Se que algo en mi está mal...lo sé.
Pero aquél día que te conocí sentí la necesidad de tenerte conmigo y solo conmigo.
Eren...Eren Jaeger...serás mío y de nadie más, no dejaré que nadie más se te acerque, me encargaré de eso.
Olvídate de tus amigos...
El trabajo comenzó a llegar, ambos trabajaban en equipo y les iba muy bien, les pagaban lo suficiente. Poco a poco también fueron aprendiendo el lenguaje nativo de Francia...era algo sencillo y la fluidez al hablarlo les favorecía bastante. Realmente era una vida pacífica y tranquila. El mar era muy buena compañía a cada instante del día. Sentían que su vida era totalmente envidiable.
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Desperté algo asustada, había tenido un sueño horrible, quería llorar.
Veía mis manos manchadas de algo rojo, tal vez sangre. Todo lo que vi y "viví" solo fue un sueño, lo confirmé al despertar y sentir mis cobijas de la cama.
El cuarto estaba oscuro y en ese momento la oscuridad me daba miedo, prendí mi lámpara y no vi nada en el piso como en el sueño, lo que me tranquilizó un poco.
No sabía si bajar de mi cama o quedarme ahí mientras llamaba a mamá para que viniera. Tardé un momento y tomé valor. Bajé de mi cama y comencé a caminar hacia la habitación de mis padres. Era de madrugada y al parecer estaba lloviendo. Abrí la puerta, ambos estaban dormidos, la luz de su cuarto estaba apagada.
Si no hubiera prendido la luz del pequeño pasillo me hubiera dado más miedo.
Me acerqué a su cama y jalé con cuidado el cabello y la pijama de mi mamá, que despertó de inmediato.
- Cariño...¿Qué pasa? - Se levantó y se sentó en la orilla de la cama, papá también se despertó.
Mamá me cargó y me sentó en sus piernas, acariciaba mis manos.
- Tuve un mal sueño - respondí
- ¿Fue muy feo? - me pregunto papá, sobando mi cabeza
- Había algo rojo en mis manos y en el piso, también había personas, chicas - respondí
Se quedaron en silencio un momento, se miraron y luego me miraron a mi de nuevo.
- No te preocupes, sólo fue un sueño, está bien, no volverá a pasar si estás con nosotros - me dijo papá, mamá sonrió y asintió, volviendo a sentarme mejor en sus piernas.
- Duerme con nosotros, está bien sí? Aún tienes sueño - dijo mamá, yo asentí y tallé mis ojos
- Sí nena, cuando siempre te pase eso ven con nosotros, aquí siempre puedes dormir -sobó de nuevo mi cabeza
- Bien... -
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- Entonces venga mi linda Ema -me cargó mamá y me colocó entre ambos.
Los dos me abrazaron y besaron mi cabeza, mamá comenzó a acariciar mi cabello y comencé a cerrar mis ojos, volví a dormirme con facilidad.
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La mayor felicidad en la vida lograron obtenerlo, lograron construir una familia en la que el futuro ya no importaba, sólo ser y hacerse felíz mutuamente. La pausa en su trabajo valió la pena, la ventaja de estar en lo lejano es que estaban los tres juntos
Un día Ema tendría que saber la verdad de ambos, su historia pasada del comienzo de su romance para llegar aquí, pero por el momento sólo tenían que consolarla cuando soñaba ese tipo de cosas.
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"- De lo único que eres culpable, es de amarme, a pesar de que ya sabes como soy, estás sentenciado a eso...amarme como si fuera la primera vez y caíste...caíste desde la primera vez que me besaste - hizo una pausa y miró los ojos de Eren, brillaban de una manera muy hermosa, a lo que Mikasa sonrió.
- ¿Estás dispuesto a sentenciarte así conmigo? - preguntó en susurros por la distancia, Eren no contestó, solo asintió y miró con entusiasmo los labios de la chica, que se encontraban a muy corta distancia y sus pechos, que asomaban ligeramente por su camisa.
- Bien, porque una cosa queda clara.. - se acercó más, el corazón del castaño aceleró aún más, se le hacía algo difícil el respirar.
- Di..Dime - habló por fin, en su tono se notaba un estado totalmente de excitación, haciendo una combinación extraña con la tristeza que aún persistía.
- Por más que lo intentes...jamás, jamás lo lograrás - hizo otra pausa, el cuerpo del chico comenzaba a reaccionar extraño, temblaba un poco y su entrepierna reaccionaba a tal contacto tan suave y excitante, la distancia realmente era lo largo de un arroz..
- No podrás...escapar de mi - concluyó.
Eren soltó un jadeo por contener la respiración para después sonreír y asentir, sintiendo la boca de la chica saciar sus deseos por besarla"
Desde aquella sentencia, y gracias a eso su futuro destino se escribió de forma maravillosa, ya que el gran amor que se tenían era tanto que sería absurdo tratar de huir.
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