30. Aniversario 2ª Parte

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Me dirigí al hotel, aparqué en el parking, la cogí de la mano y nos dirigimos a recepción - Venía a pregunt... - no terminé de hablar por que el muchacho me interrumpió.

- Sí, usted es la de la suite. Ya está todo listo señorita -.

Subimos a la habitación y una vez dentro - Vaya... - es lo único que pudo salir de mi boca, todo estaba decorado con pétalos rojos, en una mesa había una cajita, fresas con chocolate y champagne. Macarena me cogió de la mano, me llevó al sofá, me sentó y nos sirvió champagne.

- Por nosotras cariño - dijo mi rubia chocando la copa y sentándose en mis piernas.

Cogí la cajita de la mesa, se la di a mi reina mora - Esto es para ti - y la besé despacio.

Ella la cogió con emoción y la abrió con cuidado, sacó la pulsera en la que estaba grabado "Zulema&Macarena" y en el anverso nuestra fecha. - Es preciosa rubia... ¿Me la pones? -.

Estaba temblando cuando le pedí a Maca que me abrochara la pulsera, me la puso y ya no pude resistirme más. La besé como llevaba toda la tarde queriendo hacerlo, soltamos las copas y mi rubia instintivamente se dio la vuelta dejándome entre sus piernas. La abracé, llevé mis manos a la cremallera de su vestido, me levanté con ella y la bajé al suelo para quitarle el vestido. - Definitivamente, quieres matarme... - dije mirando a la rubia con el conjunto de encaje rojo y los tacones.

Podía sentir el deseo en los ojos verdes de Zulema - No es para tanto cariño - la besé profundamente mientras desabrochaba su camisa y ella se quitaba los tacones y el pantalón. Yo también me quité los tacones, la cogí de la mano y la llevé a la cama.

Una vez al filo de la cama - A partir de ahora no voy a permitir que uses ropa interior que no sea de encaje - dije derretida por la imagen de Zulema. Enrollé mis brazos a su cuello y devoré su boca sin compasión, arrastrando su labio inferior en un mordisco. Me tumbé en la cama con Zulema sobre mí, desabroché su sujetador y lo tiré a alguna parte. Ella hizo lo mismo con el mío y fue a darle un tirón a mi tanga para romperlo como acostumbraba - Si lo rompes, mañana tendré que irme sin ropa interior - entonces lo bajó suavemente y lo tiró al suelo. Le eché las bragas hacia abajo y ella se las terminó de quitar.

Una vez desnudas me volví a echar sobre mi rubia, entrelazando las piernas para posibilitar el contacto de nuestros sexos y la besé con pasión, mientras buscaba con mis manos la forma de soltarle el recogido. Al fin le solté el pelo que cayó sobre sus hombros creando una imagen hermosa. Mi lengua se encontró con la suya entrando en una danza ya acostumbrada, le mordí el labio y empecé un movimiento de arriba a abajo, provocando la fricción de nuestras intimidades. No dejé de besarla un segundo, mientras los jadeos propios y los ajenos se iban intensificando. Separé un poco mi cuerpo, buscando llevar mi mano a su intimidad e introduciendo, sin previo aviso, dos dedos en su interior.

Me sorprendió como Zulema buscó mi sexo con su mano, por lo que repetí su acción e introduje dos dedos en su interior.

Ambas entramos en un movimiento intenso de entrada y salida, mientras no dejábamos de besarnos, lo que tiempo después nos sumió en un orgasmo arrasador que me hizo caer sobre Macarena buscando el hueco de su cuello - ana uhibbuki - le susurré.

Mientras los últimos temblores abandonaban mi cuerpo escuché claramente como Zulema me dijo algo en árabe, le di un beso en la frente - ¿Qué me has dicho? - pregunté con una sonrisa.

- Eh... que eres preciosa - la besé despacio.

Nos quedamos así durante un buen rato, sin hablar, solo acariciándonos y disfrutando del contacto piel con piel. Noté como la rubia se quedó profundamente dormida e intenté seguir su ejemplo pero no pude - ¿Por qué no le has dicho te amo? Lo de la pulsera te ha gustado pero esperabas que pusiera te quiero y así lanzarte... quizás se ha cansado de esperar -.

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora