Se que algo en mi está mal...lo sé.
Pero aquél día que te conocí sentí la necesidad de tenerte conmigo y solo conmigo.
Eren...Eren Jaeger...serás mío y de nadie más, no dejaré que nadie más se te acerque, me encargaré de eso.
Olvídate de tus amigos...
Mikasa no soltó a la chica y menos su cabello, la ira controlaba su ser, su sangre hervía, estaba furiosa.
- M..Mikasa -
Eren quiso intervenir pero simplemente no se atrevió, en ese momento la azabache daba un miedo terrible.
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La chica siguió sin soltarla, Krista ya estaba muy asustada.
Abrió la boca para decir algo, sin embargo primero miró a Nifa con su mirada afilada y furiosa, haciendo que ésta se fuera y dejara el teléfono en la mesa.
Volteó la mirada a la rubia y sonrió psicópata-mente.
- Al parecer...tú no entiendes la palabra No - apretó los dientes - Pero claro, ¿Cómo la vas a conocer? si eres una maldita niña consentida y caprichosa -
- Suéltame - habló amenazante
- No te hagas la fuerte conmigo, sé que te mueres de miedo pero solo te diré algo...-
La azabache sacó su cuchillo y lo colocó en la garganta de la chica, sus ojos azulados se exaltaron demasiado y soltó un chillido pequeño.
- ¡Mikasa para! -
El chico trataba de hacer algo pero la presencia de Mikasa en ese estado lo paralizaba por completo.
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- Así como tu amiguita se lo dijo a Eren, yo también te lo voy a decir solo una vez...- presionó más el cuchillo contra su garganta - Aléjate de Eren...porque si no...te vas a arrepentir, tu no sabes de lo que soy capaz de hacer, así que no me provoques -
- E..Estás lo..loca -
Dijo aún asustada.
Mikasa sonrió sádica.
- No lo niego, y por defender al amor de mi vida...soy capaz de todo ¿Oíste? de TODO -
Su mirada era amenazante y daba miedo, hizo una última presión contra su garganta y un pequeño desliz, haciendo un corte sin profundidad.
Al fin la soltó y se retiró del comedor, en su cabeza se había roto algo más, guardó el cuchillo y se dirigió a la puerta.
- ¡Mikasa espera! -
Eren la llamó pero ésta no hizo caso, se tenía que ir, si no quería cometer una estupidez.
Krista se reincorporó y tocó su cuello, sangraba un poco, volteó su mirada hacia el castaño, estaba asustada.
- ¿En verdad amas a esa loca? ¡Ya viste lo que es capaz de hacer! Yo no haría eso jamás -
Eren volteó a verla demasiado extrañado, no le agradaba lo que dijo.
- Mira Krista, no te compares, es obvio que jamás harías eso pero yo también te diré lo que le dije a Ymir...lo que yo haga, me pase, con quien esté y cosas así, es asunto mío y de los involucrados, no de los demás, entiende eso - habló algo asustado por lo reciente peor sin dejar de lado su firmeza
Después, se dirigió a la puerta y salió corriendo en busca de la chica.
Mikasa llegó al salón de clases, Annie al verla así se levantó de golpe y se acercó a ella.
- ¿Qué tienes? ¿Qué paso? -
- No supe controlar mi ira, me tengo que ir o...o me arrepentiré muy tarde - su mirada se volvía borrosa
- Bien...iré por tus cosas -
Antes de que Annie volviera a entrar al aula de nuevo, la azabache la tomó del brazo, deteniéndola.
- Una cosa...cambiamos los planes -
- ¿Qué? -
- Empezamos desde hoy, no mañana, HOY -
Annie asintió y fue por sus cosas, Mikasa esperó, sentía que sus piernas fallarían en cualquier momento.
Su amiga le entregó sus pertenencias y ella se marchó lo más pronto que pudo, no podría mantenerse mucho ahí, no quería hacer una masacre.
Por los escalones chocó con su chico amado, pero lo ignoró, él también corría peligro.
- Oye Mikasa...¡Mikasa! -
Comenzó a seguirla.
Ella llegó a la puerta y por su cara el guardia la dejó salir.
Eren trató de seguirla pero no se lo permitieron.
Pov Mikasa
Esto es malo..malo, muy malo.
Esto ya no me pasaba desde que perdí a mis padres.
Tengo que llegar a casa, tengo que llegar.
Mis piernas no responden muy bien, ya entré al callejón pero creo que perderé la cordura antes de que llegue, debo calmarme, debo hacerlo...o si no..
De la nada unas manos me tomaron por mi cintura y luego por mis piernas, alguien me estaba cargado.
- No te preocupes, te pondrás bien -
Era la voz de Eren, lo dejaron salir pero...no, no puede ser eso así, debo calmarme, no quiero matarlo, no a él.
- Calma...yo esperaré hasta que estés bien -
Su voz y sus brazos comienzan a relajarme, mi mirada vuelve a enfocarse, mis manos dejan de estar tensas.
