♥ Tu enfermedad? ♥

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Pasaron varias horas, platicando de sus estrategias y sus métodos de eliminación que atrapában la atención de Eren, por más extraño que fuese.

La chica con gusto le explicaba mientras aprovechaba cada momento para recalcar su amor.

- Entonces...¿Es una..enfermedad? -
Preguntó algo tímido

- Es probable, a veces tengo arranques de ira cuando alguien me hace daño o tiene la intención, así como en la cafetería -  justificó

- Claro, si te soy sincero, me asusté cuando la tomaste de esa manera -
río nervioso

Mikasa sonrió y acarició su rostro.

- Lo siento, pero no sabes, ella me a lastimado de la peor forma al leer mi expediente -

- Me asombra la manera en la que tú y Annie se defienden -  la abrazó por la cintura, trataba de volver a la normalidad.

- Sí, bueno, ¿te gustó...mi comida? -  preguntó abrazándolo por el cuello

- Sí!, bastante, no sabía que sabías cocinar -  miró su rostro atento, sintiendo más confianza y menos tensión.

- Pues sí, Rita me enseñó, fue lo primero que hizo al encontrarme -  sonrió a tan lindos recuerdos.

Eren se confundió un poco, no había escuchado eso antes.

- ¿Cómo que...te encontró? -  preguntó frunciendo el ceño

Mikasa borró su sonrisa y recordó, su mirada se opaco e hizo que Eren se preocupara.

- ¿Qué pasa? -  volvió a preguntar

La azabache se levantó y sus ojos se inundaron.

- Mikasa...-

- Eso...eso...no lo puedo decir! -  contestó y se dirigió fuera del cuarto.

El castaño se levantó y fue tras ella, tomándola del brazo, en ese momento, al sentir contacto, la chica explotó de nuevo.

- ¡¡Fue su culpa!! ¡¡Me destruyó la vida!! ¡¡Ese maldito hijo de perra!! -  se dejó caer al piso, sus lágrimas se desbordaron, mojando su rostro sin un alto  - Lo odio, ¡¡Lo odio!! -  concluyó para llorar aún más, soltar quejidos y gritos de dolor.

- Mikasa...cálmate, ¿Qué pasa? -  se preocupó.

Ella no contestó y siguió, se zafó del agarre del chico y bajó al comedor.

- ¡¡No quiero sentirlo más!! -  gritó mientras bajaba.

Eren fue tras ella.

De repente tomó el cuchillo de la mesa y se aferró a él, el chico se detuvo por un momento, la miró asustado.

- ¡No más! -  gritó y cortó su abdomen y su pecho, cerca del cuello.

De inmediato el chico la tomó por las muñecas con cuidado y alejó el utensilio de ambos.

Mikasa reaccionó.

- Por Dios Mikasa ¿Qué pasa? -  preguntó más preocupado.

La chica se quejó por la cortada en su abdomen y negó con la cabeza.

- Duele -  dijo en voz baja

Eren la cargó y fue hacia el baño cercano.

Abrió su camisa pero ésta lo impidió inconscientemente.

- Ah, perdón -

- No, discúlpame tú a mi...¿Puedo? -  preguntó señalando su herida, la chica asintió.

El castaño descubrió la herida y la tocó con cuidado, la chica se estremeció.

- Al parecer todo está bien pero es grande -  separó su mano y limpió esa herida, al retirar la sangre observó una cicatriz casi invisible.

Al principio no era tan preocupante pero al curar la herida del abdomen, encontró más.

Sus ojos se contrajeron.

- Mikasa qué...qué es esto? ¿Por qué tienes eso en tu...cuerpo? -  preguntó asustado

La chica se sonrojó pero su mirada entristeció.

- Pues...es que..-  dudó

= No puedo decirlo...no...o al menos no ahora =  pensó, miedosa

- Es que...tengo...-

= No =

- Tengo un trauma...que me hace..reaccionar así, prefiero sentir cortadas que...eso -  dijo al fin

Eren la miró preocupado.

Curó sus heridas y acarició sus cicatrices.

- Quítate tu camisa -

- Eh? -  se exaltó y se alejó un poco.

Eren la tomó por las muñecas con suavidad y la miró atento y serio.

- Por favor...permíteme verte -  insistió

Mikasa se sonrojó aún más e hizo caso, no creía que fuera a hacer algo malo.

Se quitó la camisa, avergonzada y al estar expuesta bajó su mirada.

Eren se sorprendió y se sintió horrorizado, tenía varias cicatrices largas y algunas profundas, volteó su cuerpo y encontró unas en su espalda.

- ¿Cómo es que...? -

- No lo quiero sentir..nada de nada, en ninguna parte -
Justificó otra vez.

- Ay, mi amor - susurró para sí, la azabache no escuchó.

Eren se acercó e hizo estremecer a la chica con su acto de cariño.

- ¡Eren! -  dijo sobresaltada, él continuó.

La chica se estremecía y su ser se reconfortaba, jamás alguien se había preocupado tanto con ella y de su cuerpo

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La chica se estremecía y su ser se reconfortaba, jamás alguien se había preocupado tanto con ella y de su cuerpo.

- Desaparecerán...lo sé -  le susurró y luego la abrazó, besó su cuello y la consoló, acariciando la herida de su pecho.

- Te amo -  dijo la chica, tomó uno de sus brazos y se aferró a él, sintiéndose segura y consolada.

No podrás....escapar de mi 🔪😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora