26. Cumpleaños de Macarena

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33 años... Parece mentira... aún recuerdo cuando llegaba a casa del colegio y me tenían una fiesta preparada... Mi madre... Mi padre... Román... la celebración de los 30 en la cárcel con la tarta que me trajo mi padre... no puedo evitar sentir nostalgia... tampoco puedo evitar sentirme culpable de que la persona causante de que ya no tenga a mi familia sea la única que me hace feliz. Y, ahora mismo, se encuentra plácidamente dormida abrazada a mí, una imagen que nunca me iba a cansar de mirar y que jamás dejaría de provocarme ternura. Le di un beso en la frente, me apreté un poco más contra ella buscando su calor y decidí dormir un rato más entre sus brazos.

Noto a la rubia algo inquieta, quizás sea porque hoy es su cumpleaños y seguramente estará pensando en su familia. Esto me hace sentir tremendamente culpable, pero no puedo cambiar el pasado... lo único que puedo hacer es intentar que pase un buen día. Me besa la frente y no sé si abrir los ojos o dejarme mimar por ella, decido hacerme la dormida cuando veo que se aprieta contra mí, buscando quedarse dormida de nuevo y no puedo hacer otra cosa que acurrucarme con ella. A los pocos minutos, Macarena volvió a sucumbir al sueño, por lo que me dediqué a observarla durante lo que fueron al menos dos horas. Miré el reloj: 11.00h, es algo tarde así que con toda la pena del mundo decidí despertar a la rubia.

Empecé a besar su cuello despacio, mientras acariciaba su cadera y su trasero por debajo del pijama. Comencé a lamer suavemente su cuello hasta su clavícula y subiendo a besos hasta su barbilla, hasta que escuché una pequeña risa salir de sus labios. Levanté la cabeza encontrándome con su mirada y fui directa a devorar sus labios con pasión, apretándola aún más contra mí. Mi intención no era tener sexo con ella, pero como siempre que la tengo cerca, la situación se me fue de las manos. Le quité la camiseta del pijama, volví a sus labios besándola esta vez con ternura, me separé y nos quedamos mirándonos.

- ¿Zulema... no te cansas? – dije suavemente mientras mi escorpión me miraba fijamente a los ojos.

Negué con la cabeza - ¿Qué pasa? ¿No te apetece? – le di un beso suave, relajándome un poco.

- No es eso... - esperaba que me despertara con un feliz cumpleaños o no sé, realmente, nunca sé que esperar de ella – es que no hace ni 6 horas que hicimos el amor y no sé... -.

- Que no te apetece... ya está... - sonreí – me lo puedes decir rubia, no me voy a enfadar porque no tengas ganas de follar... -.

- Nada... olvídalo, Zulema – si quería pensar que no me apetecía, estupendo. Me levanté, me puse la camiseta del pijama y fui a la cocina a preparar el desayuno.

- Que idiota eres Zulema... primero iba el feliz cumpleaños y luego si eso, hacerle el amor despacio... pero no... tenías que hacerla sentir tu juguete una vez más. Si hubiera un premio a la más imbécil te lo habrían dado a ti – pensaba mientras vi como el semblante de mi rubia era de tristeza. Me levanté, fui directa a abrazarla por detrás mientras ella preparaba la cafetera y le aparté el pelo para darle un beso en la nuca. Me apreté un poco más a ella, lo que provocó que parara lo que estaba haciendo y se apoyó contra la encimera.

Luego la bipolar soy yo... ¿quién la entiende? y aquí me encuentro, en el dilema de volverme y darle un beso o darle una hostia. Agaché la cabeza meditando que hacer, lo que aprovechó para besarme el cuello con suavidad.

Besé suavemente su cuello al verla así – Feliz cumpleaños Macarena – le dije y le di un beso en la mejilla. – Mi intención era felicitarte en cuanto despertaras, pero se me ha ido de las manos, lo siento – besé de nuevo su mejilla.

Zulema pidiendo disculpas... esto es nuevo. Pero a quién quiero engañar... estoy que salto de felicidad al saber que se ha acordado de que es mi cumpleaños. Aunque no puedo quedar como la idiota enamorada que soy y solo le digo un simple – Gracias -. Continúo con mi labor del café y las tostadas, pero Zulema no me suelta. Cojo sus brazos para separarla un poco – Zulema ya... todo bien de verdad... ya me puedes soltar -. Solo conseguí que se apretara más contra mí.

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora