Era quizás una hora antes del alba cuando desperté, talle mis ojos, baje las piernas del catre, bosteze, y pase mi mano para arreglar un poco mi larga cabellera negra que en esta vida he dejado crecer hasta llegar a casi mi cintura.
Me quite la vieja bata que usaba para dormir y llene un cuenco con agua de una jarra que tenía en una bamboleante mesa de madera. Moje mi cara y dejo que el agua caiga hasta mi pecho, tomo una deshilachada toalla, y la enjabono con una barra ocre que había hecho como experimento hace unas semanas, aún no lo es suficientemente bueno, pero cumple bien su función para limpiar.
Sumerjo la toalla en el agua y lavo mi cuerpo lo mejor que puedo, mientras al otro lado de la ventana, podía escuchar los sonidos de como la ciudad despertaba junto a mí.
La pequeña habitación donde me encontraba era prácticamente cuadrada, si bien las paredes en algún momento debieron haber sido de un blanco inmaculado, ahora tienen un tomo gris, que recuerda al polvo de la calle. En la habitación tenía pocas pertenecias, pero eran suficientes, entre ellas, un pequeño librero atestados de libros, casi todos con plantas medicinales, o copias de los primeros tratados médicos que se han escrito en este mundo, un par más de libros que una vez estuvieron en blanco, pero que actualmente he llenado con mis propias notas y descubrimientos, un ropero con más ropa de la que necesito y llegaré a necesitar, regalo más que nada de la gente de la ciudad, una caja con artículos varios del día a día que tardaría mucho en describir, y una placa tallada en marfil en honor al dios pagano que es adorado en este país. Si bien no soy creyente ni de los dioses "verdaderos" quitar una placa en honor a su dios es buscarse problemas innecesarios, y de una forma u otra llamar a la mala suerte, y bueno, mi suerte ha sido muy buena en esta vida.
Al terminar de limpiar mi cuerpo me vesti de manera simple, agradecida de no tener que usar los ostentosos conjuntos de la nobleza que tan harta me tenían de vidas pasadas, abro la ventana para dejar que la brisa de la mañana entre a la habitación, y respiro el aire fresco de la mañana.
Observe el movimiento de la calle, al estar a solo una manzana del "hospital" que era más que nada la razón principal de porque no tenía motivos para cambiar mi alojamiento, y aún desde la mañana, ya podía ver cómo una fila de gente comenzaba a formarse para ser atendidos. Justo enfrente de mi había una tienda de alimentos, dónde podía ver al matrimonio dueño de la misma, dos personas bastante corpulentas debo decir, cargaban cajas llenas de frutas y verduras frescas, también estaban preparando café, y el olor me llegó hasta mi ventana.
En ese momento, la mujer alzó la vista y me saludo, me señaló el café que hervía a fuego lento mientras me invitaba a unirme a ellos, yo me límite a alzar un par de dedos para indicar que bajaba un par de minutos.
Mientras bajaba las escaleras ya podía saborear el amargó sabor del café recién hecho, y sonríe por eso, después de todo Grinea es el único país que he encontrado en este mundo donde los granos de café son comunes y este es una bebida típica.
Al salir a la calle y recibir el calor de una mañana de principios de marzo, me llegó una extraña mezcla de olores, tanto de especias exóticas, como de hortalizas. Al alzar la vista la visión de una ciudad atestada de movimiento y vida me maravillo.
Grinea es quizás el país más fascinantes de este mundo, Era el país más pobre que había visto nunca, pero de muchas maneras también el más digno. Completamente libre de la nobleza y funcionando aún con el sistema de trueque, sobre las monedas que en la mayoría de las ciudades, solo sirven para acumular óxido.
Sabía que, al caminar por la calle, seria la única cara blanca en kilómetros a la redonda, pero a diferencia de otros países, dónde jamás me atrevería a resaltar tanto, a la personas de Grinea simplemente no les importa. Al mismo tiempo, ser tan distinta me da una extraña sensación de satisfacción, casi como si a cada paso que de, una aura de misterio me rodeará.
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Intentos Infinitos
RandomHe reercarnado como la villana de un videojuego que solía jugar, por lo que intente ser buena y no molestar a la protagonista, pero acabe muriendo igualmente, solo para volver a empezar, por lo que decídi arrebatarle todo a la protagonista, solo par...