Mikasa, Mikasa Ackerman, una chica de 16 años que es muy callada y calmada en el instituto preparatoria al que asiste.
Es inteligente pero no participa mucho, de todas las personas que hay solo una chica es su amiga, su nombre es Annie, que también es una gran estudiante, aplicada, callada, sumisa, responsable, etcétera, etcétera, etcétera.
Mikasa, a parte de ser una buena estudiante, es la más hermosa del grupo y casi del instituto, quedando un nivel abajo de Krista, una chica hermosa, la cual es la primordial de la escuela al ser la hija del director.
La azabache vive en una casa a solas y siempre, al terminar las clases, se va por un callejón solitario que le sirve como un gran atajo para llegar más rápido a su hogar.
Mikasa no habla más que con Annie, tampoco sonríe mucho y sin que nadie lo sepa, siempre lleva consigo una pequeña navaja y un cuchillo de cocina por defensa propia pero...muy pocas veces le costaba reaccionar a tiempo, tal y como este día.
Este día, para ella no había sido el mejor, ya que por alguna razón que ni ella conocía, su cuchillo lo dejó en casa, en el descanso, una compañera de clase tiró café caliente en su falda y parte de su playera, el profesor que pidió la tarea complicada no asistió y su pluma favorita se rompió.
Al salir del instituto se dirigió al callejón de siempre pero 5 chicos la contactaron ahí, acorralándola.
- ¿Por qué tan sola? - dijo uno de ellos acercándose demasiado a ella
- ¿Que no sabes que es peligroso que...una chica tan....bella camine sola? - el otro le cerró el paso izquierdo
- Si, es verdad, ¿Nadie te acompaña a casa? - salida de la derecha...obstruida
- ¿No quieres que te acompañemos? - mencionó el otro
La azabache se movió rápido para tomar su navaja pero el tipo que tenía en frente la tomó de la muñeca.
- ¡Háganlo! - gritó hacia los demás
Otro chico tomó su otra muñeca y los otros dos sus piernas, mientras el último la miraba con una sonrisa y lástima.
- No, ¡Dejenme! - suplicaba
- Que linda voz tienes hermosa -
La mirada de la chica se tornó completamente llena de terror y sus ojos comenzaron a llorar.
- ¡No lo hagan! ¡¡Por favor!! -
Mikasa suplicaba pero los chicos taparon su boca pero en ese momento alguien llegó y los detuvo.
- ¡¿Qué creen que hacen?! - dijo atrás de ellos
- ¡No te metas, esto no tiene que ver contigo! -
- ¡¡Te equivocas, si tiene mucho que ver, ya que se trata de una compañera mía, así que lárgense si no quieren que llame a la policía!! -
Los chicos soltaron a la azabache sin ninguna delicadeza, para después irse.
Mikasa se levantó con algunas lágrimas, se quedó sentada y vio como se marchaban para después agachar la cabeza de nuevo.
- ¿Estas bien? - preguntó aquella persona
- Sí, no te preocupes, no fue nada -
- ¿Segura? -
La chica asintió para después levantar su mirada y encontrar una mirada realmente hermosa, color esmeralda.
- Bueno...es un gusto, Mikasa Ackerman - ayudó a levantarla y la tomó de las manos.
- Gracias aaa... -
- Eren, Eren Jaeger -Las mejillas de la chica ardieron un poco mientras sus ojos plata miraban esos esmeralda tan lindos.
Después de varios segundos la azabache desvió su rostro y sonrió ligeramente.
- Un gusto...Eren - Volvió a mirar sus ojos - Gracias por ayudarme - se sonrojó aún más.
Aquél chico tomó su mentón entre sus dedos y levantó su cara, mirando con atención cada detalle de su rostro.
- Es la primera vez que tengo el placer de verte de frente y muchos tienen razón, eres bastante hermosa - su rostro se sonrojó más, haciendo que desviara su mirada
- Tus ojos también son muy lindos -
Eren ya se encontraba bastante cerca de su rostro, lo que hizo que los labios de la chica temblaran un poco.Ese chico...tenía algo que llamaba la atención de la joven con gran fuerza pero no sabía qué....tal vez por fin lo había encontrado, había encontrado lo que llevaba buscando por 6 años.
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No podrás....escapar de mi 🔪😍
AcakSe que algo en mi está mal...lo sé. Pero aquél día que te conocí sentí la necesidad de tenerte conmigo y solo conmigo. Eren...Eren Jaeger...serás mío y de nadie más, no dejaré que nadie más se te acerque, me encargaré de eso. Olvídate de tus amigos...