62.9 Punto de vista de Celes 2

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Seguí a Aisha por la ciudad, al principio creí que me llevaría a un restaurante elegante con porciones pequeñas y precios exorbitados, pero para mí sorpresa me llevó a entre calles y callejones hasta que el aire se llenó de un delicioso olor a carne asada al carbón. Finalmente llegamos a un lugar un poco escondido en el centro de la ciudad, su fachada parecía más mi estilo, sin tanta decoración innecesaria, y un delicioso olor a barbacoa salía de ahí.

(Aisha) entremos, estoy segura que te gustará.

En el interior del lugar había una gran parrilla donde se estaba asando grandes trozos de carne, pinchos de verduras, salchichas, y muchas cosas más que soltaban un increíble olor, al entrar me sentí bastante cómoda con el lugar, no había gente elegante comiendo en completo silencio, si no un montón de hombres con aspecto de obreros comiendo y bebiendo bastante alegres. Y aunque Aisha por su ropa era la que más resaltaba, nadie parecía extrañarse por su presencia, si no, parecía que la conocían.

(Mesera) señorita Lenua, ¿Su mesa de siempre?

Una mesera se adelantó, y ante su pregunta, Aisha se limitó a asentir. La mesera nos llevó a una mesa un poco apartada del resto de personas, y yo por mi parte solo me quede viendo a todos lados mirando la comida que servían en el este lugar.

Finalmente quedamos frente a una mesa en un pequeño balcón en un semi segundo piso, desde aquí podíamos ver a todo del restaurante, pero sería muy difícil que el resto de personas nos miraran. Ambas nos sentamos en la mesa y la mesera se quedó de pie a lado nuestro.

(Mesera) ¿ya saben qué desean ordenar, o quieren que les diga el menú?

(Aisha) lo de siempre por favor. ¿Y tú Celes?

(Celes) yo quiero lo mismo que ese sujeto.

Dije señalando a un hombre gigantesco de una espesa barba, y más de dos metros de alto, que tenía en su mesa un inmenso corte de carne de ternera sobre una cama de puré de papa.

La mesera sonrió, y se alejó con nuestras órdenes. Yo por mi parte seguía viendo el lugar. Era simplemente genial, su estilo era muy rústico, con pieles de animales por alfombras, y trofeos de animales en las paredes, además justo encima de la parrilla, había pequeñas placas de madera con nombres de personas. En ese momento volví mi atención a Aisha, que parecía muy divertida observando mis reacciones. Eso me dió un pequeño escalofrío en la espalda, esa chica parece que siempre se trae algo entre manos.

(Celes) ¿que es este lugar?

Dije para romper el hielo y para que Aisha dejara de mirarme como un gato a un ratón.

(Aisha) es un bar de obreros, mucha gente de las afueras de la ciudad viene a la capital a trabajar. Tener que salir de la ciudad para comer les quita mucho tiempo, y comer en la capital es muy caro, es por eso que vienen aquí. Además, también es frecuentado por estudiantes de nobleza menor, comerciantes y soldados, básicamente toda persona con presupuesto ajustado que quiera comer bien.

(Celes) nunca había escuchado de este lugar.

(Aisha) hmm, no me sorprende. Sigues siendo la hija de un archiduque, hasta tus sirvientes ganan más al día que un obrero en una semana.

Me quedé viendo alrededor un poco más, y memoricé los callejones que cruzamos para llegar, definitivamente vendré a comer aquí más seguido.

En ese momento, la mesera nos trajo una jarra de agua, junto a una canasta de mimbre llena de pan y un tarrito con mantequilla. Tome un pan de la canasta y lo mordí, luego miré a Aisha. Tengo muchas cosas que preguntarle, pero comenzaré con la primera.

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