♥ La chica de los ojos ámbar ♥

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Ya era otro día, de nuevo en la aburrida institución educativa.

La mañana estaba muy al apagada, el cielo estaba nublado y el ánimo era muy poco, sin embargo hoy Annie intentará cambiar su número, tal y como lo habían decidido.

Por otro lado...no todos estaban sin ánimo, algunos de ellos tenían a la dichosa Petra, y uno de "ellos" era Eren, con el cual, casualmente, tenía una gran cercanía, lo que le llamaba mucho la atención a la azabache.

Entre esos dos había mucha confianza, se abrazaban, conversaban de todo y también había mucho cariño.

Lo que probablemente era un problema.

Tal vez, Mikasa tendría otro cuerpo en su sótano.

Petra es una chica a notar por ser tan feliz, tan agradable y amable.

Es muy generosa y siempre anima a los demás; su rostro y sus grandes ojos hacían buena combinación con su cuerpo, razón de la cual estaba en cuarto lugar de la chica más hermosa del instituto.

- Será interesante saber...que pasaría si una chica hermosa desaparece -  susurró la azabache a su amiga

- Será divertido -  afirmó Annie

Mikasa sonrió.

- ¿La investigo? -  preguntó la rubia

- No, ésta vez...déjame hacerlo yo -

- De acuerdo - 

Ambas miraron a la chica.

Ésta se sintió incómoda y decidió irse, despidiéndose de su amigo.

La azabache se le quedó viendo y después el toque daría la señal de cambio de clases.

- Tomaré ventaja -  dijo Mikasa levantándose, tomando sus cosas y saliendo del aula.

Annie solo asintió y sonrió, tomó sus cosas y cambió el aula para la siguiente clase.

La azabache no volvió a entrar a clases, lo que preocupó al castaño.

La hora de aquella clase a Eren se le hizo eterna, hasta que escuchó el toque de la chicharra y salió en busca de la chica pelinegra.

Se encontró con todas las personas menos con ella, hasta que vio a su amiga...Annie.

- ¡Annie! -  se acercó a ella, la chica volteó a verlo

- ¿Sabes dónde está Mikasa? -  preguntó sin cambiar su tono preocupado

- No -  respondió y trató de irse pero el chico no la dejó.

- Oye..-

- En serio

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- En serio...-  insistió

- Busca en los comedores -  dijo y se soltó de su agarre

- Gracias...-  dijo y se marchó hacia allá.

Entró y observó todas las mesas, la última, hasta el rincón ahí estaba la azabache.

Mikasa lo ubicó con rapidez y cambió su pantalla en su celular a un juego de destreza.

El chico se acercó y se sentó al lado suyo, recargando su rostro en su hombro.

- ¿Qué haces? -  preguntó mirando la pantalla de su celular

- Nada importante -  concluyó

- ¿Por qué no entraste a la clase? -  preguntó preocupado

- No tenía ánimo, el día está apagado y bueno...no quería entrar es todo, no te preocupes -  apagó su pantalla y volteó a ver los grandes ojos que la miraban con atención.

- Pero tú no te perderías una clase repleta de ecuaciones -

Mikasa suspiró, acomodó el costado de su cabello y volvió a mirar al chico.

- No siempre voy a asistir a todas las clases, hoy el día robó la energía de casi todos y des afortunadamente también a mi, solo es eso, no tienes por que preocuparte -

- Tú no sabes lo aburrido que es cuando no estás, siento que toda inspiración se va, dejándome en blanco -  volvió a reincorporarse

La chica sonrió dulcemente, lo miró por un pequeño momento, viendo a lujo de detalle la  ingenuidad que él tenía en todo su ser...para luego lamer sus labios y mirar a la mesa donde sus manos se encontraban.

- En fin, si tu duda era esa...ya tienes la respuesta...el ánimo de mi, se fue -

A tal respuesta hubo un silencio extraño para luego ser interrumpido.

- Tal vez te llevarías bien con Petra -  mencionó

Los ojos plateados de la chica se abrieron discretamente por la sorpresa y volteó a ver a Eren.

- ¿Petra? -  volvió a decir su nombre

- Si, es una chica muy agradable ¿Te la presento? -  preguntó curioso

Mikasa guardó silencio...tenía la oportunidad pero rápidamente calculo los contras que habría así que rechazó la propuesta.

- No, así está bien, no te preocupes -

- Bueno...entonces, ¿Entrarás a la siguiente clase o te quedarás aquí? -  volvió a recargarse en el hombro de la chica

Ésta sonrió y guardó su celular.

- Si fuera por mi me quedaría aquí pero, entraré -  dijo y tomó la bufanda que tenía rodeando su cuello, cubriendo la mitad de su rostro.

Al chico le causó cierta curiosidad pero no preguntó, se levantó y le tendió la mano.

- Entonces vamos...o llegaremos tarde -

La azabache aceptó la ayuda y se fueron a la próxima clase.

No podrás....escapar de mi 🔪😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora