15. Confiar en ti

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Aquí les dejo un nuevo cap! Mil gracias de nuevo por todos sus comentarios y estrellitas ♥️♥️

Me desperté y sin abrir los ojos empecé a buscarla en la cama, los abrí y no estaba conmigo por lo que la llamé - Zulema... ¿cariño dónde estás? - aunque sin gritar mucho porque me estaba matando el dolor de cabeza. Me levanté de la cama y la busqué por la caravana, me asomé a la puerta y el coche no estaba - ¡Mierdaaa! -.

- A ver Macarena no te precipites puede que haya salido a comprar algo -. Decidí llamarla al móvil, daba señal pero no cogía, le mandé mensajes y tampoco y así durante dos horas - Seguro que se ha largado, pero cómo podías pensar en algo con ella, estaba claro que te iba a dejar tirada, si es que eres gilipollas -.

Al rato escuché el coche, lo que me tranquilizó pero al verla entrar por la puerta me comporté como una imbécil y solo conseguí que se marchara de nuevo - Te lleva cuidando desde que te heriste, se preocupa por ti, anoche te cuidó como nadie... sujetándote el pelo para que vomitaras, limpió tu vómito, se va temprano para traerte cosas para la resaca y el desayuno y no tienes otra cosa que hacer cuando vuelve que montarle un espectáculo, Macarena ¿qué te está pasando? - Me preguntaba a mí misma.

- Vaya cara que traes amiga, ¿está muy mala la rubia o qué? - me dijo David con un poco de sorna.

Le conté lo que había pasado y me contestó - A ver... ella no sabía que no llevabas el móvil, no la estoy justificando pero sí te digo que puede que se haya asustado por si te había pasado algo. O, también, perdona que sea indiscreto, pero habría alguna posibilidad de la abandonaras, es decir, ¿De qué te vayas dejándola tirada? -.

- Por supuesto que no - contesté indignada.

- ¿Y ella está segura de ello? -.

David acaba de dar con la solución, se ha puesto como una energúmena porque pensaba que la había abandonado y me había largado. - Ahí sí, no lo sé, pero jamás la abandonaría -.

- Pues... como me dijiste ayer, haz que ella lo sepa - David me guiñó un ojo.

- Gracias - le respondí y le di un abrazo. - Bueno y tú ¿qué tal? ¿cómo ha ido la noche? Por tu sonrisa parece que mejor que la mía -.

- La noche fregando el baño y cuidando de la otra borrachita, pero gracias a eso esta mañana hemos estado juntos y ha sido muy especial. Hacía meses que no teníamos relaciones y solo con dos muestras de afecto que nos hemos dado nos hemos dado cuenta de lo que nos queremos, pero que por el estrés y la falta de tiempo habíamos dejado pasar. Y eso es algo que tengo que agradecerte (Si supiera que la que me gusta es ella jaja) -.

- Tonterías, se ve que os amáis - en ese momento sonó mi Whatsapp y saqué el móvil para mirarlo, era la rubia pero no estaba dispuesta a abrir el mensaje.

- Como a vosotras se os ve a leguas que no podéis vivir la una sin la otra, aparta un poco el orgullo y deja que se explique - me dio unos golpecitos en el hombro.

- Está bien, ahora en un rato iré - nos despedimos y seguí caminando, no podía negar que hablar con él me había tranquilizado, aunque seguía muy molesta por la forma en la que me había tratado Macarena.

Decidí leer el mensaje: "Solo dime si estás bien, hace más de una hora que te has ido y estoy preocupada, lo siento mucho". Le contesté "Sí" y me respondió "vuelve a casa por favor", la dejé en visto y seguí caminando pero en dirección a nuestra caravana, una vez llegué a ella me senté en una de las sillas que tenemos en la puerta, dispuesta a estar relajada durante un rato.

Se ve que no se ha dado cuenta de que estoy aquí. De repente escuché como se rompía algo de cristal dentro de la caravana y no pude hacer otra cosa más que entrar corriendo. Ahí estaba ella, con una jarra hecha mil pedazos a sus pies descalzos - No te muevas - pasé por los cristales, pues, yo si llevaba mis botas puestas, la levanté en brazos y la llevé a la cama. Una vez allí me puse a buscar rastros de sangre en sus pies y sus piernas - ¿Estás bien? ¿Te has cortado? -. Ella solo me negó con la cabeza y se quedó mirándose los pies. - No te muevas que voy a limpiar esto, no quiero que te cortes, aun así ponte las zapatillas ¿vale? - le pregunté con ternura. A lo que ella asintió.

Terminé de limpiar y saqué de la nevera el almuerzo que había preparado Brida para calentarlo. Macarena seguía sin inmutarse, tal vez porque no sabía cómo hablarme. - ¿Tienes hambre? Voy a calentar esto -.

- Sí, pero yo lo hago, no quiero molestarte más -.

- No es ninguna molestia Macarena -.

- Aun así, déjame hacer al menos esto - dijo con tristeza.

- Esta bien - respondí y me senté en la mesa.

La comida fue muy tensa, me estaba sintiendo muy mal porque apenas nos mirábamos, pero es la rubia la que tiene que pedir disculpas. Terminé y ella seguía comiendo, pero no aguantaba más tenerla en frente y que no me hablara, me levanté y me puse a fregar lo que había ensuciado, estaba terminando cuando sentí que puso sus cosas en fregadero y me abrazó por detrás.

- Lo siento mucho - dije intentado que la voz no se me quebrara - No merezco todo lo que haces por mí, porque no soy capaz de dejar atrás lo que vivimos... esto me hace esperar a cada momento que me traiciones o me abandones - me apreté aún más contra ella y besé su hombro - Quizás lo mejor es que cada una tome su camino -.

- Si de verdad es lo que quieres - dije intentando aparentar frialdad pero me estaba afectando.

- No, por supuesto que no es lo que quiero - volteé a Zulema para que me mirara a la cara.

- ¿Entonces Macarena? - ella fue a besarme pero la esquivé haciéndole la cobra, no todo se podía arreglar así.

Me había esquivado el beso, eso solo era señal de que algo se ha quebrado entre nosotras y todo por mi culpa, por mi desconfianza. - Creo que necesitamos un tiempo para pensar -.

- No te equivoques Rubia, no necesitamos, sé clara y di que necesitas, porque en lo que a mí respecta yo lo tengo todo muy claro y he confiado en ti ciegamente. No podemos borrar el pasado, créeme cuando te digo que es lo que más quiero, pero como no se puede tú eliges: vivir con ello o separarnos. Eres tú la que no confía en mí - dije aún más molesta, parece que quería hacerme sentir culpable cuando lo único que he hecho es portarme bien con ella.

- Está bien, solo déjame explicarte... pensaba que me habías abandonado y no me ha molestado que Zulema o mi socia o la de la cárcel, se lleve todo y me deje tirada. He sentido miedo, mucho miedo, al pensar que mi Zulema se iba de mi lado, pensando que era por mi culpa -.

- Pues eso, que no confías en mi -.

- Enséñame a hacerlo... necesito confiar en ti porque siento que estoy muy jodida -.

- ¿Jodida? ¿En qué sentido? - respondí a la rubia que cada vez me dejaba más desconcertada.

Había bajado la guardia y era mi momento, enlacé mis brazos a su cuello y la besé, al principio se resistió pero acabó cediendo. Lo que empezó siendo un beso dulce y pausado se tornó apasionado y demandante, cuando nos separamos por la falta de aire le dije - jodida porque estoy sintiendo cosas por ti. Tengo sentimientos encontrados y no sé cómo vivir con ello -.

- Igual que intento sobrellevarlo yo, viviendo y dándole importancia al presente y dejando el pasado a un lado -.

Nos volvimos a besar apasionadamente, cuando la cosa se estaba tornando más pasional fui yo la que rompió el beso - No va a ser tan fácil rubia, he pasado un día de mierda y tendrás que ganarte mis besos -. Me separé dejando a Macarena con cara de cuadro y fui a tumbarme en la cama, entre que no había dormido nada y el ajetreo del día me sentía agotada por lo que decidí echarme una siesta.

Siguiente cap: 16. Peor el remedio que la enfermedad

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora