Intentos Infinitos

66. Y el río desembocaba al mar.

Mi plan había fallado. Honestamente, era de esperarse. No tenía verdaderas expectativas en él. Con más tiempo o más preparación, hubiera hecho algo en mi rostro para ocultar mi identidad y así pasar desapercibida del Inquisidor, pero bueno.

Mientras Irma hacía tiempo revelando una a una los rostros de mi familia, hice todo para pensar en que hacer a continuación. Me quedaban dos usos de [Carbonizar] uno es completamente necesario para pararle los pies a Lucius, y pese que me gustaría contar con un más para detener a Calibrocha, creo que asesinar al Inquisidor es la mejor maniobra en este momento.

Irma me había sentado, y dió las advertencias finales al inquisidor y su gente, advertencias que obviamente no quisieron tomar. En ese momento, pensé si lo que estaba por hacer era la opción correcta. No necesito alzar la mano, y menos hablar para usar [Carbonizar] en gran parte ese nombre se lo puse yo, debido que en mi lista de habilidades eso solo aparece como "Regalo". Para usar esa habilidad, me basta únicamente en ver a mi objetivo y pensar en que deseo quemarlo, todo esto es algo que ya he comprado. En otras circunstancias, y si pudiera tener una veintena o más de usos, quizás podría terminar con un escuadrón entero mientras sea capaz de verlos, y todo en perfecto silencio. Pero ahora, con solo un uso en mi poder, mi mejor plan es asesinar al Inquisidor de una manera tan visual e impactante, que el resto de sus hombres tengan miedo de enfrentarme. De nuevo, no es un gran plan, está lleno de lagunas como el hecho de que su gente aún nos podría perseguir, pero en estas circunstancias, es todo lo que soy capaz de pensar.

La bolsa ya había llegado a la altura de mi boca, y pensé que era el momento idóneo. De un movimiento rápido alce mi mano derecha. Cosa que le dió la señal a Irma para quitarme el resto de la bolsa de un movimiento único. Y con voz firme declare.

(Leonora) [Carbonizar]

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Un grito de dolor y pánico se podía escuchar haciendo eco a lo largo del túnel, Tal y como había deducido con anterioridad, el poder del objetivo declara cuánto tiempo le toma a [Carbonizar] hacer efecto. A una persona que se escapa totalmente de la escala de poder de este mundo como es Irma, para que funcione es necesario dos o incluso más días. Quizás dure menos tiempo si la persona se vea obligada a hacer más cosas aparte de pelear contra la maldición, pero de eso no puede estar segura. A un soldado común de iglesia el efecto es poco menos de un minuto, lo que me da a entender que alguien común y corriente bastaría solo un par de segundos. Ahora, en el caso de un soldado de élite de la iglesia, algo que se puede entender como lo más fuerte de este mundo sin llegar al nivel de Irma y el resto de los colores, el efecto de [Carbonizar] se estaba tomando su tiempo. La oscuridad crecía en su cuerpo junto a unas leves líneas rojas causadas por su pobres e inútiles intentos de resistirse que solo conseguían hacer aún más dolorosa su agonía. Sin embargo, mientras el escuadrón inquisitorial había dado un paso atrás, y solo era capaz de mirar horrorizados el destino de su compañero. Una persona era completamente ajena a los gritos y a las súplicas desesperadas. Esa persona solo me miraba atentamente, mientras yo hacía todo lo posible por disimular la sensación de derrota al haber fallado el tiro. Si alguna vez vuelvo a tener esta habilidad, debo recordar que jamás debo desviar ni siquiera un segundo la mirada de mi objetivo.

Los gritos seguían inundado la sala, y parecía que la muerte del segundo al mando del inquisidor aún estaba lejos. A ojo yo diría que para alguien de esas capacidades debe requerir más o menos 20 minutos. Y ante la mirada atónita de todos los presentes, el Inquisidor dio un paso adelante y con un cuchillo que tomó de su cinturón, rebanó el cuello de su compañero, que al caer al piso, no tardó ni un segundo para convertirse en cenizas. Todo esto lo hizo, sin apartar la vista un solo segundo de mi.