47. Final 1, 1ª Parte: Iguales o Nada

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Cogí mi pistola y apunté a la rubia - ¡Vete! Estás a tiempo de salvarte y de recuperar tu vida – contesté enfadada ante la negativa de la rubia.

- Dispara porque no me voy a ir, tú eres mi vida – me acerqué, la cogí fuerte de la mano y tiré de ella – Vamos -.

Reanudamos la marcha, ya teníamos las camionetas encima, nos quedaban apenas unos metros para alcanzar el helicóptero y nos empezaron a disparar. Conseguí saltar dentro y tirar de Zulema – ¡Despega coño! – le grité al piloto. Devolvimos algunos tiros y nos empezamos a elevar, pero sentí como Zulema caía encima de mí – ¡Amor! Eh, mi amor mírame – vi como su camiseta se estaba tiñendo de rojo.

- Joder rubia... que no te vas a librar de mí. Mira si la bala ha salido – dije con una mueca de dolor.

Zulema tenía un tiro a la altura de la cadera – Sí, tiene orificio de salida. Esto te va a doler, no puedo permitir que te desangres – tapé la parte de delante con mi mano – Mi vida hazte presión – y le metí el dedo en el agujero de la parte de atrás como me indicó Castillo que le hiciera a Fabio, esa vez que nos encontramos con Hanbal en el bosque.

- Auuuch joder rubia... - el dolor era casi insoportable.

- Esto te pasa por pararte, llegábamos de sobra las dos. No entiendo por qué pretendías dejarme sola -.

Ignoré a Macarena y le hablé al piloto - Oye, Raúl plan B. No voy a llegar a Marruecos -.

- Encima pasa de mí... - susurré pero lo bastante fuerte para que me escuchara.

- Porque no podía permitir que te pasara nada Macarena. Daría mi vida por ti – me acurruqué un poco contra ella que me tenía en posición fetal contra su pecho.

- Y tú no entiendes que yo no quiero esa vida sin ti, que no tendría sentido levantarme cada día – le di un beso tierno en su cabeza y dejé mi cabeza reposando sobre la de ella.

- Zahir estamos llegando – dijo el piloto.

Aterrizó en el descampado en que habíamos dejado la caravana, nos bajamos del helicóptero y con Zulema apoyada en mí, entramos de nuevo a nuestro hogar. La dejé sobre la cama y fui a por el botiquín.

- Rubia no tenemos mucho tiempo, estamos a hora y media en coche de El Oasis – dije mientras me aguantaba las ganas de gritar de dolor.

- No sé cómo poner puntos, no me pongas más nerviosa – dije bastante sobrepasada por la situación.

- Eh... pequeña... yo te voy a indicar, es casi como coser un pantalón. Pero... acércate que no me has dado la mejor medicina para esto, necesito un beso – dije sonriendo y buscando tranquilizarla.

Le di un piquito suave – Ahí está, aunque el enfado me va a durar... no te creas que no -.

- Vale amor – puse cara de inocente – a ver, tapóname la salida con gasa y cose sin miedo la parte delantera, yo aguanto -.

Hice lo que me indicó Zulema, aunque podía notar que se estaba muriendo de dolor. Por fin terminé de ponerle los puntos - ¿Está bien? – pregunté preocupada.

- Sí – susurré porque me estaba mareando entre el dolor y la pérdida de sangre – Ahora detrás – dije y no recuerdo nada más.

Zulema se desmayó y me puse a coserle la herida de la salida de la bala. Cuando terminé le puse gasas y esparadrapo para sujetar la zona y que no se abrieran los puntos. Le toqué la cara para intentar que se despertara – Zule... Zule... venga no te aproveches – le di toquecitos y volvió en sí.

- Amor... necesito otro beso – puse cara de cachorrito.

Es que hace conmigo lo que quiere – A ver – me acerqué a sus labios y la besé suave – tenemos que irnos... llevamos aquí más de media hora -. Cogí las llaves, ayudé a Zulema y la llevé al coche. Habíamos llevado todo lo importante a Portugal, sin embargo, entré a coger la foto que nos hicimos en navidad y la bolsa con móviles y tarjetas que teníamos para emergencias. Tiré mi móvil dentro y prendí fuego a la caravana con gran dolor, esa roulotte había sido nuestro hogar, pero era necesario. Me subí al coche y salí a toda velocidad dirección a Portugal.

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora