De la nada amaneció, o eso sintió la azabache, la noche se fue como un suspiro para ella.
Aún así se levantó y se alistó para ir al Instituto, no sin antes pasar a ver a su chico.
Eren aún se mantenía dormido pero despertaría poco después así que retiró la mordaza con cuidado e introdujo en su boca una pastilla para dormirlo aún más, hizo fluir un chorro de agua por su garganta e involuntariamente el chico la tragó.
Volvió a cubrir su boca con la cinta y acarició su rostro.
- Perdón...Eren, pero no te preocupes, estarás bien, espero que tengas la misma imagen de mi después de esto - concluyó para besar su boca a pesar de estar cubierta, despidiéndose.
Cerró la puerta con llave y se fue; en la explanada final de las escaleras se encontró con Annie.
- Hola -
- Hola - respondió sonriendo
- ¿Y? - preguntó curiosa
- Todo va bien, le di una pastilla para dormir, me siento mal por lo que hago pero...quiero que despierte después de los dos días que asista aquí - dijo algo triste.
- Mira, solo esperemos que todo siga normalmente como antes - dijo tratando de calmarla
- Sí, bueno, ¿Te invito algo de la cafetería? - preguntó evadiendo un poco el tema
- Como quieras, pero no me vendría mal un café - sonrió
- ¿Quién lo hubiera dicho? Tú y yo adictas al café de la escuela - dijo adentrándose en el colegio junto a su amiga.
- Vaya vínculo - contestó su amiga
Después de tomar aquél café, Mikasa no separó la mirada de Nifa y Krista, no le gustaba verlas tan calladas, aunque era obvio...lo de Ymir fue un golpe fuerte.
La Policía se llenaba de casos desaparecidos y a ninguno le daban respuesta, eso a Mikasa le resultaba gracioso... su reacción, lo que pasaría con su relación después de todo el embrollo.
La clase voló, el tiempo ahora iba demasiado rápido, cuatro clases más y el día para ellos terminaba.
Aprovecharon el cambio de clases y de salón para hablar de cualquier cosa, aún así la curiosidad y el despecho de Krista estuvo primero que todo.
Se acercó a las chicas y detuvo a la azabache.
- Mikasa...-
- ¿Qué? - preguntó seria
- ¿Dónde está..Eren? - preguntó tímida
- ¿Acaso te importa? - preguntó Annie incrédula
- Solo quiero saber...¿Dónde está? -
- ¿Y acaso yo te pregunté de él cuando estaba contigo? Me hubieras lanzado del segundo piso al enterarte - colocó su mano en su propia cintura y ladeó un poco su cuerpo
- Solo quiero saber...entiéndeme -
Tanto Mikasa como Annie rodaron los ojos y se miraron entre sí.
- Esta enfermo, amaneció mal, me lo dijo y no quiso venir - siguió con la misma posición
- Gra..Gracias - bajó su mirada y se fue.
- Que molesto, jamás pensé que le tendría que avisar del estado de Eren - rodó los ojos de nuevo
- Lo que es más molesto, es tu novio ahora - concluyó comenzando a caminar de nuevo.
*****
Segundo día, y como ella lo hizo y dijo, Eren seguía dormido.
«Me hace tanta falta» pensaba al mirar la ventana y al recordar no sentir sus besos ni sus abrazos por dos días.
«Las caricias que yo te hago a mi no me sirven» siguió pensando pero el brazo de Annie que rodeó sus hombros la sacaron de sus pensamientos.
- Cálmate, hoy es el último día en que vendrás, Eren podrá despertar al fin y estará contigo, solos él y tú- dijo sobando su hombro contrario.
- Sí, sabes?, el tiempo se me ha ido muy rápido pero a la vez muy lento, y me llego a desesperar - Suspiró
- Ya no te preocupes por eso, como ya te dije antes...sólo esperemos a que todo siga bien - la miró más profundamente.
Mikasa asintió y se sintió más tranquila, la segunda clase había terminado, solo tres más y se iba.
Al salir del instituto entró a su casa, en donde fue bien recibida por aquel perro.
Ella se agachó y lo acarició para después escuchar una voz familiar pasando cerca.
Al ubicarla bien, tomó al perro y salió, afortunadamente sí era quien creía y estaba acompañada. Ya la habían dejado salir.
- ¡Petra! - la llamó, la chica se detuvo y observó a la chica.
Mikasa se acercó y le ofreció al perro, de la mirada de la chica salió un reluciente brillo y lo aceptó.
- Muchas gracias de verdad, me alegraste más el día - sonrió
La azabache también lo hizo y aprovechó para disculparse, la ojiambar la tomó del brazo y le sonrió.
- No hay nada que perdonar, yo te agradezco por salvar mi vida...eso hacen las amigas ¿no? - le brindó confianza
Mikasa sonrió y asintió.
- Gracias...amiga - respondió y se retiró, cruzando miradas con ambos chicos.
Entró de nuevo a su hogar y cerró la puerta, vio a aquél chico, sonrió, encontró lo que quería y ella misma también...sólo que a su manera, se sintió más feliz.
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No podrás....escapar de mi 🔪😍
De TodoSe que algo en mi está mal...lo sé. Pero aquél día que te conocí sentí la necesidad de tenerte conmigo y solo conmigo. Eren...Eren Jaeger...serás mío y de nadie más, no dejaré que nadie más se te acerque, me encargaré de eso. Olvídate de tus amigos...