras su cabeza se recargaba en mi hombro.
Con mis manos comencé a dar pequeñas caricias en los rasguños que había provocado.
-Nos bañamos?-Pregunte mordiendo mi labio. Asintió frenético y arrancó la sabana de mi cuerpo para cargarme a la ducha.
Unos minutos después ya ambos vestidos, yo tenía cita con mi estilista y el haría unas compras que me faltaban para la fiesta con nuestras familias.
Un masaje, un facial, mi cabello con un peinado digno de una graduación, maquillaje y de regreso a la casa para ponerme el vestido.
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