—¿Ya tienen pensado de qué se van a disfrazar?—Te recuerdo que solo pasaron veinte minutos desde que nos contaste de la fiesta, Giane. Y hasta hace diez, no planeaba ir —responde Gilly.
—Al menos cambiaste de opinión —menciono.
—¡Obvio que sí! Voy a hacerle la vida imposible a ese arrogante nene rico que piensa que puede comprar con su herencia a una de mis amigas —con Gigi nos miramos sorprendidas, él continúa—. Voy a aparecer en sus pesadillas esa noche.
—Bueno, quitando la violencia de lado, Gilly tiene razón. Si asistimos a esa fiesta es nada más que para ayudarte, Giane. No estoy para nada de acuerdo con el motivo que hay detrás de la celebración—añado.
—No me hagas acordar. Quisiera pensar que es una fiesta normal, que nadie va a estar mirando todo el tiempo como trato a un completo desconocido. Por eso valoro que vayan a estar ustedes ahí también —afirma mi amiga.
—Es que, todavía no puedo creerlo. ¿Mientras más dinero tienen las personas más superficiales se vuelven?
—Gilly... —susurro intentando hacerlo callar. Este tema de conversación ya está poniendo triste a Giane.
—Seguramente concordas conmigo, Emma —agrega—. Obligar a tu propia hija a casarse por interés económico no es muestra de amor y menos de caballerosidad. Es un acto egoísta, desalmado y cruel.
—¡Gilly!
Con el reto parece darse cuenta. Nuestra amiga trata con todas sus fuerzas no llorar frente a nosotros. La abrazo asegurándole que no tiene que pasar por esto sola.
—Perdón —gesticula Gilly cuando lo veo. Parece preocupado. Seguramente nunca la vio en este estado. Ella siempre se guardó los problemas, por culpa de las personas que pensaron que eran insignificantes comparados con el poder de su familia.
Supongo que no puedo culparlo por sentir la impotencia de no saber qué hacer por nuestra amiga. Además, en parte él tuvo razón en todo lo que dijo.
—Ahora que lo pienso mejor, creo que ya sé de qué voy a disfrazarme —afirma Gilly sonriendo de lado.
Despierta nuestra curiosidad.
—¿En serio? ¿De qué? —consulta Gigi.
—No les voy a decir.
—¿Por qué? Sabés que no puedo controlar mi curiosidad —agrego cruzándome de brazos.
Se encoge de hombros.
—No creo que debamos saber nuestros disfraces. Va a ser mejor si son sorpresa.
—¡Es verdad! Va a ser la mejor parte de la fiesta. Así, voy a estar contando las horas hasta que sea ese día —exclama Giane emocionada.
Me alegra verla así de feliz con algo que hasta recién la entristecía. Cuando miro a Gilly, me guiña un ojo. Entonces comprendo lo que hizo.
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¡No Soy Una Damisela En Apuros!
Historical Fiction¿Estás preparado para convertirte en el nuevo escándalo de 1929? Emma posee una habilidad especial, meterse en problemas. Conoce a alguien nuevo, con quien comparte el mismo amor por las travesuras. Sin embargo, es un simple empleado, así que lo dis...