Se que algo en mi está mal...lo sé.
Pero aquél día que te conocí sentí la necesidad de tenerte conmigo y solo conmigo.
Eren...Eren Jaeger...serás mío y de nadie más, no dejaré que nadie más se te acerque, me encargaré de eso.
Olvídate de tus amigos...
Al amanecer, rápidamente comenzó a actuar, le daría tiempo.
Alimentó y escondió al perro en otra parte, fuera de sospechas.
Limpió una habitación que se escondía al lado del sótano, había algunos lockers.
Usó su preciada bufanda para tender una trampa sin notarse, se alistó y se dirigió al Instituto.
Todo estaba listo, comenzaron el día bien, antes de dormir la azabache obtuvo más información sobre Nifa.
* Qué pequeño es el mundo, te pareces mucho a mi * Pensó al verla por la cafetería.
- Hoy lo llevarás ¿Verdad? -
Annie la sacó de sus pensamientos para luego sonreír y asentir.
- Sí, y también podré deshacerme de Nifa -
- ¿Tienes lo suficiente? - preguntó acercándose para disminuir el volumen.
- Es huérfana, sus padres adoptivos la botaron en una casa y le dan dinero, nunca los ve, también está mal de la cabeza solo que tiene un mejor control que yo, vive tres calles después de la escuela pero siempre pierde tiempo en la cafetería cercana al bosque, que está a la otra vuelta de donde yo vivo - Se detuvo al dejar pasar un grupo de chicos.
- ¿Algo más relevante? -
- Publica muchas fotos de disque Krista cuando atrás de ella siempre está Eren, es una prueba obvia ¿no? - concluyó
Annie asintió y sonrió discretamente, poco después entraron a clases.
Todo siempre era lo mismo, y daba a aclarar que Eren volvía a tener su sobrenombre de siempre, el mejor del instituto.
Eso fue lo único que resaltó en todo el día, a Mikasa por primera vez las horas se le hacían eternas.
En el descanso, se volvieron a juntar, todo era maravilloso al estar juntos y hablar de lo primero que se les venía a la mente.
- ¿Y cómo te sientes ahora? - preguntó con cierta curiosidad
- Mejor, creo que, tal vez no es tan grave -
- Eso es bueno - comenzó a sumergir su rostro en el cuello de la azabache, lo que la hizo reír un poco.
- No hagas eso - dijo sonriendo
- ¿Por qué no? No me digas, te da cosquillas - preguntó con una enorme sonrisa
- No te lo diré - sonrió
- Pues lo tomaré como un sí, más aparte, aprovechando que no traes puesta tu linda bufanda...puedo hacerlo todo el tiempo -
- No, no lo hagas...¡No! - dijo para después sentir la respiración y algunos besos de su amado chico mientras ella reía.
Miro a la distancia por un momento, Nifa observaba, Mikasa sonrió y se separó un poco del chico para después besarlo.
Nifa salió corriendo, la azabache sonrió.
* Eso, ve y dile lo que quieras a Krista, de todos modos, será la última vez que lo vean * Pensó mientras continuaba.
Dolorosamente para él, la azabache había puesto fin, pero a la vez daba un principio que solo ella sabía.
Entraron a sus dos últimas clases y el día culminó.
Ambos se fueron por donde siempre.
A mitad del callejón Mikasa se detuvo y miró a Eren....muy atenta.
- ¿Pasa algo? - preguntó tres pasos más adelante
La chica sonrió.
- Sólo me imaginaba como te verías con mi bufanda -
- Yy ¿Por qué? - preguntó curioso mientras la chica se acercaba a él
- El rojo queda bien contigo -
Sacó la tela de la mochila y comenzó a rodear el cuello de su amado chico.
Cubrió su boca y su nariz por unos momentos, después él la colocó correctamente.
- Bueno pues...¿Qué opinas? - preguntó delante de ella.
La azabache dirigió una mirada muy seria, volteó hacia atrás para verificar que nadie estuviera presente.
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Al confirmarlo volteó hacia él y sonrió.
- Digo que eres mío - no borró su sonrisa.
Eren no entendió muy bien pero no hacía falta que lo hiciera.
Su mirada comenzó a ser borrosa y sentía que su cabeza daba vueltas para después caer desmayado.
Mikasa sonrió y lo llevó a rastras.
Entró a su casa y lo llevó a aquél cuarto, lo ató, le puso una mordaza y después cerró con llave, la dosis había sido para dormir por dos días exactos, ya no había vuelta atrás.
Al terminar tomó su celular y llamó a Annie.
- ¿Ya lo tienes? - preguntó al contestar
Mikasa río con gracia.
- Sí, iré los dos días que me dijiste, ya todo está listo -
- Perfecto, yo me encargo de guiar a Nifa hacia tu casa -
- Gracias, hasta mañana -
- Cuídate - colgaron.
* Ahora sí, todo es perfecto * Pensó mientras reía.
