Capítulo 1

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Me llamo Jill Williamson y soy escritora, bueno eso seguro que ya lo sabes porque mis libros se están vendiendo realmente bien

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Me llamo Jill Williamson y soy escritora, bueno eso seguro que ya lo sabes porque mis libros se están vendiendo realmente bien. En cualquier caso, ahora mismo estoy de camino a una firma de libros en una famosa librería de LA y como soy un poco rara voy en coche, ya sabes, para buscar inspiración y esas cosas. Te aseguro que es una buena idea, cantar a voz en grito el último álbum (y todos los anteriores) de N5, realmente permite que la creatividad fluya. La firma que tuve ayer fue en Phoenix, Arizona, lo que suponen 5h y 30min de viaje hasta Los Ángeles. El camino es muy sencillo, ir recto por la Ruta 10, sí, lógicamente, existen más rutas aparte de la 66, seguramente tardaría unas 8h en llegar entre paradas para ir al baño, paradas para comer y paradas para la inspiración de la que te hablaba antes, pero, ilusa de mí, no contaba con que mi coche decidiese calentarse, literalmente. Mi puto coche está en llamas, bueno, estaba porque como soy un imán para la mala suerte llevo de todo en el coche por si acaso, y atraigo más el fuego que los Sims, así que siempre llevo un extintor en el maletero.

Así que la situación es esta: estoy sola, en medio del desierto, cierto que esta no es una carretera desierta, pero he visto muchas películas y todas las temporadas de Mentes Criminales como para montarme en el coche con cualquiera, no quiero aparecer en los periódicos, diciendo que han hallado el cadáver de una mujer de 26 años y cuya descripción coincide con la de Jill Wiliamson la cual no se presentó a la firma que tenía programada, no, definitivamente no quiero eso. Así que reviso mi móvil para ver a quién molesto, un momento, el padre de mi mejor amiga Maddie es ¿camionero? Eso es lo que creo, bueno no perdemos nada intentándolo.

― Hola, Jill ― me responde Maddie, gracias por contestar, te quiero.

― Hola, Maddie ― digo antes de suspirar.

― ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? ―¿Maddie dramática? Que va.

― Tranquila, estoy bien, mi coche es el que no, ha decidido que quiere ser una barbacoa y se ha prendido fuego, así que estoy en mitad del desierto de Arizona.

― Tú nunca te aburres ― comenta Maddie riendo.

― Ja-Ja, muy graciosa. En fin, tu padre por un casual no pasará por aquí, ¿no? Igual me puede recoger, estoy en la ruta 10 a varios kilómetros de Quartzsite.

― ¡Oh, es verdad! Sigo sorprendiéndome de tu ingenio. Le voy a llamar a ver qué me dice, no cuelgues ― Al menos no llueESPERA, no, no pienses eso Jill, no, que es lo que te faltaba, sólo quédate quieta mirando las nubes (pocas y blancas) del cielo, los pájaros cantando, y las plantas rodadoras, nada siniestras ―. Ya he hablado con él ― dice Maddie haciendo que me sobresalte.

― Joder Maddie, carraspea o algo, ¡qué susto!

― Dice que puede estar allí en 45min y que a sus jefes no les importa ― contesta ignorando mi comentario.

― Genial, Maddie, te debo una ― digo con lágrimas de alivio en mis ojos.

― Espera, no es todo tan bonito, cuando te recojan van a Las Vegas, allí te coges un avión o lo que sea porque no hay forma de que te pueda llevar a Los Ángeles ― dice Maddie un poco preocupada.

― No hay problema Maddie, así veo la estatua de Elvis, por ejemplo, gracias otra vez. ¿Cómo sabré quién es tu padre? No le he visto en ¿10 años?

― No te preocupes, lo reconocerás no ha cambiado nada ― me contesta riéndose ―. Un abrazo, me vas contando.

― Adiós ― me despido extrañada por su risa.

Bueno, no está mal, probablemente pueda llegar a tiempo a la firma y si no, se pospone, quiero decir, no es mi culpa que mi estúpido coche decida prenderse fuego. Mi agente lo tendrá que entender. Me siento al lado del coche porque no voy a esperar 45min al sol, como es lógico, y con la botella de agua que siempre llevo conmigo al lado porque lo último que me faltaba es deshidratarme o algo similar.

Así que voy a ver al señor Smith después de 10 años, nunca me he sentido muy cómoda hablando con los padres de mis amigos, supongo que nos pasa a todos. La verdad es que es un hombre muy alegre y bonachón. Bueno, mientras espero a que llegue te voy a contar un poco sobre Maddie mientras N5 suena de fondo, menos mal que mi móvil tiene batería suficiente.

Como ya te he dicho es mi mejor amiga, nos conocemos desde los 6 años y aunque cuando teníamos 16 se mudó a Nueva York nunca perdimos el contacto. Ambas somos de Inglaterra, por cierto. Ahora gracias a mi gira nos hemos visto mucho y hasta a veces me acompaña. De hecho, nos veremos la semana que viene en Nueva York porque tengo entradas para el concierto de N5 y voy con ella. La verdad que tengo muchas ganas, los últimos meses han sido una locura, la presión de entregar el manuscrito de mi última obra en el tiempo, las correcciones posteriores, elegir portada, estilo, programar la gira, la verdad necesito una noche para gritar, cantar, llorar, divertirme y después tomarme unas copas con Maddie.

Los acordes de mi canción favorita de N5 empiezan a sonar y, como no, sonrío como una idiota pensando en los recuerdos que me trae, la primera vez que la escuché (con Maddie), la primera vez que la oí en directo (con Maddie), la primera vez que la bailé borracha (con Maddie), bueno, la típica relación entre una amiga que adora y está completamente obsesionada con una banda (yo) y otra que le gusta y se apunta a un bombardeo (Maddie).

Miro el reloj y veo que ya son las 16:30 y, sinceramente, sería capaz de comerme una vaca entera, es cierto que suelo comer tarde, pero esto ya es demasiado, menos mal que ya sólo tengo que esperar unos 5min.

Miro hacia la carretera y veo que un autobús empieza a frenar y veo al señor Smith saludándome con la mano, le devuelvo el saludo sonriente y un poco extrañada, ¿el señor Smith no conducía un camión? ¿Por qué lleva un autobús? ¿Qué hace un autobús por esta carretera a estas horas? Son sólo algunas de las preguntas que empiezan a arremolinarse en mi cabeza.

Finalmente, el autobús se para justo delante de mí, créeme que si hubiese tenido agua en la boca la habría escupido como un aspersor. Es un autobús de gira, concretamente el de N5. Tiene que ser una broma. Maddie, te quiero, pero te voy a matar por no habérmelo dicho, me gustaría haberme preparado mentalmente sobre ello. ¿Qué les voy a decir? ¿Hola? ¿Buenas tardes? Demasiadas opciones y poco tiempo para pensar, por favor, Jill usa tu cerebro que para algo lo tienes.

― ¡Jill, cuánto tiempo!

El señor Smith, un hombre bajito, regordete y con la cara más amable y simpática que he visto en toda mi vida se acerca sonriente a mí y me abraza.

― ¡Señor Smith, muchas gracias por venir a por mí, de verdad! ― le digo mientras le devuelvo el abrazo.

― No digas tonterías, para eso estamos, además, a los chavales no les ha importado ― me sonríe soltándome ―. Bueno, ¿Tu equipaje?

― En el maletero, como he apagado el fuego no lo he sacado ― le contesto.

― Perfecto ― dice mientras abre el maletero.

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Hola personitas

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