Se que algo en mi está mal...lo sé.
Pero aquél día que te conocí sentí la necesidad de tenerte conmigo y solo conmigo.
Eren...Eren Jaeger...serás mío y de nadie más, no dejaré que nadie más se te acerque, me encargaré de eso.
Olvídate de tus amigos...
Al salir del hospital, se dirigió a su casa, se sentía completa y satisfecha...logró hacer justicia tanto para su amiga como para la chica caprichosa.
Se dirigió a su casa, subió a su habitación sin saludar a nadie,cerró la puerta con llave y se dirigió a una mesa pequeña, sacó la carta que recuperaron, comenzó a leerla.
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Claramente se veía lo que había hecho con Ymir y con Frieda; era más que obvio que también mataría a Krista.
El plan que decidieron ejecutar al fin y al cabo terminó bien y mal, sólo tenía que morir la azabache, pero la rubia se apuntó...sin querer a su lista de muertes.
Se sentía muy frustrada, lo único que le quedaría de su amiga era ella...su hermana, a pesar de no llevarse tan bien, la quería.
La depresión quería entrar en su vida, sin embargo el tocar de la puerta la distrajo de ello.
- ¿Historia? ¿Cómo te encuentras? -preguntó su padre desde el otro lado
- Bien...¿qué pasa? - preguntó dejando la carta en la mesa
- Nic quiere verte, ¿Puedes... ? - dijo aún detrás de la puerta.
Historia miró por la ventana y suspiró, miró su auto fuera de la casa, se levantó, cambió su ropa de forma rápida y abrió la puerta, saliendo.
- ¿Te sientes bien? - preguntó preocupado
La chica frunció el ceño de forma extraña, sin entender.
- ¿Por qué? - preguntó y entró de nuevo.
Se dirigió al baño y miró su rostro en el espejo, tenía una mala cara o peor, mejor dicho.
Su rostro estaba muy pálido, sus ojos no tenían brillo y los acompañaban unas notables y extrañas ojeras negras.
No encontró razón alguna de su detestable estado, pero decidió en maquillarse aquél color tan pálido y oscuro de su rostro para después salir del lugar.
- Ya está...ahora nos vemos -dijo y bajó, encontrándose con Nic en la planta baja.
El chico se levantó con entusiasmo y le dedicó una sonrisa, se saludaron y salieron de la casa.
- ¿Querías verme? - preguntó
El novato disimuló su nerviosismo y asintió.
- Sí...bueno, como ya todo acabó me preguntaba si te gustaría salir a pasarla bien por el logro que tuviste - justificó
- Tuvimos - corrigió la chica - Está bien, vamos -lo tomó del brazo y entraron al coche para después irse a un restaurante cercano.
Tomaron una mesa y pidieron lo que comerían, cuando el plato estaba ya en la mesa, a Historia se le revolvió el estómago de una forma terrible.
Decidió ir al baño por un momento, se miró al espejo, aquellas ojeras comenzaban a traspasar el maquillaje, lo cual era extraño. Se colocó más y salió de nuevo llegando a la mesa con una sonrisa fingida.
Comenzó a comer del plato, tranquila pero algo asqueada, el apetito no lo deseaba y su garganta no dejaba pasar del todo la comida así que tomaba agua cada vez que metía un bocado a su boca.
El chico notó eso y sonrió, había echado esa cosa en su comida y agua de ambos, sólo que en el se presentaba de otra forma como el extraño sueño extremo.
Iban a terminar cuando sus cuerpos ya no resistieron más veneno.
Aquellas manchas negras bajo los ojos de Historia resaltaron por completo antes de vomitar y caer al suelo a causa de una combulción, perdiendo el color de su piel.
Mientras que Nic, el policía novato, sólo cayó sobre la mesa mientras su garganta sangraba por dentro y su piel se volvía completamente pálida.
Todas las personas se exaltaron y algunas gritaron por la terrible escena, ambos chicos tenían los ojos blancos.
Habían muerto.
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