Capitulo 2. Sin opciones.

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Capitulo 2.
Todo los chicos comenzaron a hablar al mismo tiempo, logrando llevarme al límite de desesperación.

-A ver bola de pendejos podrían callarse un minuto?-Hable fuertemente logrando que sus voces fueran bajando hasta quedar en silencio.

-Okey pero, nos dijo pendejos?-Pregunto un chico alto, delgado de ojos claros.

-Si lo dije, escuchen se que tienen mucho problema con que yo esté aquí.-Suspiré.-Créanme que tampoco fueron mi primera opción, pero podemos quedarnos discutiendo como idiotas o ir con Marcus para encontrar una solución real.

-Concuerdo con la chica, no lograremos nada sólo discutiendo.-Se encogió de hombros un chico.

-Bien entonces vayamos con Marcus.-Contestó el de aparentemente nombre Mario. Comenzaron a darse la vuelta y a caminar hacia la puerta

-Ahhh no puedo creer que por estos ineptos tendré que caminar de nuevo al lugar de donde acabo de llegar.-Murmure levemente enojada para mi mientras caminaba detrás de ellos.

-Tranquila nena, tenemos carritos de golf para movernos por el campus.-Escuche cerca de mi oído.

Me sonroje apenada por que no lo había dicho lo suficientemente bajo. Al salir y caminar al garaje habían unos cuantos carritos de golf con colores holográficos, comenzaron a subirse mientras platicaban entre ellos.

Sentí una mano en mi espalda y al voltear el chico Mario estaba señalándome uno que parecía morado, solo quedaba un lugar de copiloto.

Una vez en los carritos comenzaron a manejar hacia la dirección, y al llegar pasaron de largo de la secretaría quien se pintaba las uñas de un rosa fosforescente. Entre detrás de ellos, quienes ya hablaban todos al mismo tiempo.

-Chico basta!-Palmeo el escritorio Marcus, quien se veía levemente estresado a comparación de su recibimiento en la mañana.-No quiero quejas, Camila estará en su fraternidad por que nunca especificaron que no podía haber mujeres y aun tienen espacio.

-AHDKKEOENKDLAHGGYD-Hablaban todos al mismo tiempo, impidiendo que se les entendiera algo.

Me recargue junto a la puerta cruzándome de brazos.

-Bien, suficiente una queja más tomaré represalias contra ustedes!-Suspiro mientras se sobaba el puente de la nariz.-Ahora largo de mi oficina o suspenderé el uso de sus carritos de golf y tendrán que caminar a clases.

Sin decir más todos comenzaron a salir callados. Me encogí de hombros y salí detrás de ello, subimos a los carritos y volvimos a casa.

-Bien la última puerta es tu habitación!-Hablo Mario.

-Es en serio? Todos pedimos esa al habitación y te negaste.-Reclamó un chico con acento colombiano.

-Pero ella es chica y supongo que necesitará más espacio.-Contestó otro con el mismo acento dándole una mirada extraña.

-Bueno, me voy!-Tome mis maletas y comencé a subirlas.

-Hoy a las 8 aquí en la sala para presentarnos!-Grito Mario.

Al llegar al cuarto me di cuenta que tenían razón, era muy grande y espacioso. Comencé a recoger y limpiar para poder poner mis cosas, todo iba excelente hasta que se me ocurrió abrir el closet donde al menos 15 cucarachas comenzaron a moverse.

Solté un grito asustada mientras cerraba la puerta.

-Con razón esos idiotas se dieron esa mirada!-Suspire volviendo a mi maleta para sacar algún zapato y otras cosas que me ayudaran a acabar con esa plaga.

Comencé a matar, no se en que mundo vivan ellos pero desde que mis padres se habían separado yo era la encargada de matar las cucarachas en mi casa. Al terminar las metí un poco asqueada en una bolsa que utilizaría más tarde.

Editado:05-Dic-2021🤍

Viviendo Con Los CaballerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora