39. El Oasis

1.3K 132 107
                                    

Entré a la habitación y la rubia estaba de espaldas, sonreí a Flaca y dije – Hola -.

Me di la vuelta al escuchar la voz de Zulema - ¿¡Dónde coño estabas!? ¿¡Por qué has tardado tanto!? ¿Y las otras? – la desesperación por no saber si estaba bien y que no me hubiera contestado el móvil se hizo presente.

- He... He tenido que hacer auto stop, se me reventó una rueda – la rubia estaba hecha una furia, pero dios es que es tan bonita y sexy enfadada, me mordí el labio.

- ¿Y lo de la boda? ¿Se te fue la cabeza o qué? -.

- Solo tenía ganas de bailar – respondí intentando disimular mi culpa al haberla puesto en peligro.

- Pues, díselo a Flaca que tiene un tiro en el estómago – me di la vuelta para no mirarla.

- Zulema quieres abrazarla de una puta vez, que iba a hacer un agujero en el suelo de tantas vueltas que ha dado – sonreí a la morena con complicidad.

Me acerqué a mi rubia, la abracé por detrás y besé su cuello – No te enfades rubia... -.

– No, déjate de besos. Estoy muy cabreada, ¿Para qué tienes el puto móvil eh? – algunas lágrimas empezaron a caer por mi mejilla.

Le di la vuelta, le limpié sus lágrimas con mi mano – Shhh... ya cariño ya... estoy aquí – y la apreté contra mí, dándole un beso en la frente.

Miré a Zulema – Creía que te había pasado algo – y escondí mi cara en el hueco de su cuello.

Me ha roto el corazón cómo me ha mirado Macarena – Bicho malo nunca muere pequeña -. Levanté su rostro y la besé con ternura. El beso se fue haciendo más y más profundo, más pasional.

- Ejem... ejem... chicas sigo aquí... si van a follar vayan a otro cuarto por favor. No se come delante de los pobres jajajaja. Con una vez que os he escuchado, suficiente -.

Nos separamos a duras penas, rocé mi nariz con la suya – Vamos a mi habitación – le di un piquito.

Íbamos a salir cuando venían entrando las demás – Me vai a comé tol coño, que mierda de plan ha sio ese Zulema, casi nos matan joé – entró Goya tan educada como siempre.

- Eres una puta loca, lo teníamos todo y te has puesto a hacer gilipolleces – dijo Triana hostigando a mi reina mora que ya se iba a abalanzar sobre ella, pero la agarré de la mano y le dije que no con la cabeza.

- Bueno, pero estamos aquí que es lo importante ¿no? – dije queriendo rebajar la presión sobre Zulema.

Nos fuimos dirección a la piscina, aunque Zulema no me quitaba ojo de encima me eché en la tumbona que estaba su lado para mirarla yo también. Todo iba genial hasta que Mónica se sentó entre las piernas de Zulema y se echó hacia atrás, quedado su cabeza en el pecho de ella. En ese momento pensé tirarla a la piscina y ahogarla, pero me tragué el fuego que sentía y solo dije – Voy a ir con Flaca, no me parece bien dejarla sola y nosotras en la piscina – me fui, visité a Flaca y me dirigí a mi habitación.

- ¿La rubia es siempre tan amargada? – me preguntó Mónica.

- Creo que es normal que se preocupe, son muy buenas amigas. Quítate que voy a ir a mi habitación a ducharme, que falta me hace -.

Me eché en mi cama, estaba cansada y una vez más no entendía a Zulema.

Pegué en la puerta de la rubia y me abrió con cara de pocos amigos.

- ¿Qué quieres? -.

- Quedamos en hablar ¿no? – rodeé su cintura con mis brazos, le di un beso en la frente y cerré la puerta. Bajé a sus labios, los besé despacio y ella me correspondió. Introduje mi lengua en su boca entrando en un baile con la suya, dimos con el filo de la cama, la tumbé y me eché encima. Empecé a besar su cuello – Que bien hueles – le di un pequeño mordisco en el cuello.

ZURENA - NUESTRO OASIS - [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora