Intentos Infinitos

37. Primer acto.

El carruaje se detiene en la entrada de la mansión de los Lenua, me bajo de él y le digo al cochero que puede volver a casa, tengo otros asuntos que resolver, y es probable que no vuelva a dormir este día.

Hoy me vestí con mis mejores atuendos, un traje negro con mancuernas de oro, un sombrero de ala ancha, y uno o quisas dos, Ases bajo la manga, podría parecer fuera de lugar, pero después de todo, hoy será el estreno de un gran espectáculo, ya puedo escuchar al público expectante, y ver los nombres de los protagonistas escritos en el programa.

A diferencia de cuando me reúno con Aisha, que damos una cantidad absurda de vueltas alrededor de la mansión para tener oportunidades para hablar en privado, está vez voy directamente a la entrada principal.

Al entrar, y antes de siquiera ser anunciado, ella estaba ahí, la actriz que incendia el escenario, Bashira me esperaba en lo alto se las escaleras del segundo piso, vistiendo un despampanante vestido de gala, confeccionado en seda cruda de tonalidades doradas, el escote es de tipo halter y esta bordado en lentejuelas doradas que imponen su brillo frente a los apliques ocres y beige matizados con tonos turquesas.

(Bashira) hmm, puntual como un reloj, esa es una muy buena cualidad joven León.

Por supuesto, jamás llegaría tarde al primer acto, después de todo, mi presentación, va después de la tuya.

(Leonora) ha solicitado mi presencia, vizcondeza?

(Bashira) así es, hay un asunto importante del que quiero hablar contigo, y necesitaba que estuviéramos frente a frente.

(Leonora) bien, entonces aquí me tiene, pero le digo que soy una persona ocupada, y tengo la agenda llena.

(Bashira) ohh, en ese caso espero que no causar demasiados problemas en su agenda, pero le digo, que este es un asunto complicado, y quizás le tomará más tiempo del que creé.

Seguí a Bashira, hasta el salón principal, ahí tomamos asiendo.

Un par de sirvientas nos sirvieron café, al ser ya conocido en la casa, este fue preparando a mi gusto, negro con solo 1 de azúcar, pero con un pequeño juego de manos, dejo caer algo en mi café, mientras el de Bashira, fue servido con leche de almendras, chocolate rayado, y canela.

Es por eso que en aire había había una leve fragancia a almendras, con eso en mente, le di un sorbo a mi café, este también tenía un leve regusto a almendras.

(Bashira) creo te preguntas el porque te mandé a llamar, no es así?

No realmente.

(Leonora) si, así es.

(Bashira) bueno, no se bien como explicarte esto, pero... mi pequeña hija, ella... Dioses... No sé cómo decirlo.

Bashira se veía contrariada, como si en estos momentos estubiera en medio de una difícil guerra interna, ella masticaba cada palabra antes de decirla, y aún así parecía que le dolía hacerlo, cualquiera que la viera, solo vería a una amorosa madre, intentando proteger a su hija, aun cuando está había cometido un crimen terrible.

Obviamente, Bashira era una actriz de temer, está mujer ya tiene al público comiendo de la palma de su mano desde el primer acto.

(Bashira) mi pequeña Aisha, ella... ella es... una usuaria de magia de sangre...

Un par solitarias lágrimas cayeron de los ojos de Bashira, en lo personal eso le quita credibilidad, estaba llendo perfecto, pero las lágrimas fueron demasiado, veamos si es capaz de recuperarse.

(Leonora) esa es una acusación sería, que pruebas tiene?

Bashira hace una señal, y una sirvienta le trae una carpeta, rebusca un momento entre su contenido, y saca un par de hojas de papel, al hacerlo, la carpeta se le resbala un momento, dejando ver, una copia del reglamento de caballería, en la sección referente a los duelos, y una copia del código penal del reino, que habla exactamente de lo mismo.