Capítulo 18

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Gilly

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Gilly

El ambiente se torna incómodo cuando la veo aproximarse de esa manera. Doy un paso hacia atrás, intentando recuperar mi espacio, pero Giane avanza lentamente aún más.

—Mi dulce Eric —dice sin apartar sus ojos de los míos. Sus bucles rubios moviéndose con cada paso que da—, antes no pude agradecerte por el regalo de la manera debida. Todos nos estaban mirando, pero ya no.

Levanta su mano izquierda y acaricia mi mejilla. Puedo notar claramente lo que está por hacer. Observo sus ojos verdes brillantes que están a tan solo centímetros de distancia, su color empieza a cambiar, tornándose en el azul tan intenso que me ahoga. Noto que lo mismo ocurre con su cabello, oscureciéndose. Por un segundo imagino lo que en verdad deseo, y, al momento en que sus labios hacen contacto con los míos, les correspondo.

Sin embargo, es todo una ilusión, una obra creada por mi mente para jugar conmigo en vez de enfrentar la realidad. Al abrir los ojos, vuelvo a encontrarme con su cabello dorado, y me aparto.

Cometí un error.

Me mira sorprendida. Sus ojos azules desaparecieron, volvieron a su color usual.

—Perdoname, Eric. Yo... —comienza a decir acercándose nuevamente— Yo pensé que un beso era el empujón necesario para que me lo preguntes.

La noto frustrada.

—¿Lo del compromiso? —pregunto deseando con todas mis fuerzas que su respuesta sea negativa.

—Sí... —responde y me siento la peor basura del mundo— ¿Acaso hay que seguir esperando?

Frunce el ceño. Se da cuenta de la respuesta con mi silencio.

—No querés comprometerte conmigo, ¿No es asi?

—No es eso —respondo, intentando no herirla—, es que, tengo que resolver algo antes.

Me mata no poder decirle que no soy el caballero que piensa que le va a solucionar la vida. Tampoco puedo comentarle que imaginé este beso con alguien más.

—Tengo que irme —se aleja evitando mirarme.

—No, Giane... —intento detenerla pero sale corriendo hacia el hotel.

Me muerdo el labio, miro hacia mi alrededor, ¿Qué acaba de ocurrir? Sabía que algún día se iba a cansar de esperar... ¿Pero un beso? Encima lo correspondí. ¿En qué estaba pensando? Bueno, sé en quién estaba pensando en realidad.

¡No Soy Una Damisela En Apuros!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora