ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]

38. La boda

Teníamos todo bajo control, eso sí, no puedo describir lo increíblemente sexy que está Macarena con el puto uniforme este. Estoy por mandar los diamantes a la mierda y sacarla de aquí. Vi cómo se aproximaba, me quitó el cigarro de la boca y me miró con picardía mientras se iba fumando. En ese momento aprovechó para dejarme el intercomunicador.

Todo iba sobre ruedas, llegué con Triana a la caja fuerte y ahí fue donde todo empezó a joderse – Es de reconocimiento ocular Maca – me dijo Triana.

- Zulema... Eh Zulema hay que traer a la novia -.

- No me grites... son de última generación y te escucho perfectamente -. Cogí a la novia antes de que se escapara con su supuesto amante y la llevé casi a rastras a la caja fuerte. La abrimos y sacamos la diadema de diamantes, pero ya era tarde, unos cuantos sicarios entraron en la habitación y mi rubia con esa cara de mala que me pone a mil, le puso la pistola en el cuello a la novia y nos sacó de allí. Llamé a Ramala para que estuvieran desarmados, de rodillas y con un plato sobre la cabeza, con algunos cambios pero el plan iba saliendo.

Conseguimos salir con la novia y sin ningún herido. En plan funcionaba hasta que Zulema se giró mirando a la banda de música.

- Tocad algo, tocad algo coño... - la banda empezó a tocar – alegre... he dicho alegre – aquí está otra vez mi otro yo, me estaba viendo de amarillo al borde la piscina – Pégale un tiro a la rubia, vamos... mátalas a todas...- para intentar controlar la crisis empecé a bailar, tirando platos de la cabeza de los invitados. En ese momento, Macarena se acercó a mí -.

- ¿Zulema qué haces? Tenemos los diamantes, vámonos. Lo estás jodiendo todo -.

Me acerqué a ella controlando mi crisis, iba a besarla, pero solo rocé la comisura lateral de sus labios y le di un intento de cabezazo – Hace tiempo que se jodió todo rubia – mi otro yo haciendo de las suyas. Seguí con mi show, hice que los novios bailaran y se besaran y hasta saqué a relucir lo de la fuga con su amante, este vino y la besó. Fue ahí cuando se desató la locura de disparos, uno alcanzó a la Flaca y salimos huyendo como mejor pudimos. En este momento recobré la consciencia de lo que estaba pasando, de que había puesto a todo el equipo en peligro, incluida Macarena. Cogí el coche y salí a toda velocidad.

Tuvimos que salir corriendo tras el show que había montado Zulema ¿Qué coño le pasaba por la cabeza? Llevo a Flaca con un tiro en el estómago y estamos a 5 horas de nuestro destino.

- Rubia... ¿Cuándo me ibas a contar lo de Zulema? ¿Qué no me tienes confianza? -.

- ¿De qué hablas? – pregunté con inocencia mirándola por el espejo retrovisor.

- Maca os escuché anoche y esta mañana he despertado a Zulema para os despegarais un poco jajaja -.

- Flaca... es una historia muy larga -.

- Rubia tenemos 5 horas de camino y no puedo quedarme dormida, así que cuenta. Lo poco que he escuchado de ella hacia ti, ha sido cariño, pequeña, dormilona... ósea jamás pensé escuchar a Zulema hablar así a nadie jajaja -.

- No te rías – me ruboricé – bueno cuando quiere es una persona muy bonita y yo bueno... no puedo amarla más, a pesar de todo -.

- ¿La amas? -.

- Con mi vida... -.

- Y su comportamiento de hoy ¿qué pretendía? -.

- No sé qué le ha podido pasar... estaba como fuera de sí, no era mi Zulema. Ella suele arriesgarse pero con cabeza, no para que le den un tiro -.

- Tu Zulema, oisshh rubia ¿Qué va en serio? -.

- Tenemos que aclarar unas cuantas rencillas, últimamente entre nosotras no van las cosas demasiado bien -.

- Claro... por eso te notaba triste. La verdad que aunque suponía que era a causa de Zulema, no me he atrevido a preguntarte -.

- Se ha ido varias veces de casa después de discutir, y no sabes cómo he pasado los días que ella no estaba... -.

- Con lo de esta mañana, te puedo decir que ella te adora Maca. Algo le pasará, lo de hoy ha sido muy raro y todas las pastillas que toma... para algo tienen que ser -.

- ¿Qué pastillas? Ella no toma nada – algo se resquebrajó dentro de mí.

- Sí, y no una, toma varias. Pero es cierto que se las ha tomado como a escondidas, un par de veces que la he visto -.

- Joder... - una lágrima resbaló por mi mejilla.

- Bueno rubia, pero cuéntame, ya sé que os conocisteis en la cárcel pero hasta donde yo sé, era tu enemiga -.

Conté toda nuestra historia a Flaca y por fin íbamos por la entrada de El Oasis.

Había reventado una puta rueda del puto coche, aproveché para enterrar un arma por si algo se complicaba, no me fiaba de ninguna del grupo, a excepción de mi rubia. Hice auto stop y una familia que iba al mismo hotel me dejó subir al coche.

- Somos las primeras Flaca -.

- Maca eres consciente que puede que ninguna haya salido con vida de allí -.

- No conoces a Zulema – una sonrisa tonta se formó en mis labios.

Recosté a Flaca en la cama, los dueños del hotel me habían parecido muy raros. Sobre todo la señora, que me miró como si estuviera viendo un fantasma. Finalmente, me metí en la ducha, que falta me hacía.

El marido de la familia resultó ser un gilipollas de mucho cuidado, Bluetooth mental me dijo que había tenido conmigo. Cuando se acercó su mujer – Aquí tu marido que dice que quiere follar conmigo, que gracioso -.

- No te metas entre mi marido y yo -.

- Pues, también es verdad -.

Salí al jardín y ahí estaba la niña, me recordó a mí cuando era pequeña y me cayó bien. La hice escuchar como sus padres discutían, tiene que hacerse fuerte. Me despedí y me dirigí a la habitación.

Aquí les dejo otro cap! Gracias por su comentarios y favs! Ya nos vamos acercando al desenlace de esta historia, espero que sigan disfrutando de los capítulos tanto como yo disfruto de escribirlos :) 

Siguiente cap: 39. El Oasis