4. La Libertad

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Llevaba más de 4 horas al volante, y aún quedaban dos horas para llegar al camping del Algarve (Portugal). Me sentía exhausta, y por la parada nos había cogido la noche en la carretera, para lo que la rubia roncando a mi lado no era de gran ayuda, aunque sí que es verdad que tiene mejor cara. – Rubia... ¿estás despierta? voy a parar un rato en esa área de servicio para que comamos algo, nos vendrá bien -.

- Estoy muy mareada Zulema, ¿podrías comprarme algo con azúcar? – me puso cara de pocos amigos – Por favor – supliqué poniendo cara de cachorrito abandonado.

- Está bien, compraré dulces y café para las dos y nos lo comeremos dentro del coche -. En qué momento me he vuelto tan gilipollas... aunque no puedo negar que me afecta verla así y sé que en otro momento hubiera echado sal en su herida y me hubiera reído mientras se retorcía de dolor. Pero ahora sencillamente no puedo dejar de preocuparme por ella, será porque necesito su inteligencia para mi plan de vida. Sí, solo es eso Zulema, quieres aprovecharte de que es muy lista y nada más, pareces tonta al pensar que es otra cosa.

Entré a la cafetería del área de servicio y pedí – 4 cafés con leche para llevar y una caja de donuts -. En cuanto tuve mi pedido, pagué y salí dirección al coche, parece que Macarena está más repuesta. - Tome su majestad -.

- Zulema no tengo fuerzas ni para mandarte a la mierda – me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla – Gracias -.

Que le pasa a esta loca, serán los calmantes... aunque no voy a negar que me he sentido muy bien con su agradecimiento, por fuera agaché mi cabeza y le dije – Anda come, que empiezas a parecer un zombi... cuando acabes te voy a mirar y curar la herida, no podemos permitir que se infecte -.

- Estáhhh biehhn – le respondí con la boca llena de donut.

- ¿Dónde te has dejado a la pija que llevas dentro? Ya hasta hablas con la boca llena, sin duda la cárcel ha hecho estragos en tu persona -.

- Puede... pero tú tienes la boca llena de chocolate – en ese momento me apetecía quitárselo con mi boca... en qué coño piensas Macarena, no es tu amiga ni siquiera te gusta y lo más importante, queréis mataros... en cuanto lleguemos a Portugal me escaparé y si te he visto no me acuerdo.

- Gracias – dije mientras me relamía los labios para quitar el chocolate y dándome cuenta de algo importante, no solo era yo la que deseaba que fuera ella la que me quitara el chocolate. Zulema te estás volviendo más loca de lo que estás. – Termina, que voy a mirarte la herida -.

- Ya está – contesté un poco nerviosa, si seguía confundiéndome con los actos de Zulema iba a acabar muy mal, ni ella tendría nada conmigo ni yo con ella, pero la imaginación me estaba jugando una mala pasada... ella nunca se lamería los labios con ninguna intención más que la de quitarse el chocolate.

- A ver rubita levántate la camiseta, esta vez creo que no hace falta que te quites el sujetador -.

- Está bien – lo hice despacio y un poco temblorosa.

- Macarena... tuve que desnudarte para limpiarte toda la sangre y... de las duchas de la cárcel no hay nada que no haya visto ya jajaja, así que tranquila -.

(Pensamiento) ¡Me miraba en las duchas!... Maca céntrate. Zulema fue muy despacio limpiando la herida con gasas y alcohol, hasta se podría decir que lo hizo con cariño, aunque eso no existe para esta mujer.

- Pues listo... en 3 días o así podré quitarte los puntos, está muy bien solo tendremos que curarlo todos los días para evitar que se infecte y ahora relájate, nos quedan como dos horas de camino -.

Dejen en comentarios que les va pareciendo :)

Siguiente cap: 5. La Caravana

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora