Giovanni se enojó mucho con nosotros aquella vez. No era para menos, eran casi las tres de la madrugada y todavía no nos habíamos ido a dormir. No obstante, tuvo compasión. El castigo sólo fue levantarse a las 8 de la mañana.
Pensé que no sería tan difícil pero...
—¡No puedo! —le respondo a mi amiga que llama a mi puerta para que me levante.
—¡Vamos, Emms! Prometimos que nos despertaríamos temprano —intento abrir los ojos una vez más, pero el sueño me gana—. Además, quiero que hablemos de algo antes.
—¿De qué? —bufo enojada mientras mi curiosidad me obliga a levantarme y abrirle la puerta.
—Es de anoche.
—¿Del juego?
—No —juega con el pelo nerviosa—. Es de Eric.
—¿Qué pasa con él? —pregunto bostezando.
—¿Hay algo entre ustedes dos?
Me mira preocupada. Como si fuera un paciente esperando a que el doctor le diga si lo que tiene es grave o no.
Frunzo el ceño.
—No, Gigi. No hay nada entre Eric y yo.
—¿Segura?
Asiento con la mirada, ella me abraza aliviada.
—Ayer, en la fiesta, los ví yéndose juntos al balcón. Y, pensé que quizás...
—De ninguna manera.
—También, veo que cuando te mira, es diferente a cuando me ve a mí.
Percibo en su voz una mínima tristeza.
—¿Éstas enamorada? —consulto.
—No creo que lo esté, aún. Es más, quería charlar esto con vos primero porque, yo no tendría problema en que él te cortejara si creés que mejoraría más tu situación que la mía.
—¿Situación? ¿De qué hablas?
—Él es un caballero rico, de apellido Gerondi, y apuesto. ¿Qué más podríamos querer nosotras? Viviríamos bien toda la vida.
Me siento mareada, confundida ante su respuesta. ¿Acaso sigo soñando? ¿No me desperté?
Gianella no lo ama, ¿Al menos valora sus cualidades, su personalidad? ¿O lo único que le importa es lo económico y la clase social?
Gilly no se merece que lo quieran de esa forma. El amor no es sincero si depende de los beneficios económicos que proporciona.
—Muchachas, ¡Vamos a desayunar! —menciona Francesca asomándose por la puerta del dormitorio.
Giane dice que hablaremos después antes de marcharse. Me alisto mientras medito en nuestra conversación.
—¡Buen día! —recibo a todos sentados en la mesa. Lucca se levanta de su silla.
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¡No Soy Una Damisela En Apuros!
Historical Fiction¿Estás preparado para convertirte en el nuevo escándalo de 1929? Emma posee una habilidad especial, meterse en problemas. Conoce a alguien nuevo, con quien comparte el mismo amor por las travesuras. Sin embargo, es un simple empleado, así que lo dis...