42. Para Siempre 2ª Parte

1.2K 124 114
                                    

Tenía a mi rubia sobre mí mientras recuperaba el aliento, estaba acariciando su cadera y su espalda. Dejé un beso en su frente y le desabroché la parte de arriba del bikini, tirándola a alguna parte, por lo que recibí una de sus hermosas sonrisas. Le di la vuelta con cariño, quedando encima de ella sin echar el peso y la besé con ternura. Empecé a bajar por su cuello en un camino de besos, besando muy dulcemente la cicatriz del disparo a la altura del hombro, sin dejar de acariciar su cadera. Le di un beso en uno de sus pechos, lamiendo suavemente su pezón hasta que quedó totalmente erecto y le di un pequeño mordisco. Lo abandoné camino del otro para repetir la acción, al terminar metí mi cara entre los dos para dejar un beso tierno – Zulema... tienes que prometerme algo -.

Levanté mi cabeza para mirar a Macarena – Dime... - nos quedamos mirándonos a los ojos.

- Prométeme que tendremos una vida de pareja normal, no quiero esconderme ni decir que eres mi socia, aunque vivamos con otra identidad... -.

Subí a sus labios para darle un pequeño beso – Te lo prometo, pero mejor que estas hijas de puta no sepan nada hasta que estemos en Marruecos -.

- Vale – la besé de nuevo.

- Pero con vida de pareja normal no voy a tolerar lo de un polvo o dos a la semana – le dije con una sonrisa pícara.

Decidí quedarme un poco con Zulema – Ah no... ¿pretendes romper la media? -.

- Nunca me ha gustado ser como los demás... a la mierda la media -.

- Mmmm entonces ¿Qué sugieres? ¿4 o 5 a la semana está bien? – hice un gran esfuerzo por no reírme de la cara que me estaba poniendo Zulema.

- Mínimo una vez al día... tenemos que recuperar mucho tiempo perdido – volví a sus labios intentando sofocar su risa.

- jajaja ¿Y vas a aguantar el ritmo? – la miré con lujuria.

- Yo siempre cumplo mis promesas, rubia – la acallé con un beso torturador y exigente, apretándome contra ella y dando por terminada la charla.

Fui directa a recorrer su cuerpo a besos, acariciando con mis dedos la cicatriz de su vientre y dejando un dulce beso sobre ella, aún me cuesta asimilar que eso es el recordatorio de que casi la pierdo. Desabroché su pantalón y lo bajé junto a la parte de abajo del bikini. Mandé a la mierda mi autocontrol, separé las piernas de Macarena y llevé mi boca directamente a su intimidad. Empecé a lamerla suavemente, haciendo pequeños circulitos y dejando algún que otro mordisco cariñoso.

Sin dilatarlo más, volví a echarme sobre la rubia, besándola con descontrol e introduciendo dos dedos en su interior. Entré en un ritmo intenso de entrada y salida, por lo que la respiración de Macarena se descontroló en forma de pequeños gemidos que acallé con mis besos. Noté como su interior se contraía contra mis dedos por lo que le dije al oído – Te amo – y volví a sus labios para besarlos con ternura. Mi rubia llegó al orgasmo de una forma sublime, clavando sus uñas en mi espalda y apretándome contra ella, podía notar su temblor por lo que me quedé inmóvil, solo abrazándola y dejándola respirar tranquilamente. Busqué el hueco de cuello acurrucándome contra ella, pensando que podría quedarme así para siempre.

Le di un beso en la frente a Zulema y la acurruqué contra mí – Te amo -. Levantó su cara, me sonrió y me volvió a besar lentamente. Una vez nos recuperamos le dije – Cariño... me muero de hambre... -.

- Yo también -.

Había sido tan extensa la conversación, lo de Goya, y siempre que hacemos el amor se nos van las horas... no habíamos comido nada desde antes del robo y era prácticamente la hora de cenar. – Mmmm no quiero salir de aquí... pero... habrá que ir al comedor -.

- Yo tampoco quiero salir... pero sí, debemos comer algo - la besé tiernamente. Salimos de la cama a duras penas y nos vestimos – Espero que te quedes a dormir conmigo -.

- Mmmm lo pensaré – le di una sonrisa burlona y un piquito en los labios.

Salimos de la habitación, Zulema se aseguró de que no había nadie y nos encaminamos al comedor. Una vez allí, vimos a las de la banda a excepción de Flaca sentadas en una mesa, por lo que nos dirigimos a sentarnos con ellas.

Entramos al comedor y ahí estaban las del grupo, el matrimonio y la niña que me acercaron en el coche y los tres tíos que había visto en la recepción jugando a los dardos. Mientras Ama y Cepo iban sirviendo la comida.

Detrás de la barra – (acento argentino) Ama... Sulema besó en la boca a la chica rubia en la habitasión que hay sangre. Y luego estuvieron toda la tarde en la habitasión de Sulema, pero ya sabés que la suya no se puede ver -.

- (acento argentino) Lo siento por Sulema hijo... pero Macarena tiene que pagar lo que hiso con tu hermano. El destino la puso acá y conseguimos que viniera con la rubia, así que lo vamos a aprovechar -.

- Vaya jefas... ¿dónde habei estao toa la tarde? – dije observando a Maca y Zulema.

- Ultimando cómo salir de aquí Goya, traer a la novia fue una cagada por tu parte -.

- Una cagada como dice la rubia que espero que esté resuelta – puse cara de elfo del puto infierno notando el temor de todas.

- Bueno vamos a relajarnos – si supiera que tenemos a Cathy en mi habitación nos va a matar. – Estás más guapa cuando sonríes Zulema -.

Esta tía definitivamente es gilipollas, no le doy ni la hora y sigue con sus piropos y comentarios fuera de lugar. Otra cosa era la cara de la rubia, por lo que acaricié su pierna con disimulo y se calmó un poco. Miré a Mónica con cara de pocos amigos y esta agachó un poco la cabeza. Ama empezó a ponernos la comida en la mesa por lo que decidimos estar calladas, empezamos a comer y Triana nos interrumpió – Joder Zulema... llevamos un día aquí ¿y ya has ligado? -.

- ¿Qué coño dices? – dije con agresividad ante la impertinencia de Triana.

- De los tíos esos, el joven no te quita ojo y además ¿tú te has visto el cuello? ¿Qué te ha picado un mosquito o qué? Jajajajaja -.

- A ver niña... - no pude terminar porque fui interrumpida – Se lo he hecho yo -.

Me sentí avergonzada al ver el chupetón que le había hecho a Zulema en el cuello, solo agaché la cabeza y seguí comiendo. Sin embargo, cuando Mónica dijo que se lo había hecho ella, levanté la cabeza como anonadada.

- Sí Maca... Zule y yo follamos desde hace mucho tiempo, pensaba que lo sabías... como vivís juntas -.

- jajajaja Puto Erfo del infierno... qué te está follando a la rubia y a la yonki... que puta ama... hija de puta... -.

Aquí les dejo otro capítulo! Espero que les guste :)

¿Qué hará ahora Macarena? ¿Será verdad lo que dice Mónica?

Gracias por todos sus comentarios y favs!

Siguiente cap: 43. Mi Rubia

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora