ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]

14. Primera Pelea

Gracias por los comentarios y las estrellitas!! Me emociona mucho que les esté gustando ♥️♥️

Aquí os dejo otro cap!

Sentí como Macarena se soltaba bruscamente de mi abrazo, salía de la cama e iba corriendo hacia el baño. – PUAGGG...ORRGGG... -. Sí... la rubia estaba vomitando hasta lo que no se había comido. Me levanté y fui hacia el baño y allí estaba ella abrazando la taza del váter – Zulema vete... no quiero que me veas así – dijo mi rubia a duras penas.

- Anda tonta – le sujeté el pelo y volvió a vomitar. Así estuvimos como media hora hasta que parece que paró – ¿Te preparo una infusión? – dije ayudándola a levantarse.

- Sí, por favor... voy a lavarme los dientes -.

Preparé la infusión y la puse en la mesa, mi rubia a duras penas pudo llegar a la mesa y sentarse - ¿Te sientes un poco mejor? -.

- Un poco sí -.

Fui a besar su boca y me esquivó – Ni se te ocurra... qué asco ... acabo de vomitar, no sé cómo puedes querer besarme -.

Hice caso omiso y la besé, era un beso lento pero demandante aunque mi rubia no estaba para muchos trotes, más bien parecía que la había atropellado un camión – Mmmm... sabes a tequila con menta – dije con sorna.

- Idiota... - no estaba para las bromitas de Zulema – Voy a limpiar el baño y a acostarme – le dije suavizando el tono, ella tampoco era la culpable de que estuviera así.

- Anda ve, que ya limpio yo -. La rubia no opuso resistencia alguna y se metió en la cama. Y ahí estaba yo, Zulema Zahir, la tía más peligrosa de las cárceles Cruz, quitando vómito a las 5 de la mañana – Al final es verdad que el buen sexo te vuelve imbécil -. Acabé de limpiar todo y me encaminé de nuevo a la cama, ahí estaba ella profundamente dormida y con cara de no haber roto un plato - ¿Qué estás haciendo de mí? – dije bajito para no despertarla. Me acosté y caí en seguida, estaba literalmente muerta.

Los rayos de sol empezaban a filtrarse, miré el reloj y eran las 9 de la mañana por lo que decidí levantarme. La rubia era otro cantar, con lo visto hasta ahora que es como una marmota y la resaca que tendrá, no dará señales de vida hasta el mediodía.

Me arreglé, salí de la caravana, cogí el coche y me dirigí hacia el pueblo, una vez aparqué me dirigí a nuestra cafetería y entré - Buenos días -.

- Buenos días – me contestó el matrimonio.

Al ir sola me senté en la barra – Hoy me apetece un café y un croissant -.

- Parece que se les está haciendo costumbre venir a este humilde sitio, hay cafeterías muy buenas en este pueblo -.

- Ya, pero nos gusta esta – contesté con amabilidad.

- Nosotros encantados de atenderlas y si no es mucho preguntar ¿Dónde está el angelito? -.

La miré desconcertada - ¿Qué? -.