67. Tumba superficial.

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La catacumba subterránea había explotado. No fue exactamente una explosión nacida de la combustión, sino de la naturaleza inestable del maná. Es difícil aplicar la ciencia a un concepto fantástico, y más cuando ni los propios creadores fueron muy precisos a la hora de establecer sus reglas. Sea como sea, lo único que podía estar segura es que el Inquisidor y su gente, habían elegido dar sus vidas con tal de matarme, e hicieron explotar el lugar.

Una inmensa sensación de derrota me inundó, me lamente del destino de la pobre Camille, y del propio mundo. Ya que que junto a mi también había muerto Celes, quien no me explico qué demonios estaba haciendo aquí, ya que sin ella, no había nadie capaz de derrotar al jefe final de segundo juego. A mí alrededor solo había oscuridad, e incluso con ella, mi vista era muy borrosa. El ambiente era igual al de la habitación de mi madre la noche del parto.

El haber fallado me hizo dar un largo suspiro. Creía que iba a ganar, realmente lo creía. Habiendo estado tanto tiempo atrapada en un limbo de victorias y derrotas efímeras, el tener por primera vez en mucho tiempo algo por lo que luchar me hizo sentir viva. Sin embargo, una vez más, yo había…

(Celes) ehh, ¿estamos vivas?

¿Disculpa? Estoy dando un monólogo aquí, no interrumpas.

Cuando no tienes nada que perder, tampoco tienes nada realmente que ganar. Por tanto tiempo yo me sentía vacía, apostaba a lo seguro para ganar minucias. Ya no me arriesgaba, ya no luchaba, ya no lo intentaba. Y no fue hasta ahora que realmente estaba en juego la cosa más importante que he tenido en mucho tiempo, que me di cuenta que mis métodos no…

(Irma) señorita Leonora... ¿Se encuentra bien? Algo nos salvó de la explosión… no se que fue…

Irma por favor, déjame terminar que esto es importante.

Y ahora que he perdido, un hueco me carcome el estómago. Si bien duele y me frustra hasta el punto de casi romper en llanto. De una forma que no puedo entender también me anima. Quizás la mayor prueba de que estás vivo, es tu capacidad para sentir dolor.

Y me duele, me duele mucho, y eso me hace saber que aún vivo.

Eres una dramática.

🌙🌙🌙

Unas leves sacudidas me hicieron despertar y abrir los ojos. Delante de mí estaban Celes e Irma que me miraron aliviadas al ver que había reaccionado.

Una molesta luz me lastimaba los ojos, y al alzar la vista vi una pequeña esfera luminiscente flotando en el aire. Mi cabeza me daba vueltas por todo lo que había ocurrido, y frotándome los ojos pregunté.

(Leonora) ¿Qué ha pasado? 

(Celes) no me preguntes a mi, yo no entiendo nada desde hace como una semana o algo así.

Ignore a Celes que era obviamente inútil, y mire a Irma que estaba con una expresión algo sombría. 

(Irma) algo nos salvó… hay una especie de barrera a nuestro alrededor… No se que la causa, y no sé cómo retirarla… pero por ahora nos mantiene a salvo, hay varios cientos de kilos de escombros sobre nuestras cabezas, y hasta donde entiendo… la barrera es lo único que evita que se desplome.

Después de cada frase, Irma se detenía a tomar aire, y al ver su uniforme, prácticamente empapado por su propia sangre, me hizo recordar el precario estado en que se encontraba. Cómo un resorte, salte para comprobar su situación, y voltee a ver a Celes de forma exigente.

(Leonora) tienes magia de vida, ¿verdad? Quiero que…

En ese momento, Irma me tomó de los hombros y me hizo sentarme.

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